miércoles, abril 22, 2020

Lecciones de la COVID-19 que acelerarán la implantación de la eHealth




Hasta ahora, la eHealth sólo había asomado tímidamente la patita en algunos servicios de salud privados.
Pero la cosa ha tenido que cambiar por la fuerza (y sin herramientas) y cambiará más en el futuro, tanto en la medicina comunitaria o de familia como en las especialidades y en el triaje de urgencias.
Primero definamos bien qué es la eHealth: Se trata, básicamente, de la prestación de asistencia sanitaria, fundamentalmente en el diagnóstico y la monitorización de las condiciones de salud del paciente, de forma remota utilizando sensores que el paciente puede tener en dispositivos electrónicos o que estén integrados en wearables como relojes o la propia ropa.
También se incluye en el concepto la parte que ahora mismo está más desarrollada de la eHealth: la consulta telemática con un médico. Este último aspecto es el que las compañías privadas de seguros de salud ya tienen en marcha a través de distintas apps. La app específica para el autodiagnóstico de los posibles síntomas de COVID-19 creada por el Ministerio de Sanidad también se engloba en esta categoría.
La pandemia del coronavirus ha levantado la alfombra de las debilidades globales de los sistemas de salud. Ninguno, ni siquiera en los países más desarrollados, estaba preparado y han tenido que improvisar sobre la marcha. Se podrá discutir sobre quién tomó medidas antes o después (ni se me ocurre abrir yo semejante melón), pero lo importante es qué conclusiones futuras se pueden sacar de todo esto.
la eHealth aparece como una poderosa herramienta para aligerar la carga de trabajo presencial y dotar de una capacidad de respuesta más rápida y flexible a todo el sistema sanitario, sea público o privado. Los médicos de familia están atendiendo mayoritariamente por teléfono, porque son plenamente conscientes de que en medio de una epidemia concentrar a un montón de gente en una sala de espera de un centro de salud es una mala idea. Imaginaos si tuvieran herramientas tecnológicas para la teleconsulta.
Otra lección importante que nos va a dejar la pandemia en lo relativo a los sistemas sanitarios es la relativa a la atención médica urgente, otro de los aspectos en los que la eHealth tiene mucho que decir. El miedo al coronavirus nos ha dejado imágenes inéditas: salas de espera vacías en las áreas de Urgencias de los hospitales y una caída sin precedentes en las personas que acuden a ellas por causas no relacionadas con la COVID-19.
Los expertos en el tema indican que el miedo hace que los pacientes no acudan a Urgencias si no se sienten realmente mal (lo cual no es bueno en, por ejemplo, una patología cardíaca) pero, sobre todo, deja al descubierto que sobrecargamos innecesariamente los servicios de Urgencias con casos que en realidad no son tan urgentes.
Obviamente esto tiene también causas relacionadas con la organización y los recursos técnicos y humanos de los propios sistemas de salud, de sobra conocidas y en las que no voy a entrar aquí, pero la eHealth puede ayudar, y mucho, a aliviar ese panorama y que realmente dejemos las Urgencias para los casos que precisan atención hospitalaria. 
Y la última lección: En caso de enfermedades infecciosas, el paciente podría ser diagnosticado y monitorizado a distancia, llevando a hospitalización a los casos que realmente lo precisen y evitando que el personal sanitario, tanto en hospital como en Atención Primaria, se exponga innecesariamente a muchos contagios que podrían ser perfectamente evitables.


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