viernes, abril 29, 2022

Presentar experiencias en las Jornadas Universitarias de Informática en Salud

Ya se encuentra abierta la posibilidad de presentar experiencias en las Jornadas Universitarias de Informática en Salud. 

Primer llamado: 4 de abril al 1 junio 

tinyurl.com/4yh9mnws



jueves, abril 28, 2022

Pre-Sello Calidad Registro Clínico Electrónico

 

La convocatoria lanzada por el CENS, busca evaluar los productos de software para Registro Clínico Electrónico (RCE), utilizando algunos criterios de calidad alineados con estándares internacionales que permitan asegurar el uso de buenas prácticas de los mismos. 

Durante los últimos años el ecosistema de Sistemas de Información en salud (SIS), ha experimentado avances significativos en término de adopciones de Registros Clínicos Electrónicos (RCE), en muchos establecimientos de la Red Asistencial pública y privada. Este aumento no ha traído aparejado las capacidades técnicas de los prestadores para evaluar los productos que se les ofrecen, lo que les permitiría distinguir entre diversas opciones a quienes dan mejores garantías de seguridad y usabilidad en sus soluciones.

Hoy en día, resulta un desafío conocer y valorar la oferta completa de software para RCE. Este conocimiento es particularmente importante, puesto que las inversiones que realicen en tecnologías de información para los registros clínicos los acompañarán durante varios años. 

Para esto, el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud de Chile (CENS) lanza la Primera Convocatoria del “Programa de Sello de Calidad de Software de Registro Clínico Electrónico”, el cual apunta a una evaluación imparcial de los productos de este tipo, utilizando criterios de calidad alineados con estándares internacionales que permitan asegurar el uso de buenas prácticas de los mismos.

En esta primera convocatoria la evaluación se realizará a soluciones en Registro Clínico Electrónico enfocándose en los aspectos de seguridad y usabilidad de estos.

¿A quién está dirigido?

Están invitados a participar del programa todos los actores que cuenten con soluciones tecnológicas para Registro Clínico Electrónico.

  • Empresas/ Entidades jurídicas que hayan desarrollado un Registro Clínico Electrónico.
  • Empresas/ Entidades jurídicas que sean representantes en Chile de un Registro Clínico Electrónico de empresas internacionales.
  • Prestadores que cuentan con un Registro Clínico Electrónico de desarrollo propio en producción.


Fuente: https://cens.cl/pre_sello-calidad-registro-clinico-electronico/

Leído en eHealth Reporter

martes, abril 26, 2022

El valor de la Salud Digital

La Salud Digital es el nuevo paradigma global de salud, y está siendo impulsado como parte de una agenda global, entre las que destacan organismos multilaterales como la Organización de Naciones Unidas (ONU)1 y sus organismos especializados (la Organización Mundial de la Salud (OMS)2, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)3, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)4, y la Comisión de Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible (BBC)5 y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)6, gobiernos nacionales de países desarrollados como Reino Unido7 y Estados Unidos8, y organismos representantes del sector de telecomunicaciones como GSMA9.

La Salud Digital es el catalizador de la transformación de los sistemas de salud y permite la prestación de servicios e intervenciones innovadoras, efectivas, equitativas y de calidad. Además, la Salud Digital vincula a la persona, su familia y su comunidad en la prevención, detección oportuna, diagnóstico preciso y atención en el continuo. Finalmente, la Salud Digital permite el seguimiento y monitoreo de los servicios de salud prestados, fomentando la transparencia y la rendición de cuentas, y sentando las bases para la conformación de un sistema de salud comprobable.

Tendencias disruptivas de la Salud Digital

La Salud Digital se define como la convergencia de cuatro tendencias disruptivas:10

  • Servicios de salud centrados en la persona, con sistemas expertos integrales en apoyo a la decisión clínica operados desde la base del sistema de salud, que incluye la adopción de algoritmos para identificación del riesgo y con esquemas que favorecen el seguimiento en el continuo de la atención.
  • Servicios optimizados para uso en la nube, con infraestructura robusta que permitan el acceso, intercambio, integración y utilización de información en tiempo real de forma coordinada y transparente, permitiendo la la transaccionalidad de grandes volúmenes de información o big data.
  • Uso de apps móviles y el Internet de las Cosas, fomentando la corresponsabilidad y la participación de una persona en el cuidado de su salud, a fin de tener un estilo de vida saludable.
  • Redes sociales y comunidades conectadas, para facilitar la vinculación entre los prestadores de servicios en los distintos niveles de atención con la persona, su familia y su comunidad.

Estas tendencias son posibles gracias a dos revoluciones tecnológicas y de conocimiento que impactan de forma transversal a la salud:

  • Inteligencia Artificial aplicada y Ciencia de Datos. Los avances en la ciencia de la computación y la revolución de las disciplinas asociados a la analítica permiten el desarrollo de modelos predictivos de riesgo y el diseño de algoritmos que favorecen la terapéutica centrada en la persona, así como contar con modelos de optimización de los servicios de salud para mejora de la eficiencia y la efectividad.
  • Generación de conocimiento y ciencia. Asimilación de los avances en el entendimiento del genoma humano, la proteómica, la identificación de diversos biomarcadores del metabolismo de las células, órganos y sistemas del cuerpo humano, junto con avances en las tecnologías de información y la comunicación que potencian nuestra capacidad de procesamiento, la existencia de sensores diseñados para medir la actividad fisiológica del ser humano y comunicarla a la distancia y el desarrollo de aplicaciones móviles para mantenernos conectados. 11

La Salud Digital centrada en la persona

La Salud Digital cataliza una reingeniería del primer nivel de atención hacia la implantación de una salud pública personalizada11 que se expresa a través de la “turbina de salud” caracterizada por 6P:

  • Proactiva, con estrategias de alcance a la persona en la comunidad y el hogar para la valoración de riesgos.
  • Personalizada, con algoritmos que estratifican el perfil de riesgo a partir de sus condiciones de salud y el ambiente.
  • Predictiva, uso de IA para la predicción de riesgos y evolución del estado de salud, a partir de su estado de salud, su estilo de vida y el ambiente.
  • Preventiva, con intervenciones específicas individualizadas para la atención oportuna de esos factores de riesgo, considerando su salud y su contexto.
  • Participativa, con estrategias que empoderan a la persona y la activan en el cuidado de su salud.
  • Permanente, asegurando la prestación de servicios a través del continuo de la atención, tanto en los distintos niveles de atención como en el tiempo.


Dimensión poblacional de la Salud Digital

La Salud Digital debe venir acompañada de un marco regulatorio y normativo que permita la transformación de los servicios de salud, y en última instancia al sistema de salud en su conjunto. Para ello, se requiere la conformación de un marco robusto en tres áreas:

  • Innovaciones y conocimiento. Fomento y guías para la realización de ensayos clínicos digitales, guías para la incorporación de algoritmos de inteligencia artificial en la práctica clínica, recomendaciones y guía para sometimiento de medicamentos y dispositivos médicos que hacen uso de Salud Digital.
  • Prestación de servicios de salud. Esquemas digitales para las NOM en materia de servicios de salud y las Guías de Práctica Clínica, incluyendo el uso de herramientas didácticas para los algoritmos de decisión clínica, manuales de operación y de gestión y gerencia.
  • Administración de información. Cuerpo robusto de guías, lineamientos y normas para la adopción de esquemas de protección de datos personales, aseguramiento de confidencialidad y privacidad de la información, configuración y operación de infraestructura en esquemas seguros, y todo lo concerniente a intercambio de información en salud e interoperabilidad.

Adicionalmente, la Salud Digital debe promover la reingeniería de los distintos sistemas y plataformas utilizadas para el monitoreo del estado de salud de la persona, incluyendo el sistema de vigilancia epidemiológica, la implantación de plataformas para dar respuesta rápida y atención de brotes, así como el monitoreo de la eficacia y seguridad de los medicamentos y los dispositivos médicos a través de estrategias de farmacovigilancia y tecnovigilancia.

Dimensión del sistema de salud de la Salud Digital

La Salud Digital cataliza la transformación del sistema de salud con una coordinación efectiva entre los distintos actores encargados de ello. En concreto, la Salud Digital permite lo siguiente:

  • Reingeniería de procesos. Desde la modificación en la prestación de servicio de salud hasta la reingeniería del primer nivel de atención y la atención hospitalaria en su conjunto, con énfasis en una salud centrada en la persona.
  • Educación profesional continua. A través de plataformas digitales que permiten la capacitación sistemática y permanente de los profesionales de la salud usando plataformas digitales robustas, a fin de asegurar la asimilación de las nuevas prácticas clínicas y el nuevo conocimiento científico.


  • Cadena de distribución. Con un aprovechamiento de las plataformas digitales y utilizando métodos analíticos robustos a fin de tener un sistema de gestión y administración de medicamentos, vacunas, pruebas de laboratorio y otros insumos, con algoritmos y uso de Inteligencia Artificial que facilita la proyección de la demanda a partir de factores como consumo histórico, aspectos estacionales y riesgo incremental asociado a algunos determinantes sociales, entre otros.
  • Monitoreo y Evaluación. Implantación de estrategias de evaluación y monitoreo permanente de indicadores de estructura, proceso y resultado con énfasis en la calidad de la atención y los resultados en salud, favoreciendo la toma de decisiones del personal de salud en el primer nivel de atención y asegurando el uso de información para la toma de decisiones.
  • Implantación de esquemas de financiamiento por resultados, a fin de orientar los recursos para aquellas intervenciones con mayor costo-efectividad, o bien aquellas con mayor impacto en la salud pública.
  • Innovación y ensayos clínicos digitales. Uso de la Salud Digital para favorecer la conformación de un ecosistema encaminado a la asimilación acelerada de las innovaciones que se van desarrollando, tal que se asegure su uso en entornos que mejoren el acceso, la equidad y la calidad de la atención.

Implantación efectiva de la Salud Digital

Para que la Salud Digital sea una realidad y se asegure la transformación de los sistemas de salud en sus distintos ámbitos, local, regional y nacional, se debe asegurar un trabajo conjunto, coordinado y alineado a una visión única y de largo plazo, bajo el liderazgo de un Gobierno nacional y con el acompañamiento y ejecución por parte de los gobiernos locales, poniendo a la persona y su familia al centro en interacción con los profesionales de la salud.

Además de las distintas instituciones del sector público, este esfuerzo debe incluir al sector académico, tanto universidades como centros de investigación, las organizaciones sociales o sin fines de lucro, y con un diálogo permanente con el sector privado, tanto en los rubros de tecnologías como de desarrollo y manufactura de medicamentos y dispositivos médicos.

Referencias

1. Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel sobre Cobertura Universal en Salud de la Organización de Naciones Unidas en septiembre 2019.

2. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de la 71va Asamblea General de la Salud en mayo 2018, publicó una resolución que enfatiza el rol de la Salud Digital en la transformación de los sistemas de salud. Desde entonces, la OMS ha creado el Departamento de Salud Digital, ha designado a una Científica de Datos en Jefe, ha creado un Grupo Técnico Asesor en Salud Digital, y ha lanzado la Estrategia en Salud Digital 2020-2025.

3. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha impulsado la adopción de tecnologías para la prestación de servicios de salud enfocados en la salud infantil, entre los que destacan el impulso de tecnologías para los programas de vacunación.

4. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha realizado esfuerzos proactivos para crear conciencia en los ministerios de comunicaciones de los países sobre la importancia de contar con estrategias de conectividad y uso de banda ancha. Asimismo, ha publicado informes para la implementación de estrategias de Salud Digital.

5. La Comisión de Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible conformó un Grupo de Trabajo de Salud Digital para impulsar una agenda robusta de Salud Digital con tomadores de decisiones del sector público y el sector privado. Desde 2017, la Comisión ha publicado tres reportes icónicos: Salud Digital: un Llamado a los Gobiernos para la Cooperación entre la Salud y las TIC (2017), La Promesa de la Salud Digital: Enfoque a las Enfermedades Crónicas para acelerar la Cobertura Universal en Salud (2018); y Reimaginando la Salud Global a través de la Inteligencia Artificial: una Ruta Crítica para la Madurez de la IA (2020).

6. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2011, a través de la Iniciativa Salud Mesoamérica encabezada por Fundación Carlos Slim y, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Gobierno de España, comenzó apoyando a los países participantes en el desarrollo e implantación de soluciones de Salud Digital, en especial en los países de Centroamérica. En paralelo, la División de Protección Social y Salud ha estado financiando y proveyendo apoyo técnico a los países que desean implementar soluciones de Salud Digital. En 2019, el BID lanzó +Digital, una plataforma que emula el Atlas de Salud de la OMS, donde se muestran las distintas aplicaciones de Salud Digital en la región.

7. El Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) ha lanzado una serie de iniciativas tendientes a asegurar la transformación digital en salud, entre las que destacan la Unidad de Analítica, el Hub Virtual de Inteligencia Artificial y el Laboratorio de Inteligencia Artificial. Adicionalmente, a través del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud (NICE), emite recomendaciones para las distintas instituciones del sector salud sobre las nuevas tecnologías dirigidas a la atención, y ha desarrollado una herramienta para la valoración temprana de tecnologías médicas.

8. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del Gobierno de Estados Unidos estableció un Centro de Excelencia en Salud Digital, encargado de la emisión de lineamientos, guías y recomendaciones para el desarrollo de software para uso en dispositivos médicos (SaMD), valoración de resultados clínicos, y el lanzamiento de un programa de pre-certificación de empresas desarrolladoras de software, entre otros.

9. La Asociación GSM, una organización que aglutina a más de 750 operadores de telefonía celular, ha elaborado diversos reportes para alertar sobre los beneficios de la Salud Digital, y ha documentado a través de múltiples casos de estudio los beneficios de la Salud Digital en distintos países de África, Asia y América Latina, entre otros.

10. Tapia-Conyer, Roberto y Saucedo-Martínez, Rodrigo. “La Salud Digital: Eje de la Transformación del Sistema de Salud de México”, en Contreras Bustamante, Raúl y Peñaloza, Pedro José (coords.) ¡Sí hay salidas! México: Universidad Nacional Autónoma de México y Editorial Porrúa 2018.

11. El término “salud pública personalizada” fue acuñado por Roberto Tapia-Conyer y se construye sobre los principios de salud poblacional y que, gracias a la Salud Digital, pueden ser personalizados y diseñados para necesidades específicas de cada persona, basados en los avances científicos de la genómica, la metabolómica, la proteómica, el estado de salud actual y los determinantes en salud, entre otros.

Fuente Salud Digital


lunes, abril 25, 2022

El proceso de implementación de la Historia Clínica Electrónica de Uruguay, es uno de los principales ejemplos de digitalización del sistema de salud en Latinoamérica.

El camino hacia la implementación de la Historia Clínica Electrónica Nacional (HCEN) en Uruguay comenzó desde 2007, cuando el gobierno inició un proceso de reforma sanitaria que derivó en la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).


“El SNIS está pensando en la consagración del derecho a la salud por parte de todos los habitantes del país. Desde esa concepción, es un derecho conocer la trayectoria del proceso salud-enfermedad a lo largo de la vida de cualquiera de las personas que son parte del sistema, y ese derecho está consagrado en las propias leyes del SNIS como derecho humano esencial. La HCE es una de las herramientas más aptas para protegerlo”, explicó en su momento María Julia Muñoz, ministra de Salud Pública de Uruguay Entre 2005 y 2010.

De esta forma el SNIS busca la cobertura universal en salud, a través de proveedores público y privados. Esto implica que todas las instituciones de salud brinden atención integral, es decir las mismas prestaciones, esto lograría facilitar la implementación de la HCEN.

En este sentido, hacia el año 2012, comenzó un nuevo proceso que condujo a la creación de Salud.uy, iniciativa de salud digital del gobierno Uruguay, que daría origen al diseño de estrategias para desarrollar e implementar una HCEN. Además de determinar los lineamientos de informática médica y términos técnicos y regulatorios.

Creada en 2005 al inicio de todo el proyecto, la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información del Conocimiento (Agesic), y Salud.uy fueron claves para el despliegue de las líneas estratégicas para el diseño e implementación de la HCEN en el país.

En 2014, luego de una estrategia de despliegue de fibra óptica que comenzó en 2011, lograron alcanzar medio millón de conexiones activas de fibra óptica. Y en 2015, la dirección Nacional de Identificación Civil, comenzó a emitir Cedulas de Identidad Digital y firmas electrónicas.

Por otra parte, el BID, aportó aproximadamente 21 millones USD, para la implementación de este proyecto, a través de tres prestamos de 6 millones en 2013, 2017 y 2021. Los prestamos tuvieron diferentes objetivos, primero el establecimiento de una red digital de prestadores de servicio, segundo consolidar la plataforma digital de intercambio de información clínica y el tercero buscará profundizar los primeros dos objetivos y aumentar el uso de datos de registros médicos para la toma de decisiones.

En 2017, la ordenanza No. 1085 del Ministerio de Salud Pública, reglamentó el decreto que establecía el plan de adopción de la HCEN, que debían cumplir todas las instituciones de salud, públicas y privadas. Esto representó un hito en la transformación digital del sector sanitario en Uruguay.

Y en Ley de Rendición de Cuentas (19.670), “estableció que las entidades prestadoras de salud debían incorporarse a la HCEN y definió que las personas se integren registrando su información a través del prestador”, según explica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y en 2019, el decreto 122/019, reglamentó la gestión de datos por parte de los usuarios y los prestadores de servicios de salud en la plataforma de la HCEN.

Finalmente, tras diversas ordenanzas por parte del MSP durante 2020, al año si siguiente la Ley No. 19996, estableció que la información generada en las HCEN serían la única fuente válida para acreditar la situación de salud de todos los trabajadores, y se acordó el 31 de diciembre de 2022, como fecha límite para que los prestadores de servicios acataran dicha orden.

Asimismo, el BID publicó el documento Implementación de la Historia Clínica Electrónica Nacional de Uruguay, que realiza un recorrido extenso a través del proceso de la HCEN en Uruguay, y la reconoce como una de las iniciativas más importantes de Latinoamérica en cuanto a Salud Digital.

Consulta más sobre este avance en la transformación digital de la región de Latinoamérica: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Implementacion-de-la-Historia-Clinica-Electronica-Nacional-de-Uruguay.pdf

 

Fuente: Salud Digital

viernes, abril 22, 2022

Tener un sensor en la cabeza será de rigor en 10 años, igual que ahora todo el mundo tiene un teléfono inteligente

Dos neurocientíficos alertan de la inminente llegada de dispositivos que conectarán el cerebro directamente con Internet.

Dos expertos españoles estuvieron a comienzos de noviembre en la Casa Blanca, en Washington, convocados por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El neurocientífico Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia, y el ingeniero Darío Gil, director mundial del área de investigación de IBM, alertaron en la residencia del presidente estadounidense de la inminente llegada de un mundo en el que los ciudadanos se conectarán a Internet directamente con el cerebro, mediante gorras o diademas capaces de leer el pensamiento.

En ese hipotético porvenir, un algoritmo podrá autocompletar la imaginación, como ya hacen los programas informáticos de procesamiento de textos con las palabras. Los primeros dispositivos, todavía rudimentarios, podrían estar en 10 años a la venta en las tiendas de electrónica, según los cálculos de estos expertos que dialogaron con el diario español El País.

Yuste, madrileño de 58 años, y Gil, madrileño nacido en Murcia hace 46, son dos de los protagonistas del último documental del cineasta alemán Werner Herzog, un recorrido por las asombrosas fronteras de la neurotecnología y la inteligencia artificial.

 

- ¿Cuáles son las implicaciones de estas tecnologías?

Rafael Yuste. La implicación más importante es que va a cambiar la naturaleza del ser humano. Nos vamos a convertir en híbridos. Esto es una cosa que va a ocurrir sí o sí. No tengo ni la más mínima duda.

 

- ¿Qué es ser híbrido?

R. Y. Ahora dependes de tu teléfono móvil para hacer cada vez más cosas: encontrar una calle, llamar, usar el calendario, la agenda telefónica, la calculadora… En realidad, lo único que hace el teléfono es conectarte a la red. Esta conexión, en vez de estar en el teléfono en el bolsillo, la vamos a tener directamente en la cabeza, por una interfaz cerebro-computadora. Estas interfaces serán posiblemente no invasivas y serán distribuidas de manera masiva a toda la población. Y esto trasladará una parte cada vez mayor de nuestro procesamiento mental al exterior. La memoria, por ejemplo. Una externa nos mandará la información de vuelta. Y eso va a ser beneficioso en el sentido de que va a dar un acelerón a las capacidades cognitivas y mentales de los humanos. Ahora hay una brecha entre la gente que tiene acceso al mundo digital y la gente que no. Si no tienes teléfono móvil, empieza a ser complicado hacer cosas tan simples como ir al médico o hacer una transferencia de dinero. Pues esto va a ser una brecha mucho mayor. Habrá gente que estará aumentada y gente que no lo estará. Y eso cambiará la especie humana.

 

- ¿De qué año estamos hablando?

R. Y. Depende. Será una cosa gradual. Primero, llegarán dispositivos y aplicaciones que nos permitirán registrar y descifrar la actividad mental. Estamos hablando de 10 años.

 

- ¿Con diademas o cómo?

R. Y. Con diademas, con gorras o con cascos. Las primeras aplicaciones importantes pueden ser, por ejemplo, para escribir mentalmente o para traducción simultánea. Imagina que llegas a un país con tu diadema: piensas en tu idioma y tienes un altavoz que habla el otro idioma. Y, por supuesto, como la humanidad es lo que es, lo primero serán juegos y porno. Y luego, 10 años más tarde, yo creo que vendrán las tecnologías para introducir información en el cerebro, que siempre es más difícil. Y ahí ya será de verdad la aumentación mental. Si tú quieres acabar la frase en la que estás pensando, un algoritmo te la acabará, igual que ahora cuando estás escribiendo te la autocompleta. Imagina que te la autocompleta no solo con lo que quieres escribir, también con qué tienes que comprar en el supermercado, qué pareja quieres buscar, qué decir a la gente con la que estás hablando. Si ahora hablase con una persona y tuviera acceso a todo lo que ha hecho durante su vida, podría contarle otra cosa que le interese. Y, por supuesto, podría conducir o manejar mentalmente cualquier tipo de maquinaria. Yo digo que va a ser un nuevo renacimiento, porque la especie humana de repente salta hacia arriba, se conecta a computadoras cuánticas [ordenadores con una capacidad de cálculo muchísimo mayor]. Imagina una computadora cuántica ayudándote a decidir dónde tienes que invertir o qué carrera tienes que escoger. Estamos hablando de una especie humana muy distinta.

 

- ¿Todavía con gorra o diadema o ya sería un dispositivo implantado en el cerebro?

R. Y. Depende. Un equipo de la Universidad de Stanford ha conseguido este año que pacientes paralíticos, que no pueden hablar, escriban como si estuvieran escribiendo a mano, pero a base de pensar, con tecnología implantada. Ese problema, técnicamente, ya está solucionado. De aquí a 10 años, si hablamos de tecnología implantada, se podrá meter información de ida y vuelta. La tecnología implantada es muchísimo más potente, pero no la puedes vender en un supermercado, porque necesitas que un neurocirujano te la ponga. Siempre estará en el ámbito médico. El problema ético y social más gordo es la tecnología que no está implantada, la que no es invasiva, porque se puede comprar como si fuese electrónica de consumo, no está regulada, y puede llegar a toda la población.

 

- En la Casa Blanca están interesados en los riesgos de este futuro.

Darío Gil. Hay un deseo de avanzar en la neurotecnología en sí misma, para usos muy positivos: en personas con discapacidad, paralíticos, gente que tiene una necesidad desde el punto de vista médico. Y luego puede haber también aplicaciones que no son tan controvertidas, pero hay que pensar en cómo las vamos a gestionar y regular, sobre todo la parte que es un producto electrónico de consumo. Uno se puede imaginar consecuencias muy negativas: en la libertad de expresión o en la libertad de conciencia, por ejemplo. Podemos imaginar interrogatorios en países sin ninguna protección de derechos, con la posibilidad de extraer conocimiento directamente de ti. Puede ocurrir en los años venideros. Nosotros creemos que tiene que haber un diálogo, no solo social, también a nivel de gobiernos, que defina el uso de este tipo de tecnologías, para guiarlas por un camino positivo.

 

- ¿Ustedes creen que se van a leer los pensamientos sí o sí?

D. G. Sí, es cuestión de tiempo. Desde el punto de vista invasivo, sabemos que es posible.

 

-¿Y con una gorra también?

R. Y. Antes o después. La neurociencia avanza imparablemente y el pensamiento está generado por el cerebro. Cuanto más descodifiquemos el cerebro, más descifraremos la actividad mental. La cuestión no es blanco y negro, es un continuo. Ahora mismo con una gorra puedo averiguar si estás despierto, si estás dormido, si estás atento. Con un casco, mejor. Podría saber qué partes de tu cerebro se están activando: la visual, la de las emociones, la sensorial. Eso, hoy. En 10 años, posiblemente podrás escribir a máquina [con la mente].

 

- ¿Cómo sería esa hipotética unión cerebro-ordenador cuántico? ¿Qué podría hacer un humano?

D. G. Vamos a conectar el cerebro a sistemas de computación externos. No es solo qué va a pasar con la inteligencia artificial o qué va a pasar con la computación cuántica o con el mundo de cálculos precisos, sino qué va a pasar con la combinación de todo ello. Si tienes una hiperaceleración de la capacidad de computación y la conectas de manera muy simbiótica con el ser humano, es una explosión cámbrica. La computación te va a ayudar a expandir tu conocimiento, tu memoria, tu capacidad de cálculo, de hablar diferentes idiomas, de entender procesos físicos. Imagínate que quieres diseñar una nueva batería para el coche eléctrico: va a expandir tu capacidad de imaginar nuevas moléculas, por poner un ejemplo.

 

R. Y. Los humanos siempre tenemos miedo a lo que no conocemos. Cuando entras en una habitación oscura, siempre estás un poco preocupado por si hay un monstruo. En este caso, yo tranquilizaría a la gente. Lo que viene es una revolución positiva. La ciencia y la tecnología son las mejores herramientas que tiene la humanidad para solucionar cualquier problema. Yo pienso sinceramente que esta será otra herramienta que han hecho los humanos, igual que el fuego, la rueda, el carro, la imprenta y la energía nuclear: herramientas que nos han dado un empujón hacia el futuro y hemos acabado en una situación mucho mejor que antes. Yo creo que esto será igual. Miraremos hacia atrás y pensaremos que antes éramos un poco primitivos.

 

- Un experimento en EE UU en 2016 logró averiguar que una persona estaba pensando en una cuchara. ¿Eso ya se puede hacer hoy?

R. Y. La respuesta es sí. No es fácil, te tienen que meter en un buen escáner de hospital. Pero, desde hace ocho años, si piensas en una imagen, se quedan cada vez más cerca de averiguar esa imagen. Te van enseñando fotos y con cada una te hacen un escáner del cerebro, para ver qué partes se activan. Y luego te piden que pienses en una de las fotos que te han enseñado. Piensas en la foto de la cuchara y, como ya saben cómo responde el cerebro, saben que estás pensando en una cuchara. Si te piden que pienses en un cuchillo, aunque no te hayan enseñado un cuchillo, se activa una zona que puede ser la de la cuchara y otra zona de un arma. Entonces pueden averiguar que estás pensando en una cuchara que no es una cuchara. Se van acercando cada vez más. Y eso es hoy.

 

D. G. Si tienes miles de millones de frases y buscas las correlaciones entre las palabras, puedes empezar a hacer sistemas de predicción del lenguaje con muchísima fidelidad gracias a la inteligencia artificial. Las señales que existen en nuestro cerebro tienen una complejidad extraordinaria, pero podemos utilizar redes neuronales [modelos artificiales que intentan emular el procesamiento de la información del cerebro humano] para extraer las correlaciones, aunque no lo entendamos de manera causal. Conforme mejore la computación, la capacidad de cálculo, la fabricación, los semiconductores, los sensores y demás, seremos capaces de descifrar cosas cada vez más sofisticadas en el cerebro. Y luego está la estadística. Si hay muchas personas conectadas a este tipo de sensores —algunos más invasivos y otros menos—, al final puedes predecir cosas, aunque sea un sensor más rudimentario.

 

- ¿Podría existir un dispositivo que pasa como un detector de metales por detrás de tu cabeza y lee lo que estás pensando? ¿O es inconcebible?

R. Y. Físicamente, las señales son tan débiles que tienes que tener el sensor justo pegado al cráneo, por ahora. No digo que no pueda ser así en el futuro. En los próximos cinco o 10 años tendrá que ser una gorra o una diadema. Tener un sensor en la cabeza será de rigor en 10 años, igual que ahora todo el mundo tiene un teléfono inteligente porque, si no lo tienes, te quedas atrás. Será una cosa muy común. Tener el sensor en la cabeza te permitirá hacer grandes cosas, pero en principio perderás también el control de los datos mentales.

 

- Facebook y Google están en ese negocio de conectar el cerebro a computadoras.

R. Y. Están todas las grandes compañías tecnológicas y muchas otras nuevas. Están surgiendo como setas, porque piensan que va a ser el nuevo salto tecnológico. Están metiéndose también [los empresarios estadounidenses] Elon Musk, Bryan Johnson… Quieren ser los primeros. En el rodaje del documental de Herzog, cuando estuvimos en Seattle, cenamos con el vicepresidente y jefe de inteligencia artificial de Google. Nos enseñó una demostración de su nuevo asistente personal, que según él pasa el test de Turing: no puedes saber que no es una persona. Estuvimos conversando con este programa y fue asombroso. Fue como una conversación con una persona inteligente y, además, cultísima, porque tiene acceso a toda la información del mundo. Yo me quedé de piedra, porque me dio la impresión de que vamos a tener un asistente de estos en la mesa, a la hora de cenar con la familia. Y, por un lado, será buenísimo, porque será como una ventana al mundo.

 

D. G. Ahora se está haciendo mucho. Generas sistemas de lenguaje natural. En los últimos años, trabajábamos con las redes neuronales para temas de clasificación, como el reconocimiento de imágenes. Pero ahora se están creando modelos generativos: crean un texto, crean diálogos, pueden crear imágenes. La reflexión es: ¿qué es un lenguaje? Un lenguaje es, por supuesto, el idioma, pero también puede ser los sistemas de la química o los entornos de programación. Nosotros hemos utilizado estos modelos para crear moléculas químicas. En el futuro, la inteligencia artificial te va a ayudar a escribir el software, igual que estamos viendo sistemas de autocompletar una frase.

 

R. Y. Es la tormenta perfecta. Por un lado, viene la inteligencia artificial con estos algoritmos que pasan la prueba de Turing y los vas a tener diciéndote lo que tienes que hacer. Y esto lo conectas con el cerebro. La conexión que tenemos ahora con el algoritmo de inteligencia artificial, en el teléfono móvil, es todavía torpe: con mis deditos, mirando. Imagínate conectar esto con el cerebro humano. Es un estallido con repercusiones fortísimas y muy profundas: científicas, médicas, sociales, económicas y también de seguridad nacional. Por eso nos llamaron desde la Casa Blanca. Es inevitable que ocurra, sinceramente. Es el progreso y será para bien, en general, pero tendrá unas consecuencias profundísimas.

 

- Cuando hablan de implicaciones para la seguridad nacional, ¿qué están imaginando?

R. Y. Nosotros nunca pensamos en esto, pero los del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos nos llamaron por primera vez hace un año, porque se habían enterado de que China estaba intentando fusionar la inteligencia artificial con la neurotecnología y querían una reunión para informarles sobre todo lo que sabemos sobre neurotecnología en China. Yo no soy un experto en seguridad nacional, pero he oído que les preocupa que los analistas tengan interfaz cerebro-computadora para conectarse directamente a bancos de datos. Si tienes acceso a todo lo que se está diciendo hoy en Afganistán o en Siria, ¿cómo puedes identificar lo que te interesa? Es un problema gordísimo. Y es muy posible que sea solventado con mayor rapidez si conectas a la persona directamente a la red. Otras implicaciones, por supuesto, son las armas robóticas, los conductores de dron conectados entre sí…

 

- ¿Directamente cerebro-dron?

R. Y. Varios cerebros con un dron. Sería una posibilidad que podría mejorar la precisión. También están las armas hipersónicas, que se están fabricando en Rusia y en China y acortan el tiempo de reacción para una guerra nuclear a 15 segundos. La respuesta a ese riesgo es tener unos sistemas de inteligencia artificial que, en menos de 15 segundos, puedan decidir si [el ataque] es de verdad o no.

 

D. G. La convergencia de tecnologías multiplica el progreso y las consecuencias. No hay que hacer solo un análisis de la progresión lineal de cada tecnología de manera independiente: los semiconductores van por ahí, la miniaturización va por ahí, la inteligencia artificial va por ahí, la neurotecnología va por ahí, la computación cuántica va por ahí. Lo que la gente percibe menos es lo que pasa con la intersección, cuando combinas una tecnología con otra y con otra. Eso es menos fácil de predecir. Ahí es cuando se ven avances exponenciales sin que la gente lo anticipe. Estamos intentando que se entienda la importancia de estas tecnologías, que el mensaje llegue al mayor nivel de decisión. Son áreas importantísimas a la hora de invertir y estar en la vanguardia. Y las sociedades democráticas tenemos que decidir qué queremos. La tecnología tiene unas tendencias y va avanzando, lo cual no quiere decir que sea imposible de guiar. Ya ha habido ejemplos en tecnologías anteriores, como la nuclear o la biotecnología, con las que se han desarrollado todo tipo de normativas y sistemas de autogestión para decir: “Por este camino, menos, y si vas tienes que pasar un comité ético”. Que no sea todo el salvaje Oeste.

 

- La dictadura china y la norcoreana fabrican bombas atómicas y no pasa nada, aunque haya comités.

R. Y. Yo creo que no es verdad que no pase nada. Hay consecuencias muy graves. Algunos estados están aislados. Y no todo el mundo que quiera se puede hacer las bombas en el garaje. Se han establecido muchísimas limitaciones y hay consecuencias muy serias, lo cual no quiere decir que sea un sistema perfecto. Nosotros no luchamos por la perfección. En el mundo de la ciencia y la tecnología, si vas solucionando más problemas de los que vas generando, por lo menos es un vector de progreso. Nosotros lo que defendemos es que haya un diálogo mucho más activo sobre estas tecnologías, con científicos, empresas, universidades, con el Gobierno, para planificar escenarios y anticiparnos. Los gobiernos no controlan la tecnología. Esa es la realidad. Tenemos que inventar otra manera de colaborar con los diferentes actores que son responsables de la creación de esta tecnología. ¿Cuál es el G7 de la tecnología? No van a ser solo ministros y presidentes hablando unos con otros. Necesariamente, va a involucrar al sector de ciencia y tecnología que no es parte del Gobierno.

 

- Podrían estar IBM, Google, Facebook...

D. G. Muchas compañías tecnológicas, universidades, centros científicos. Requiere otra serie de actores alrededor de la mesa, dialogando y aportando ideas. Y eso hay que inventarlo, igual que hemos inventado otras instituciones en el pasado. Nosotros creemos que la neurotecnología es un buen ejemplo a la hora de empezar a definir por qué es necesario este tipo de diálogo. Con las cosas tecnológicas, la gente muchas veces no sabe de lo que hablamos. La neurotecnología puede leer lo que está en tu cerebro y también escribir algo en tu cerebro. Tiene unas implicaciones que todo el mundo puede sentir. Si somos capaces de iluminar un área con claridad, seremos más capaces de iluminar otras áreas.

 

R. Y. Proponemos que la neurotecnología sea la punta de lanza para una discusión más profunda sobre cómo encajar la tecnología en el mundo. Como la neurotecnología toca la fibra del ser humano directamente, muchos pensamos que lo lógico es que la respuesta social sea encajar la neurotecnología en unos derechos humanos existentes o por diseñar. Y, con esta pieza más o menos encajada, puedes mirar con una nueva perspectiva las otras tecnologías, como la inteligencia artificial, que ahora mismo están muy embarradas y es difícil lidiar con ellas.

 

- Un día de 2018 la humanidad se desayunó que ya se habían creado niñas modificadas genéticamente con la técnica CRISPR en China y se creó un comité internacional sobre manipulación genética para decidir qué estaba bien y qué estaba mal. Ustedes sugieren hacerlo con la neurotecnología antes de que ocurra una salvajada.

D. G. Sí, yo creo que uno se puede imaginar el futuro. No es imposible anticipar qué cosas se pueden hacer.

 

- Anticipen. ¿Cuál será el escenario en 20 años?

D. G. Sabemos que existen unas señales en nuestro cerebro que se pueden descifrar y también que se pueden inyectar nuevas señales. Sabemos que eso se puede hacer de manera invasiva. La gente conduce coches pensando. Es impresionante lo que puedes hacer. Uno puede anticipar una serie de progresos científicos y tecnológicos por los que lo que a día de hoy es invasivo ya no lo sea.

 

- ¿Hablamos de medio siglo? ¿20 años? ¿10 años?

D. G. Algunas cosas importantes pueden pasar de aquí a 10 años. Hay muchas empresas trabajando en ello. Es algo que vamos a ver en nuestras vidas. Y antes de llegar a ese camino hay que empezar a pensar de manera sofisticada sobre este tema. Con [la técnica de edición genética] CRISPR hay comités éticos, para ver qué tipos de experimentos se pueden realizar. Pero nadie habla de la neurotecnología. Al principio será un videojuego o se utilizará para escribir más rápido, pero conforme pase el tiempo se agregarán datos de millones o miles de millones de personas. La privacidad de tus pensamientos puede que esté en cuestión y puede que haya oportunidades de manipulación. Anticipando ese futuro, hay que ver cómo guiarlo.

 

R. Y. Es lo que llaman el dilema de Collingridge: cuando sale una tecnología nueva no sabes bien para qué se va a utilizar, pero es muy fácil regularla. En cambio, cuando ya se ha implantado en la sociedad conoces perfectamente bien las consecuencias negativas, porque ya llegas tarde. En el caso de la neurotecnología, sobre todo fusionada con la inteligencia artificial, está clarísimo lo que nos viene. Son cosas que ya sabemos hacer en animales. Y si se puede hacer en animales hoy, antes o después se va a hacer en humanos. ¿Por qué esperar a que sea demasiado tarde? Esto va al corazón de lo que es un ser humano, a nuestra mente.

 

- Si se sentaran directamente con el presidente estadounidense, Joe Biden, o con el español, Pedro Sánchez, ¿qué leyes nuevas les sugerirían? Ustedes han propuesto tratar los datos cerebrales como si fueran un órgano más, como un riñón.

R. Y. Yo les diría a Biden y a Sánchez que de vicepresidente tengan a un científico o a una científica. Si la mano derecha de un presidente del Gobierno es la economía, la mano izquierda tiene que ser la ciencia. Borges decía que es muy importante pensar no solo en lo que ocurre, sino en lo que no ocurre. Así te das cuenta de lo que falta. Y yo echo en falta una vicepresidencia científica.

 

D. G. La tecnología está avanzando a tal velocidad y sus consecuencias son tan amplias que debería ser una parte fundamental de cómo se gestionan los gobiernos, de cómo se hacen alianzas entre países. Hay alianzas comerciales o militares entre países. A mí no me cabe ninguna duda de que la siguiente generación de alianzas va a ser científico-tecnológica. Eso va a tener una serie de consecuencias muy importantes: qué haces tú, con quién colaboras, con quién no, quién tiene acceso y quién no. ¿Qué consecuencias hay si violas un acuerdo de tecnología y te pasas de la raya siete pueblos? Todo esto va más allá de aprobar esta ley o esta otra. Hay que incorporarlo como un elemento central en las preocupaciones de cada una de nuestras instituciones. Ya está pasando en las empresas. Hoy las empresas son las que hacen más la tecnología. Puedes estar en el sector del automóvil, pero es que en el futuro los coches van a ser ordenadores con ruedas. Esto que ya está transformando a las industrias también va a transformar a los gobiernos.

 

Fuente: El País

Leído en el blog de Marisa Aizenberg