(Los acentos fueron obviados por
cuestiones tecnicas)
Salud: silencio, pensamiento dogmatico y gran deuda social.
La
salud no es politica de Estado. El sector fue condenado al fondo de la agenda
social, y queda la pena de un conjunto de daños: degradacion hospitalaria
corrupcion, manipulacion de datos, malversacion de palabras, como inclusion, a
las que habra que dar nuevamente sentido; y conductas como admitir en silencio
restriccion de presupuesto que baja calidad, para evitar conflictos. Se
presentaron presuntos logros y ocultaron fracasos. Se fue “politicamente
correcto” y se expreso nada al decir: “articulacion, redes integradas,
fortalecimiento de la APS, hospitales abiertos a la gente”, mientras miramos sin
ver inequidad y muertes injustas de una salud publica degradada en humillantes
esperas de madrugada por un turno y guardias colapsadas. Esperas de olvidados
millones de argentinos con solo cobertura publica, ocultadas para no hacer
ruido. No aparecer en los diarios parecio una virtud politica.
Hay una
conducta y lenguaje de ideas y convicciones exasperadamente ausentes, por
mezquinos intereses individuales o sectoriales, dirigidos a evitar conflictos
con laboratorios, la Iglesia, sindicatos y minorias. Se emplean figuras
retoricas y se evita mostrar intencion de cambio. Aqui la historia suele ser mas
impiadosa con los que muestran la realidad y “destapan la olla”, que con quienes
la llenaron de problemas sin resolver. La “correccion politica”es parte del
discurso dirigencial; se hace silencio respecto a la imprescindible alineacion
del PAMI al Ministerio de Salud; se critican las prepagas, sin mencionar que su
crecimiento es fruto del abandono del sector publico; hay silencio sobre ciertas
conductas de sindicatos y agremiaciones; no se mencionan cifras de ausentismo,
ni incumplimiento en el sector publico al que dicen defender; se oculta o evita
informacion valiosa sobre mortalidad infantil, materna y desnutricion; no
discutimos mejoras y el honesto analisis critico de la realidad se reemplaza por
pensamiento dogmatico, eliptico basado en eufemismos y lugares comunes.
En los
ultimos 12 años, la situacion se repitio casi sistematicamente, se confio el
ministerio por compromiso politico, o a profesionales sin experiencia, con la
sola excepcion del doctor Gines Gonzalez Garcia (en cuyo periodo se registraron
los unicos avances notables). La mortalidad infantil se redujo 35%, pero
perdimos terreno respecto a otros paises de la region: una cifra alarmante dice
que si en los ultimos 10 años la hubieramos reducido al ritmo de Chile, se
habrian evitado 45.000 muertes infantiles. Nuestra mortalidad materna es 2 veces
y media la que nos comprometimos a alcanzar este año; cada 10 minutos una
adolescente es mama (3 de cada 10 menores de 15 años, y 35% con solo nivel
primario).
Estos
datos obligan no solo a la cuidadosa eleccion del equipo ministerial, sino al
respaldo a un camino a ser transitado en igual sentido durante muchos años que
exceden ampliamente un gobierno si queremos alcanzar una salud mas equitativa.
Admitir que a pesar de algunos logros el resultado esta por debajo del que
habria sido posible; que no tenemos politica estrategica de recursos humanos;
que los prestadores estan muy comprometidos en la renta y sin respuestas
adecuadas; que cada vez gastamos mas sin invertir en lo que se debe; que no se
usan criterios de efectividad para incorporar tecnologias; que desde hace mucho
tiempo la salud no es politica de Estado y que dentro del mismo pais la riqueza
relativa, nivel educativo y ubicacion al nacer pueden definir el riesgo de morir
de un niño.
El
desafio es que Argentina pueda salir de la deuda social no saldada en el mejor
contexto mundial en un siglo y reducir en serio la pobreza, eliminar la
desnutricion, garantizar la obligatoriedad en salas de 4 y 5, tanto como la
calidad de la educacion basica obligatoria y prevenir el embarazo no planificado
en adolescentes.
Cada
nuevo gobierno tuvo la oportunidad, y casi siempre privilegio otras areas y
frustro el sueño de un sistema menos fragmentado, mas justo y equitativo. Los
olvidados esperan que no haya mas penas ni olvido.
Por
Ruben Torres. Medico sanitarista. Ex superintendente de servicios de salud
Leido
en Diario Clarin
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