La Argentina tiene un gasto en salud equivalente a paises de mayor desarrollo. Pero el dinero se utiliza muy mal.
Durante 2009, el gasto en salud de la poblacion argentina sumo $ 102.000 millones, lo que represento un 9,6% del PBI y un aumento del 35% respecto al gasto del año anterior. El incremento se explica, en su mayor parte, por el aumento de los precios (aproximadamente un 25%), pero significo tambien un crecimiento real del sector en torno a un 10%.
La tendencia a una mayor afiliacion a las obras sociales y a empresas de medicina prepaga, iniciada en 2003, se mantuvo pese a los altibajos en el empleo. Sin embargo, el 43% de la poblacion mas de 17 millones de personas-- continua sin cobertura medica personal o gremial y depende de la atencion hospitalaria y centros de salud estatales, que cuentan solo con el 28% de los recursos totales del sistema de salud.
En la Argentina, segun datos del Banco Mundial, se destinan anualmente 658 dolares por habitante para la atencion de la salud; la cifra es una de las mas altas de America Latina y llega a triplicar la de paises con un grado de desarrollo economico similar.
En cuanto al gasto en salud como porcentaje del PBI, se ubica -en el promedio global-- rozando el de muchos paises de altos ingresos. No obstante, el pais mantiene una tasa de mortalidad de niños menores de 5 años del 13 por mil, que llega a duplicar la de algunos paises que gastan menos, como Chile (336 dolares por habitante) o Brasil (267 dolares por habitante), cuyas tasas de mortandad infantil son del 7 y el 10 por mil, respectivamente.
Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del informe sectorial sobre el Sistema de Salud 2010 -- Prepagas y Obras Sociales, de la consultora Key Market, en el cual se estima que para 2010 el movimiento sera un 20% mayor, del cual aproximadamente un 15% respondera al efecto precio y un 5% al crecimiento real del sector.
Lo que paso Al analizar lo sucedido en 2009, "sin duda puede hablarse de un crecimiento del sector de por lo menos un 10 %; el efecto precio no es parejo en todos los subsistemas, por ejemplo las empresas de medicina prepaga aumentaron un 25%, luego estan los aumentos del personal, de medicamentos; no son valores parejos pero en promedio rondan el 25%", afirma Daniela Köhle, economista jefe de Key Market a cargo de la investigacion.
"Respecto a 2007 y 2008, observamos que hay una mayor cantidad de afiliados a prepagas y obras sociales y disminuyo un poco el porcentaje de personas sin cobertura", dice Köhle. El efecto de la crisis y su repercusion en las obras sociales sindicales dependientes del empleo es algo que "no puede medirse en un año porque muchas veces la prestacion de la obra social se mantiene un tiempo aunque alguien pierda su empleo; si hubo una caida podria notarse en un plazo mayor".
Por otra parte, "si bien notamos una tasa de mortalidad infantil alta en relacion con el gasto en salud, la expectativa de vida es buena y la tasa de mortalidad en adultos va decreciendo", aclara la economista.
Otro de los cambios leidos como auspiciosos es "el crecimiento de la cantidad de consultas por persona, que se duplico en los ultimos diez años. Esto es auspicioso. Por un lado, hay mayor conocimiento y preocupacion sobre los problemas de la salud y la gente acude mas rapidamente a consultar ante los sintomas. Por otro lado hay nuevos tratamientos para enfermedades complejas (cancer, HIV), que motivan mayor atencion y por ultimo, no hay que descartar que crecieron los juicios por mala praxis a los profesionales y estos se cuidan mas y piden mas estudios o interconsultas para el paciente".
"Lo que se mantiene es la dispersion en los servicios y la sensacion de que los recursos son importantes pero no se utilizan bien. Esta es una caracteristica del sistema de salud argentino desde hace muchos años", concluye Kölhe.
La complejidad de la trama En el sistema de salud argentino conviven, se ensamblan y hasta se superponen tres subsistemas: el publico (nacional, provincial y hasta municipal), que representa un 2,7% del PBI; el de la Seguridad Social, que significa un 3,6% del Producto (obras sociales sindicales y PAMI) y el netamente privado (empresas de medicina prepaga, clinicas) con una participacion del 3,3% del PBI. Ademas, los tres subsistemas estan cruzados por una gran complejidad de financiadores y prestadores de servicios.
Entre los financiadores, dentro del subsistema de seguridad social coexisten las obras sociales sindicales y el PAMI; juntos representan un 38% del gasto total.
Las obras sociales, administradoras de servicios de salud sin fines de lucro, estan clasificadas en dos grupos: las nacionales reguladas por la 23.660 (el 60% del gasto) y las provinciales (con un 40% del gasto). Se trata de mas de 300 instituciones que manejaron, el año pasado, el 29% del gasto ($ 29.072 millones); es un beneficio para trabajadores registrados en blanco (con empleos publicos o privados) junto a su grupo familiar y se atienden a traves de ellas, 20.805.142 habitantes. Los prestadores de servicio de este subsistema van desde clinicas o centros de salud propios del sindicato u obra social a profesionales privados y clinicas y sanatorios contratados.
En menor medida, se utilizan o contratan servicios de hospitales o centros de salud publica.
El PAMI es financiado con los aportes de los trabajadores, empleadores y tambien de los trabajadores pasivos, de manera de generar una cobertura de caracter mixto: con atencion a traves del sistema publico de hospitales, como tambien de clinicas y consultorios privados. Brinda cobertura a 4.065.000 personas (jubilados, pensionados, veteranos de guerra, y otros casos particulares). Los prestadores de servicios son los hospitales y centros de salud publica y tambien del sector privado.
En cuanto al subsistema netamente publico, esta abierto a la totalidad de la poblacion y es dependiente del Estado, ya sea nacional, provincial o municipal. Cada provincia cuenta con un presupuesto propio. La administracion publica en conjunto manejo el 28% del gasto total en salud. El resto del gasto corresponde a la cobertura privada y a los gastos de bolsillo (consultas, remedios). Respecto a las modalidades del gasto, "las estrategias se van ejecutando en base a prioridades provinciales, dependiendo ademas de las politicas de turno y la capacidad economica de cada jurisdiccion", consigna el informe.
Desigualdad por empleo y region.
Las desigualdades entre los habitantes no se producen solamente por tener, o no, un empleo registrado y la consiguiente seguridad social. El lugar de residencia tambien contribuye a la inequidad.
"La coordinacion entre provincias deberia realizarla el Ministerio de Salud, que tiene limitaciones conocidas, tanto politicas como coyunturales asegura el trabajo--, por este motivo las desigualdades se dan a nivel geografico, ya que cada gobierno provincial gasta de diferente manera diferentes presupuestos en salud".
El gasto en salud del Gobierno nacional se destina al mantenimiento de las funciones centrales y programas del Ministerio de Salud, la Superintendencia de Servicios de Salud, al funcionamiento del INSSJP, a la cobertura de regimenes especiales de salud (como el de las Fuerzas Armadas y de Seguridad) y al mantenimiento de los hospitales universitarios.
El subsistema privado se compone de prepagas, mutuales y seguros de salud, que cuentan con prestadores propios y no propios, como hospitales y clinicas. Representan el 13% del gasto total, atienden a 4.620.000 personas y manejaron, en 2009, $ 12.807 millones, lo que representa el mayor gasto anual per capita. El acceso a prepagas y mutuales queda restringido a la poblacion de poder adquisitivo medio a alto y se concentra en Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe, Rosario, Cordoba y Mendoza.
Mas de 6,5 millones de personas tienen doble cobertura personal a traves del sistema privado y de las obras sociales o el PAMI.
El 22% restante del gasto, comprendido dentro del sector privado, corresponde a los gastos efectuados en los hogares en medicamentos; aparatos terapeuticos, consultas profesionales y algunos servicios no cubiertos por las prestaciones de los seguros de salud.
Por: Anahi Abeledo - especial para Clarin
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