(Los acentos fueron
obviadoros por cuestiones tecnicas)
El dificil equilibrio que desarrollamos desde el
momento mismo del nacimiento, esta destinado a
protegernos de las agresiones del medio ambiente,
que en definitiva es el habitat en que nos
desarrollamos, crecemos, nos reproducimos,
trabajamos y realizamos todas nuestras actividades
fisicas e intelectuales. Esa lucha sorda y
desconocida por nuestra vida cotidiana que dan
nuestros organismos personales y sociales, es sin
embargo desconocida tambien por los procesos
sanitarios oficiales que
se ocupan preferentemente de la atencion de la
enfermedad, verdadero paradigma dominante, producto
de la irrupcion del lucro, que fueron avasallando
los sistemas solidarios y que entraron al pais de la
mano planificada, financiada y consolidada en la
etapa neoliberal dominada por el Banco Mundial
y el BIRF, apadrinados esos planes por los
organismos regionales y mundiales de salud,
OPS y OMS.
No es casual
que ese paradigma coincida con los planes de
la industria farmaceutica y con la
irrupcion de la aparatologia medica como panacea del
diagnostico, desplazando la semiologia como practica
central del conocimiento medico y la intima relacion
medico-paciente, eje de cualquier proceso de
resolucion de la enfermedad. La cronificacion de las
enfermedades, los controles medicamentosos de
alteraciones humorales de hallazgo casual o
preventivo, le medicalizacion de los estados de
animo y afectivos, los controles de obesidad
milagrosos, la droga de ultima generacion en la
enfermedad terminal entre otras cotidianeidades de
la practica medica, han distorsionado el concepto
profundamente humanista de la medicina, llevando al
sistema sanitario a intentar dar respuestas, cuando
el equilibrio salud-enfermedad se ha perdido o sea
que el organismo ha claudicado frente a la agresion
de cualquier tipo fisica, psiquica, ambiental o
social.
Nuestro pais pionero en los sistemas nacionales
sanitarios en America Latina, desde la gestion del
Dr. Carrillo en adelante con la Teoria del Hospital
verdadero hito de los años 50, sostuvo un modelo de
contencion social sanitaria de alto nivel
prestacional por niveles, con especial incidencia en
esa epoca, en la prevencion de la salud y su
fortalecimiento. Estos dos ejes preventivos, no se
dan solo a traves de modelos sanitarios, es mas
desde Carrillo sabemos que desde la obra publica,
del estado presente se hace mas por la preservacion
de la salud, que desde modelos de atencion medica,
de ahi “que el mejor sistema de salud son cloacas y
agua corriente” al decir del primer ministro de
salud de la Argentina. Los indicadores de salud son
innumerables, verificables y esenciales en la
calidad de vida de la poblacion y van desde la
insercion de la escolaridad de los niños hasta la
laboral de los padres, el tipo de vivienda y acceso
a los servicios, por supuesto los planes de
vacunacion y el seguimiento escolar de deteccion
precoz de patologias, salud bucal, deportes su
practica y sus accesibilidad, entre otras variantes
que aun en muchos casos nos debemos en el marco de
la construccion del modelo social solidario del
siglo XXl.
Esta situacion ha invadido cada rincon de los
sistemas sanitarios, tanto en su concepcion
economicista, como por su afan de lucro.
En efecto, desde el hospital publico kioscazo, es
decir entregado a sectores privados,
verdaderos negocios insertos en sistemas solidarios
hasta la irrupcion de las prepagas en los
sistemas de obras sociales, gracias a la
desregulacion, han alterado el concepto central de
la planificacion sanitaria que es establecer
prioridades epidemiologicas, antes que economicas en
los diseños politicos. Es asi que se producen en
funcion del lucro los procesos economicos de
“descreme” de los sistemas solidarios, es decir
cooptar los sectores de mayores ingresos, los mas
jovenes y por lo tanto los mas rentables en el
tiempo por baja demanda prestacional y los mas
sanos, deshechando los enfermos, viejos y de
bajos ingresos, que sin margen de accion son
empujados a los prestadores sanitarios mas
precarios.
Esa mecanica perversa escribio el mapa sanitario
argentino
de la mano del Banco Mundial con el acompañamiento
de la OPS y la OMS, verdaderas herramientas
funcionales y promotoras de ese diseño privatista de
los sistemas solidarios. Es el mismo sistema que
funciono desde el FMI en el endeudamiento y
privatizaciones del erario publico, con sumision
nacional, tambien funciono en la salud y la
educacion en su desmantelamiento publico.
Los procesos sanitarios por programas,
generalmente financiados por los organismos
internacionales de credito,son la expresion
mas acabada de la fragmentacion de los sistemas,
que ha llevado a la municipalizacion del hospital
publico o provincializacion del mismo, con las
asimetrias naturales de cada region del pais, lo
cual genera inequidad en el seno del pueblo.
La ruptura de la solidaridad en los sistemas
desarrolla la teoria darwiniana del triunfo de los
mas fuertes, absolutamente injusta y ahistorica en
el caso de nuestro pais, verdadero emblema
latinoamericano del desarrollo social como modelo
solidario, desde el peronismo en la decada del 50 en
adelante, que se intento abortar desde el
neoliberalismo globalizador en los ultimos 35 años,
enarbolado como cultura dominante y avasalladora.
En la Constitucion Nacional del 94 el tema salud
figura solo en un articulo y en ese se define
a los pacientes como consumidores, es la
expresion mas acabada de la consumacion de la
derrota cultural que permitio comenzar a plantear
la inversion en salud, como gasto y la enfermedad
como negocio.
En forma rapida los procesos industriales
farmaceuticos
comenzaron a desarrollar una agresiva
politica de medicalizacion de “nuevas patologias”
que llevaron a este sector a participar del 32%
del gasto total de salud de nuestro pais en el año
2011
por un monto cercano a los 40 mil
millones
ya que el gasto total de ese periodo fue de 122
mil millones
entre todos los subsistemas y gastos de
bolsillo de los pacientes.
Esa mecanica impacta en forma negativa en la
formacion curricular de los profesionales de la
salud, ya que son instruidos e imbuidos de un
concepto de cura de enfermedad dependiente del
farmaco, con el agravante de uso indebido de la
tecnologia medica como metodo diagnostico precoz
ante la consulta. Una vez mas el matrimonio
medicamento-tecnologia medica se dan la mano, en
sistemas de consultas empujados por la urgencia de
atencion, en sistemas colapsados de consulta medica
del nivel primario.
La necesidad del lucro implica hasta 8
turnos por hora de consultorio, lo cual
significa “no atencion”, receta y estudio como
respuesta prestacional, sin interrogatorio ni
semiologia minima.
Cambiar el paradigma es intentar reconstruir un
modelo nacional de
salud solidario, que integre todos los subsistemas
en una concepcion sanitaria de profunda raiz
nacional y popular, respetando los perfiles
epidemiologicos, cambiando las curriculas de
formacion profesional, apuntalando
la produccion publica de medicamentos,
igualando las posibilidades de cualquier argentino
resida donde resida, trabaje en lo que trabaje,
nazca donde nazca. Un Plan Nacional participativo e
integrativo con participacion plena de la comunidad
tanto en la planificacion como en la gestion de los
recursos, priorizando la prevencion como eje
constituyente del nuevo paradigma, es decir el
fortalecimiento de la salud, su desarrollo como
derecho humano esencial y derecho constitucional,
trabajando el medio ambiente y el deporte integrados
al desarrollo del Plan, en una lucha desigual porque
es donde los intereses economicos y financieros hace
años predominan en el sistema, forman parte de su
estructura cultural y han producido un enorme daño
al cuerpo social argentino.
Por ultimo ese modelo social sanitario socialmente
justo, debe comenzar a integrarse con los sistemas
solidarios, “la mesa de las cuarto patas” que son el
PAMI, las Obras Sociales sindicales, los Institutos
provinciales y el sector publico hospitalario, que
entre ellos constituyen la fuente de atencion del
90% de la poblacion argentina, que determinan el 60%
del total de la inversion en salud y que al no estar
integrados, son violados en forma permanente por los
sistemas de lucro, la corrupcion, la
sobreventa de medicamentos y la sobreoferta
prestacional de aparatologia medica, todo lo
cual desfinancia cualquier sistema y determina una
precarizacion en la atencion de la enfermedad y cero
inversion en salud.
Revertir este modelo es parte de la batalla cultural
por desalojar el neoliberalismo residual y aun
dominante en algunas areas pero en forma especial y
por la presion de los organismos internacionales
supuestamente impolutos como la OMS y la OPS
gerenciadores de modelos prearmados, aun siguen
vigentes y que son los tomadores de deuda externa en
el sector salud, que termina en alto porcentaje en
manos de consultoras, de dudosa capacidad y anonimos
personajes.
Debemos salir por arriba de estas verdaderas
trampas, verdaderas bombas sin espoleta que el
neoliberalismo y sus agentes locales implantaron por
decadas, forjando una nueva cultura sanitaria, con
una propuesta totalizadora, integrativa, nacional y
federal de contenido nacional, popular y
revolucionario en el campo de la salud, enfrentando
sin sumision los desafios de la hora.
(*) Jorge
Rachid es
Medico-UBA. Posgrado en Medicina del Trabajo.
Especializado en Seguridad Social. Profesor Titular
en Ciencias Sociales de la UNLZ y Profesor Adjunto
de la Catedra de Medicina del Trabajo - UBA, de la
que fue co-fundador.
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