martes, marzo 07, 2017

Crean chip que detecta el VIH en primera semana de infección.

    El dispositivo también permite obtener los resultados clínicos en menos de cinco horas.
Madrid (España).- El futuro de la detección del VIH cabe en un chip de medio milímetro. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España, desarrolló un biosensor capaz de detectar el VIH tipo 1 en la primera semana después de la infección.
 Según informó El País, los experimentos fueron realizados con suero humano. Encontraron una proteína presente en el VIH-1 (el antígeno p24), en concentraciones 100.000 veces inferiores que los sistemas vigentes, que detectan el virus tres o cuatro semanas después del contagio.
 Además, otra ventaja del chip es que el tiempo total del ensayo es de casi 5 horas, por lo que los resultados clínicos se podrían obtener el mismo día. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista PLOS ONE.
 Según Patricia Kosaka, una de las creadoras de esa la tecnología, es clave la detección precoz para prevenir la transmisión del virus. "El potencial de infecciosidad del VIH en la primera etapa del contagio es mucho mayor que en etapas posteriores", explicó. Cuanto antes se inicie la terapia antirretroviral, mayor sería la mejoría en el control inmunológico y la preservación de la función cognitiva.
 - Cómo funciona
El biosensor combina estructuras micromecánicas de silicio con nanopartículas de oro, que funcionan con anticuerpos específicos al p24. El suero es incubado sobre ese sensor durante una hora y, al final del ensayo, los antígenos de HIV-1 -si los hubiera- se quedan atrapados entre las partículas de oro y el silicio.
Los científicos explicaron que el silicio permite desarrollar tecnologías baratas, lo que posibilita la producción en gran escala y bajo costo del biosensor. "Es una tecnología con potencial para ser llevada a países en desarrollo", afirmó Kosaka.
Al día de hoy, el sensor se aplica en la detección precoz de algunos tipos de cáncer, como el de próstata. Se utiliza el mismo chip, es decir, la parte física, y se incuban en él soluciones específicas para detectar los biomarcadores que indican la presencia de células cancerígenas. Kosaka ya había desarrollado un sensor similar en 2015 para detectar tumores y enfermedades, como la hepatitis, antes de que surgieran los primeros síntomas.
"El uso de los biosensores no tiene limitaciones", sostuvo Tamayo, quien cree que esa tecnología podría fusionarse con los teléfonos móviles para simplificar los diagnósticos.
Los investigadores ya empezaron los trámites para que el chip llegue a los hospitales y laboratorios de distintos países en los próximos años.
Desde sus comienzos, en 2007, el Programa de Nanomedicinas de la UNQ es dirigido por Eder Romero, doctora en Ciencias Exactas y licenciada en Bioquímica, egresada de la Universidad Nacional de La Plata. Aunque, allá por 1999, no circulaba demasiada información respecto de las nanotecnologías, su paso por laboratorios europeos la invitaban a experimentar en el campo de la salud desde un universo prometedor, constituido a partir de materiales menos costosos y originales. “Ni bien regresé al país puse manos a la obra y comencé a examinar estrategias terapéuticas desde un enfoque distinto. No se trataba ni de biología molecular, ni de diseñar moléculas, sino de fabricar estructuras, aunque muy pequeñas”, explica.

Leído en Proyecto Salud

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