Un prototipo de
hígado bioartificial, del tamaño de una caja de tarjetas personales, podría
sentar las bases para mejorar en el futuro la calidad de vida de miles de
pacientes con daños hepáticos irreversibles, según se esperanzan científicos
argentinos que condujeron estudios preliminares.
“Aunque faltan
varias etapas intermedias para llevar nuestro dispositivo al ámbito médico,
hemos comprobado en ensayos in vitro que funciona muy bien”, indicó a la
Agencia CyTA-Leloir la directora del estudio, la doctora María Gabriela
Mediavilla, investigadora del Instituto de Biología Molecular y Celular de
Rosario (IBR), dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario
(UNR), en Argentina todas estas instituciones.
El hígado es el
órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo. Ayuda al organismo a digerir los
alimentos, almacena energía y elimina toxinas. Fallas en su capacidad para
mantener limpia la sangre puede provocar encefalopatía, una patología que se
caracteriza por edemas cerebrales, cambios en la personalidad, pérdida de las
funciones cognitivas y otras complicaciones. En los casos más avanzados se
requiere del uso de ciertas técnicas de depuración extrahepáticas o incluso del
trasplante.
Tal como se indica
en la revista “World Journal of Hepatology”, Mediavilla y sus colegas idearon
un hígado bioartificial de base plana y forma de prisma rectangular, conformado
por “microórganos” de células hepáticas (hepatocitos).
Una de las
funciones normales del hígado es depurar de la sangre cierto compuesto tóxico
derivado de la degradación de las proteínas, el amonio, al que transforma en
urea que luego se expulsa con la orina. En el nuevo estudio, los científicos
expusieron su dispositivo a concentraciones elevadas de amonio en muestras de
sangre de carnero, y comprobaron que pudo eliminar una alta proporción en el
curso de las dos horas de pruebas.
Si bien los
resultados son alentadores, Mediavilla aclaró que aún es preciso evaluar si el
nuevo hígado bioartificial puede cumplir otras funciones del órgano, como la
detoxificación de otros compuestos y la producción de albúmina y de los
factores de coagulación.
El prototipo de hígado bioartificial desarrollado por los científicos.
(Foto: Agencia CyTA-Fundación Leloir)
Por otra parte,
para transferir la innovación tecnológica al ámbito médico es necesario cumplir
con varias etapas: estudios preclínicos en animales con una falla hepática
experimental, pruebas experimentales en un paciente humano y ensayos
clínicos a mayor escala. “Estamos avanzando, paso a paso, en esa dirección”,
indicó Mediavilla.
Del avance también
fue fundamental la participación de otros investigadores del CONICET: María
Dolores Pizarro (primera autora del estudio) y Lucas Daurelio, del Laboratorio
de Investigaciones en Fisiología y Biología Molecular Vegetal (LIFiBVe) de la
Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral; María
Eugenia Mamprin, de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la
UNR; y Joaquín Rodríguez, del Centro Binacional de Criobiología Clínica y
Aplicada (CAIC), dependiente de la UNR, todas estas instituciones en Argentina.
(Fuente: Agencia CyTA-Fundación Leloir)
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