La digitalización de la salud ha transformado los servicios médicos, pero también ha incrementado los riesgos de ciberataques.
La digitalización y la interconexión de dispositivos médicos en hospitales de Estados Unidos, donde se estiman entre 10 y 15 dispositivos conectados por cama de internación, han permitido avances significativos en la atención al paciente. Los pacientes, además, utilizan cada vez más aplicaciones móviles que se integran con sistemas de telemedicina e Internet de las Cosas (IoT) para la gestión colaborativa de enfermedades. No obstante, esta creciente interconectividad aumenta las vulnerabilidades, ya que abre puertas para accesos no autorizados, el robo de datos y la alteración de la información médica.
La
ciberseguridad se ocupa de proteger los sistemas informáticos y los datos
sensibles contra ataques maliciosos. Sin embargo, el sector de la salud es uno
de los más atacados a nivel global, y se enfrenta a una creciente preocupación
por la falta de medidas de seguridad adecuadas. Los registros electrónicos de
salud, aunque permiten un monitoreo y control de accesos, también pueden ser
vulnerados por hackers sofisticados, lo que ha dado lugar a la exposición de
millones de datos médicos. En este contexto, las brechas de seguridad en
hospitales y sistemas de salud son cada vez más frecuentes, con consecuencias
que van desde el robo de identidades médicas hasta el sabotaje de equipos
críticos.
La falta de
enfoque en la ciberseguridad en el sector salud ha sido uno de los principales
factores que ha facilitado los ataques. Tradicionalmente, las organizaciones de
salud han priorizado la atención al paciente sobre la protección de la
información. A pesar de los avances tecnológicos, muchos hospitales siguen
utilizando sistemas operativos obsoletos como Windows XP, lo que facilita el acceso
de hackers y malware. La escasez de personal especializado en ciberseguridad y
la falta de fondos para mantener los sistemas actualizados agravan aún más la
situación.
Además, los
dispositivos médicos son objetivos atractivos para los ciberdelincuentes. En
muchos casos, estos dispositivos no son suficientemente seguros y no cuentan
con medidas de protección robustas, lo que permite que se conviertan en puntos
de entrada a las redes hospitalarias.
Los datos
de salud tienen un alto valor en el mercado negro. Un conjunto completo de
credenciales médicas puede llegar a venderse por más de 1.000 dólares, lo que
convierte al sector salud en un blanco atractivo para los atacantes. Además,
los registros médicos pueden utilizarse para cometer fraudes, obtener servicios
médicos sin costo o incluso abrir cuentas bancarias. Los ataques no solo tienen
motivaciones financieras, sino también políticas, como ocurrió con las
filtraciones de la Agencia Mundial Antidopaje y los ataques a sitios web del
NHS en el Reino Unido.
Las Consecuencias de los Ciberataques en la
Salud
Los ataques
cibernéticos, especialmente los ataques de ransomware, se han convertido en una
de las principales amenazas para el sector de la salud. Un ejemplo
significativo fue el ataque WannaCry de 2017, ha afectado a miles de hospitales
en todo el mundo, impidiendo el acceso a registros médicos y bloqueando
sistemas esenciales. En algunos casos, los hospitales tuvieron que pagar
rescates para restaurar el acceso a sus sistemas, lo que genera grandes
pérdidas económicas y deteriora la confianza de los pacientes en la seguridad
de sus datos.
Además, los
dispositivos médicos conectados a la red, como marcapasos y bombas de insulina,
también están en riesgo de ser hackeados. En simulaciones realizadas por
hackers éticos, se demostró que es posible manipular estos dispositivos para
causar daño a los pacientes, lo que plantea un grave riesgo para la seguridad y
la vida de las personas.
A nivel
legislativo, existen normativas como la HIPAA en Estados Unidos y el Reglamento
General de Protección de Datos (GDPR) en Europa, que buscan proteger la
privacidad de la información médica. Estas leyes exigen que las entidades de
salud implementen medidas para garantizar la confidencialidad, integridad y
disponibilidad de los registros electrónicos. En el caso de los dispositivos
médicos, la FDA en EE. UU. ha establecido directrices para garantizar la
ciberseguridad durante el ciclo de vida de los productos, aunque la implementación
de estas medidas varía según los fabricantes.
La
ciberseguridad debe ser un componente integral del proceso de gestión de
riesgos en la salud. La "ciberresiliencia", que implica una visión
holística que considera la cultura, las personas y los procesos, es fundamental
para mitigar los riesgos.
Algunas medidas
clave incluyen:
- Mantenimiento de una higiene básica de ciberseguridad: Esto incluye la realización de copias de seguridad regulares, la actualización constante de software y la encriptación de datos para proteger la confidencialidad.
- Incorporar la seguridad desde el diseño: Es fundamental que los dispositivos médicos y sistemas de salud sean desarrollados con medidas de seguridad robustas desde su inicio, no como una adición posterior.
- Capacitación continua al personal: La educación sobre buenas prácticas de ciberseguridad debe ser una prioridad, ya que muchos ataques provienen de errores humanos como el uso de contraseñas débiles o la respuesta a correos electrónicos de phishing.
- Implementación de seguros cibernéticos: Las organizaciones de salud deben considerar la compra de seguros cibernéticos para protegerse de los costos derivados de las brechas de seguridad.
Las
tecnologías de salud han mejorado significativamente la atención médica, pero
también han aumentado los riesgos de ciberataques, que amenazan tanto la
seguridad de los pacientes como la integridad de los sistemas de salud. A
medida que los dispositivos médicos se vuelven más interconectados y los datos
de salud más valiosos, es esencial que el sector salud invierta más en
ciberseguridad, desarrolle sistemas más seguros y eduque a su personal para
proteger la privacidad y seguridad de los pacientes. Este tema debe ser una
prioridad y un componente fundamental de la cultura y la infraestructura del
ámbito sanitario para garantizar un futuro seguro y confiable.
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Fuente: Hospital
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