jueves, octubre 22, 2020

Una mirada académica de la Informática en Salud

Desde Utah, el médico argentino Damián Borbolla aborda el healthtech con perspectiva de especialización universitaria.

Luego de realizar una maestría en la Universidad de Oregon (USA) sobre Informática Biomédica, Damián Borbolla se dio cuenta de que el ámbito académico le interesaba como futuro laboral. Aplicó a un trabajo en la Universidad de Utah y allí se desempeña como profesor, investigador y director de la Maestría en Informática Biomédica desde hace 5 años. “Ya cuando era residente en el Italiano de Buenos Aires los temas de tecnología e interoperabilidad me gustaban mucho. Y cuando salió esta oportunidad en Estados Unidos, no lo dudé, sobre todo porque en la Universidad de Utah nació la Informática en Salud”, explica Damián en diálogo con Neurona BA.

Tal vez ese inicio temprano de la disciplina en Utah esté relacionado con que, en ese lugar, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días haya fundado en los años 60, el Departamento de Informática, con íntima relación con el sistema de salud Intermountain Healthcare, casi cuando aún no había computadoras y con el propósito de hacer más eficientes los procesos de salud. “Al principio se hicieron programas informáticos para cardiología, pero inmediatamente empezaron a desarrollar sistemas de información, como la Historia Clínica Electrónica, una de las primeras del mundo. Me gusta estar en contacto con esa historia, con cientos de graduados de aquí que crean sus compañías de salud digital, o marcan el camino en temas de estándares de interoperabilidad. “

Acerca de su rol en la Universidad de Utah, Damián indica: “Hoy mis principales focos son la docencia, ya que dirijo la maestría, y la investigación, que se sustenta con fondos y becas, cuyas metas debemos cumplir. También prestamos algunos servicios a nuestro sistema de salud.”

La maestría en informática biomédica.

El programa de formación que dirige Borbolla es para graduados. “Muchos son profesionales de la salud. También hay estudiantes que terminaron la carrera básica de Ciencias de la Computación, saben programar, están interesados en la salud y encuentran en la informática un ámbito de desarrollo interesante. Además, hay alumnos de carreras de administración.”

Los graduados de la maestría se desempeñan luego en bioinformática (análisis de la información de datos genéticos, técnicas de análisis y demás), en data science (comparten técnicas y utilizan inteligencia artificial y machine learning, aplicados a datos clínicos) y en informática clínica tradicional (desarrollo de sistemas para hospitales, clínicas, historias clínicas electrónicas, telemedicina, y otras).

Damián Borbolla y un equipo de estudiantes viajaron a Perú en 2019 por un proyecto de interoperabilidad

“Trabajamos con especialistas en interacción humano-computadora y nos centramos en el usuario, principios que adquirimos de otras áreas, pero que son especialmente importantes para el éxito de los proyectos de informática en salud. Nuestro equipo debe ser el que más aplicaciones implementadas tiene en hospitales, con desarrollos propios, y es parte de lo que enseñamos en la Universidad: los estudiantes analizan un problema y realizan aplicaciones interoperables, utilizando estándares FHIR de HL7”, sintetiza Borbolla.

Y consultado sobre cuál es, a su criterio, uno de los principales desafíos de la informática en salud, afirma: “la interoperabilidad es clave porque permite implementar aplicaciones externas a modelos complejos de Historias Clínicas, utilizando tecnologías modernas, como las APIS, que a través de servicios web permiten acceder a las bases de datos locales, con procesos de autorización y permisos para que los sistemas se integren””.

Otros proyectos

“ReimagineEHR[DB1]  https://medicine.utah.edu/dbmi/expertise/clinical-informatics/reimagineehrgroup.php  es una iniciativa que busca que las aplicaciones realmente resuelvan los problemas de los usuarios clínicos. “Las historias clínicas comerciales en el mundo fueron desarrolladas con el fin de facturar y el personal de salud no las usa o se frustra al hacerlo. Por eso hay que entender la necesidad del usuario clínico; comprender los modelos de salud, los recursos, los estudios clínicos; y la combinación de información aportada por herramientas de diagnóstico por imágenes, electrocardiogramas, laboratorio o datos ambientales”.  

En el campus de la Universidad de Utah hay dos hospitales: uno, de adultos, usa el sistema Epic para las historias clínicas; el otro hospital, pediátrico, usa Cerner. “Durante mucho tiempo esos sistemas no se comunicaban y con un grupo de investigadores estamos desarrollando unas aplicaciones que genera resúmenes de historia clínica, para hacer posible esa interacción, independientemente de la tecnología que la generó”.

Y para finalizar, concluye: “Hoy hay negocios que han hecho una diferencia clave con el uso de algoritmos de IA. Pero la Informática en salud es más amplia y hay que profundizar el entendimiento para que los médicos adopten y usen esas tecnologías”.


Perfil Damián Borbolla

Damián Borbolla tiene 42 años. Hijo de padre programador, en épocas en las que no se veían muchos; una de las excursiones obligadas del colegio era ir a su casa a ver la computadora de su padre, que ocupaba toda una habitación. Se graduó de médico en la Universidad del Salvador, y como siempre le gustó la tecnología, hizo una especialización en Informática en Salud en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde tambien fue Jefe de Residentes. En 2010 a partir de una beca Fogarty, se mudó a Portland, Oregon (USA), y obtuvo una Maestría en Informática Biomédica en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon (OHSU) y desde hace 5 años está en el Departamento de Informática Biomédica de la Universidad de Utah, donde es profesor asistente y desde principio del 2020 lidera todas las iniciativas docentes del departament como vice-chair del area de education. Tambien es director del Programa de Maestría.

Instalado en Salt Lake CIty, Utah, está casado también con una médica, y tiene dos hijos. Le gusta estar al aire libre, esquiar en temporada, ya que tienen muy cerca algunos centros de esquí, y compartir caminatas con su esposa y sus dos perros. Su conexión con Argentina es constante ya que en BA reside su familia: “están mi mamá, mi hermana, tíos y cuñados, sobrinos, y una sobrinita que acaba de nacer”.

Leído en Neurona BA

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