viernes, abril 08, 2022

Salud digital: Una docena de tendencias globales de la (casi) pospandemia


“¿Hacia dónde se dirige el sector salud tras dos años de pandemia? El ámbito sanitario fue uno de los principales protagonistas de una pandemia sin precedentes en el siglo XXI, que cambió radicalmente el contexto social, económico e, incluso, cultural en el que nos moveremos a partir de ahora”. Con esa pregunta y esa sentencia comienza el informe “Tendencias Salud 2022: un sector protagonista en plena transformación”, en el que Llorente y Cuenca identificó una docena de claves que, a escala global, “darán forma al futuro de la salud”.

La transformación digital, la sostenibilidad, el enfoque integral de la salud, la democratización del cuidado y la equidad son algunas de las tendencias que se suman a enfoques como la salud mental, las enfermedades no transmisibles (ENT), el envejecimiento poblacional y la medicina personalizada, como también el rol de las farmacéuticas, la colaboración público-privada, figuran entre esa decena de temas y tendencias abordadas en este trabajo.

La transformación digital. Se trata del primer tópico abordado y señala el cambio conceptual y procedimental que introdujo la pandemia en todos los sistemas sanitarios al exigirles la digitalización. “Es momento de que este proceso de transformación digital se consolide en aquellos países donde ya se ha iniciado, como ocurre en Europa, y que termine de arrancar en otras regiones como América Latina, donde la digitalización sigue siendo deficiente y avanza muy lentamente”, dice el reporte y pone en palabras una realidad palpable que, como es de imaginar, requiere inversión.

“Es el momento de invertir en procesos estructurales basados en las nuevas tecnologías, de planificar y de adoptar medidas para impulsar una verdadera transformación digital del sector sanitario, creando sistemas de salud modernos e interconectados”, advierte en este punto el reporte y señala tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), la robótica, el big data, la monitorización remota del paciente (RMP), la telemedicina, las aplicaciones y dispositivos móviles, que “van a revolucionar el futuro de nuestra salud”.

Y, en ese sentido, la pandemia fue un ejemplo claro, práctico y elocuente: el uso de la teleconsulta permitió evitar el colapso de los servicios de atención primaria durante la emergencia, pero también permite trazar estrategias innovadoras para la adherencia a los tratamientos y el seguimiento remoto de pacientes; sin mencionar los beneficios implícitos que el uso de grandes volúmenes de datos puede aportar a todo el sistema.

La sostenibilidad y enfoque One Health “La sostenibilidad y la salud deben de ir de la mano para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030”, advierte el trabajo y recuerda que uno de los grandes desafíos de la época es abordar la problemática del cambio climático y su impacto en la salud de las poblaciones; un enfoque que está vinculado con la priorización que diferentes actores de la Salud y gobiernos hicieron sobre la conexión entre salud y medioambiente.

Es indiscutible que se trata de factores asociados; sin ir más lejos, la disponibilidad o no de agua potable condiciona la salud de su población. De ahí en adelante, todo. Un ejemplo lo cita el propio informe al señalar que un 23% de las muertes en todo el mundo están determinadas por la cuestión medioambiental.

A esta idea se suma la propuesta de abordar la salud como un concepto integral: tanto humana como animal y asociada al ecosistema, con el objetivo de “aunar” esfuerzos interdisciplinarios. “La globalización, las migraciones, la resistencia antimicrobiana y el cambio climático favorecieron la transmisión de enfermedades de animales a humanos, lo que conocemos como zoonosis” dice este informe y señala, a modo de ejemplo, como la Covid-19 surgió de la transmisión de murciélagos a humanos.

Salud Silver. Se trata de dar respuesta a la tendencia signada por la longevidad de la población mundial y del descenso de las tasas de natalidad. “Los mayores se convertirán en el motor económico en sectores como el turismo, el ocio, la vivienda y la educación ya que muchos son consumidores con un alto poder adquisitivo”, dice el informe y señala que, en lo que refiere a la salud, hace prever a poblaciones con padecimientos crónicos que necesitarán de asistencia y seguimiento y, por ello, se prevé el incremento de prestaciones vinculadas a la telemedicina o la teleconsulta.

Nanomedicina y genómica. En este caso, la tendencia señala a una medicina personalizada signada por la farmacogenómica, que estudia los genes de un paciente y sus posibles efectos medicamentosos; la nanomedicina y toda la implementación asociada de la nanotecnología en Salud; y la epigenómica, en relación al estudio de la manera en que los genes se activan o desactivan sin cambiar la secuencia del ADN. Así, tejidos artificiales, desarrollo de órganos y medicamentos a medida son posibles y son tendencias de investigación que permitirán que la medicina de grandes pasos en cuanto precisión y personalización.

Medios. “La divulgación científica tiene más peso que nunca para llegar a las diferentes audiencias con mensajes correctos sobre salud”, dice el informe y lo ubica último entre sus tendencias para advertir que las redes sociales, por ejemplo, ofrecen la aparición de nuevos perfiles profesionales sanitarios cuya labor está vinculada a la difusión de la Salud. “Y lo hacen de una forma cercana, con un formato y lenguaje adaptado a sus audiencias y sin perder rigor, basando sus afirmaciones en la evidencia disponible”, sentencia, pero también advierte sobre la problemática que imprimen las fuentes no autorizadas, las noticias falsas (fake news, por su denominación en inglés)

El documento, disponible aquí, repasa otras tendencias y elabora una revisión de distintos aspectos que no son ajenos a los profesionales de la salud de todas las latitudes y que, en buena medida, requieren de políticas activas. Por ejemplo, si se habla de asequibilidad y accesibilidad, de conectividad y de teleasistencia, también hay que hablar de la posibilidad de tener servicios de conectividad disponibles y robustos, con enlaces, pero también con capacidades acorde, y de poblaciones alfabetizadas digitalmente y con disponibilidad de acceder a los dispositivos tecnológicos acorde.

Fuente: Saludenlinea

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