martes, febrero 09, 2010

Ya hay una prueba para medir la salud mental de los chicos.

(Los acentos fueron obviados por cuestiones tecnicas)

Pero falta la decision politica para aplicarla; ayuda a conocer el estado psiquico entre los 8 y 17 años.

¿Por que no podemos saber cuantos niños padecen depresion, psicosis, autismo o fobias? ¿Por que en la ciudad de Buenos Aires y en el resto de la Argentina no podemos saber algo tan importante para la adecuada planificacion y administracion de los recursos, como es la prevalencia de enfermedades psiquiatricas?

Con ambas preguntas dandoles vuelta en la cabeza, un equipo de psicologos y psiquiatras especializados en chicos y adolescentes se puso a trabajar para poder dar un primer paso en la obtencion de esos datos poblacionales. Para eso, utilizo la misma herramienta que aconseja la Organizacion Panamericana de la Salud (OPS), para que los gobiernos conozcan la prevalencia de los trastornos de salud mental y de la conducta en la poblacion de entre 8 y 17 años.

Se trata de una entrevista diagnostica llamada DISC-IV, traducida al español, y que se aplica a padres e hijos. Contiene una gran cantidad de preguntas sencillas, sobre sensaciones, sentimientos y reacciones cotidianas, que adultos y chicos tienen que responder con si o con no. Basta que uno de los dos de una respuesta afirmativa, para profundizar en ese sintoma potencial de una enfermedad o de un trastorno.

"Con nuestra investigacion, logramos la primera parte: validar el instrumento que se viene utilizando en el mundo para la pesquisa y el reconocimiento de problemas psiquiatricos en la comunidad. Ese instrumento demostro su validez y su confiabilidad en todos los lugares donde se lo utiliza, y lo mismo replicamos ahora nosotros en Buenos Aires", explico ayer a La Nacion el psiquiatra infantojuvenil Gabriel Kunst, integrante de la Seccion Niños del Departamento de Psiquiatria del Cemic.

Ademas, el autor del estudio publicado en Vertex y financiado con una beca de la OPS agrego: "Es imprescindible que las autoridades se decidan a hacer estudios poblacionales de prevalencia en salud mental pediatrica. Claro que, con esta herramienta, podria no hacerse nada, pero se estaria perdiendo una gran oportunidad de conocer la prevalencia de la salud mental de nuestros chicos y adolescentes. Y eso solo depende de una decision politica".

Es que, en salud, mas que el lanzamiento de planes y programas se necesita implementar politicas de probada eficacia y poder conocer que resultados se van obteniendo en la prevencion, la deteccion y el tratamiento de los distintos trastornos.

"Asi como un pais necesita indicadores macroeconomicos para instrumentar buenas politicas (PBI, tasa de desocupacion, etcetera), en la salud ocurre lo mismo. Y en la salud mental, tambien ?dijo el autor?. La prevalencia y la incidencia de las patologias son herramientas indispensables para la gestion de adecuadas politicas en salud mental. Ocurre que, por lo menos en la poblacion infantojuvenil, la Argentina nunca tuvo esos indicadores. Y esto ocurre aqui, donde se suceden brotes de crisis sociales y politicas de las que no terminamos de conocer los efectos que producen para poder intervenir."

Junto con Kunst, los especialistas Jorge Blidner, Valentina Esrubilsky, Hugo Longarela y Estela Vega reunieron a unos 200 chicos y adolescentes atendidos en el Hospital de Niños Ricardo Gutierrez. La prueba, que no necesariamente debe aplicar un profesional de la salud, se le tomo a un grupo de pacientes del Servicio de Salud Mental del hospital.

Los resultados se compararon con las respuestas del grupo control, que estuvo integrado por pacientes saludables que aguardaban en las salas de espera en otros servicios. El estudio duro dos años.

Las preguntas del DISC-IV indagan sobre la presencia en los chicos de un conjunto de sintomas que describen problemas como la psicosis, el trastorno de ansiedad, la depresion, las ideas suicidas, los trastornos alimentarios, etcetera. Por ejemplo, se pregunta, si tiene problemas para dormir, se pelea mucho, tiene dificultades en la escuela o si tuvo ideas de muerte en los ultimos tres meses, entre otras preguntas.

Segun el equipo, el DISC-IV demostro su buena capacidad para detectar alteraciones psiquiatricas. Mientras que los padres informan mejor sobre los sintomas conductuales de sus hijos, los chicos aportan informacion mas precisa sobre sintomas mas subjetivos, como los sentimientos de ansiedad o de depresion.

"Hasta ahora, no existia ninguna medida de evaluacion validada para la pesquisa poblacional de trastornos mentales. Ya tenemos un buen termometro; es necesaria la decision politica de usarlo", insistio Kunst.

Fuente: Fabiola Czubaj, LA NACION

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