(Los
acentos fueron obviados por cuestiones tecnicas)
Dr. House se despidio de la television,
pero atiende en La Plata.
Efrain Salvioli, Medico Clinico, por su extravagancia, asi llaman al vicepresidente de
la Sociedad de Medicina Interna platense sus colegas y alumnos. Rechazo la
medalla de oro al recibirse y puede atender de madrugada en su casa.
No usa baston y prescinde de la soberbia del mitico personaje televisivo
Dr. House, que acaba de despedirse de la television. El aura del Dr. Efrain
Salvioli es otra: emana simpatia y simpleza. Intentara, durante la
entrevista, desprenderse de la etiqueta de House que le pegaron colegas y
alumnos, aunque reconocera puntos en comun (ver recuadro). Desde el Hospital
Gonnet de La Plata, este medico clinico admiradisimo contesta sin ojear el
reloj ni atender su celular, que insiste en vibrar desde el bolsillo. Su
filosofia del respeto es total y es el eje de la medicina que practica, tan
dificil de encontrar en estos tiempos.
Manos y orejas. Salvioli tiene 42 años, es vicepresidente de la Sociedad
de Medicina Interna de La Plata, jefe de Trabajos Practicos de la Catedra de
Medicina Interna de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) e instructor de
residentes de Clinica Medica del Gonnet. Nacio y vivio siempre en La Plata. Es
hijo de un clinico, de quien heredo la “medicina de los viejos”: esa para la
cual bastaban las orejas y las manos, dice. “Clinico viene de clinus, cama: el
medico que se sienta al lado del paciente. Al principio, solo con la pregunta
accedias al mundo interior del enfermo. Hoy, el medico pregunta poco y pide
muchos estudios”, señalo.
Jimena Gonzalez, egresada de la UNLP, conto a PERFIL: “Fue mi profesor, y
cuando lo vi con un paciente la primera vez, note que era distinto, brillaba
diferente. Lo que senti es que Efra escucha, habla y toca al paciente con
humanidad, conecta con el y viceversa”.
Segun Salvioli, los pacientes internados suelen ser “invisibles” a los
ojos del personal de salud. “Algunos medicos hablan fuerte delante y cerca de
ellos, como si no estuvieran. Justamente, porque no ven enfermos, ven
enfermedades”, apunto. “Me veo como un reflejo de una escuela en la medicina
platense que pone en escena al ser humano”, describio, y agrego que la
reproduccion de este modelo esta en crisis, porque pocos lo transmiten. “No hay
nada particular en mi, solo me siento a escuchar”, aseguro. Pero no es cierto.
Para avanzar en la nota, se necesitaba volver a contactar a Efrain, pero el
medico no atendio el celular ni respondio los mails en todo el dia. A las 3 de
la mañana contesto: “Sigo atendiendo. Perdon”.
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