En el XXVII
Congreso Argentino de Salud – ACAMI, el panel sobre Inteligencia Artificial
(IA) fue abordado por Enrique Díaz Canton, médico y profesor universitario
titular de IA en medicina; y por Guillermo Schor-Landman, abogado especializado
en derecho de las telecomunicaciones y académico.
Uno desde la mirada de la
profesión aseguró que la IA debe ser utilizada por los médicos porque ofrece
muchas ventajas tanto para el aprendizaje y la actualización que la profesión
requiere como para su ejercicio como un asistente fundamental; mientras que
Schor-Landman ofreció un panorama regulatorio al que consideró necesario para
que el desarrollo y utilización de la IA cumplan con principios éticos
fundamentales. Ambos resaltaron que la IA no es una tecnología nueva, pero la
diferencia entre la década del ´50 y ahora es que hoy existen computadoras con
la capacidad de procesamiento suficiente y enorme cantidad de datos
digitalizados para trabajar.
“Lo
importante es que la IA tiene que estar alineada con lo que los seres humanos
queremos hacer”, dejo Díaz Canton.
En el ámbito
de la salud, Díaz Cantón explicó que frente a la hiperproducción de papers
sobre medicina -que se estiman en 7.000 por día- nadie puede leerlos todos por
más que dediquen todo el día a hacerlo.
En este
sentido, dijo que la IA se dirige a aumentar el acceso, disminuir la
variabilidad y promover la calidad de la atención médica.
En China,
por ejemplo, instalaron cabinas con IA donde en zonas alejadas que recibían
consultas con asistentes virtuales, supervisados por médicos.
Uno de los
focos del uso de la IA en salud es lograr disminuir la variabilidad: “Tenemos
un 50% de médicos que no hacen residencia, y debemos elevar este piso, la IA
puede ayudar”, señaló Díaz Canton. En esta línea, habló del concepto de
“inteligencia aumentada”, es decir, la suma de Inteligencia humana más IA, que
ofrecerá mayor calidad a menores costos y otorgará mayor a acceso a la salud.
Lo
importante es saber nutrir y preguntar a la IA para alcanzar resultados
correctos y confiables.
Explicó que
el nuevo modelo de IA desarrollado por Google Deep Mind e Isomorphic Labs
-AlphaFold3- logró predecir el 100% de la estructura de las proteínas humanas y
esto llevó a un salto enorme que permitirá identificar nuevas drogas de una
manera más precisa y veloz.
Para 2029 se pronostica que Google e Isomorphics
Laboratories junto a Lilly y Novartis tengan la primera droga enteramente
diseñada por IA.
Hacia el
final de la ponencia, Díaz Canton, aseguró que la IA cambió su práctica. Y planteó
que el futuro de la profesión médica tendrá inevitablemente a la IA como
asistente.
Lo primero
es no hacer daño.
Guillermo Schor Landman, por su parte, aseguró que “la
inteligencia artificial está cambiando el mundo y que se posiciona como el
pilar de la cuarta revolución industrial”.
Lo importante, para él, es saber
aprovechar las ventajas que propone con regulaciones que permitan sostener la
innovación y a la vez proteger a los usuarios.
Sobre la
transparencia y responsabilidad, Schor Landman, fue claro: “Se debe poder
determinar quiénes son los actores que participan en el ciclo de vida de la
herramienta de IA y que tengan responsabilidad sobre lo que hacen”.
En este
sentido, un informe de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) deja en claro que la utilización indebida de la IA es
lo que nos tiene que ocupar, y lo hace a través de seis principios
fundamentales para el desarrollo y uso de la IA en salud:
Otro hito en
este sentido es la recomendación ética de la UNESCO de noviembre de 2021, que
es el resultado de dos años de trabajo con especialistas de todo el mundo y que
logró que los 193 países miembros de la UNESCO la adoptaran por unanimidad. “Es
algo poco común que se pongan de acuerdo 193 países con respecto a la
tecnología para algo de futuro”, resaltó Schor Landman y señaló que “se trata
de un documento con pretensión ambiciosa pero valiosa, que sea la base para que
los países empiecen a buscar y a trabajar en la reglamentación”
Como suele
suceder con el desarrollo tecnológico y su normativa, el mundo de la regulación
de la IA está divido en dos visiones: la americana, con influencia de las
empresas que más generan en licencias y en desarrollos, al punto que expresaron
su pretensión de autoregularse; y la europea más enfocada en la defensa de los
derechos fundamentales, aunque sin frenar el desarrollo.
En la
Argentina el marco legal sobre IA incluye un anexo en la Ley de Recetas
Electrónicas y Teleasistencia y recomendaciones para que la IA sea fiable.
Además, hay 18 proyectos de ley en el Congreso de la Nación que se están
discutiendo. Para Schor Landman, “la IA fiable es lo que nos va a permitir que
esto crezca, se desarrolle y la gente lo utilice”.
Como conclusión,
coincidió con Díaz Canton en que la IA tiene muchos beneficios (mejora en los
diagnósticos, telemedicina, prevención, administración, etc), y destacó la
importancia de encontrar un balance entre la innovación y la protección de los
derechos fundamentales.
Fuente: Salud
en Línea