(Los acentos fueron
obviados por cuestiones tecnicas)
Un
nuevo estudio, presentado en las Sesiones Cientificas de la Asociacion
Americana del Corazon demuestra la utilidad de una serie de
dispositivos electronicos que detectan si un plato presenta un
exceso de sal.
Detectores electronicos de exceso de sal, un aliado anti infartos.
EFE
Ante
el mismo plato, el gusto de una persona puede determinar que una
comida esta sosa mientras que para otra puede resultar salada. Son
parametros subjetivos y personales.
Pero
cuando un individuo debe tomar una dieta baja en sodio por
prescripcion medica -por ejemplo tras haber sufrido un episodio
cardiaco o por sus elevados niveles de presion arterial-, la tasa
de fracaso es alta y muchos echan de menos el salero y se sienten
frustrados. El hecho de no seguir esas pautas suele ser causa
frecuente de exacerbacion del problema de corazon y nuevas
hospitalizaciones.
Con el
objetivo de que el enfermo coma con menos sal, especialistas de
todo tipo llevan tiempo persiguiendo la mejor estrategia posible.
Tambien hay que tener en cuenta que con la edad los patrones del
gusto se ven alterados.
En
cualquier caso el exito pasa por implicar a la familia, cuando
todos adecuan su ingesta de sal a las necesidades del paciente, a
este le cuesta menos llevar una dieta mas sana. Un nuevo estudio,
presentado en las Sesiones Cientificas de la Asociacion Americana
del Corazon (AHA, en sus siglas en ingles) demuestra la utilidad
de una serie de dispositivos electronicos que detectan si un plato
presenta un exceso de sal.
“El
dispositivo mide la cantidad de sal disuelta en la comida. Los
participantes en el estudio lo utilizaron para evitar platos con
un exceso de sal y tenian unos objetivos semanales de consumo.
Poco a poco van graduando los niveles de sodio en la dieta.
Nuestro trabajo revela que el seguimiento de una dieta baja en
sodio por parte de todos los miembros de la familia mejora la
adherencia del paciente al que si le ha prescrito una dieta de
este tipo por motivos de salud”, explica a EFE Futuro Misook L.
Chung, profesora de la Facultad de Enfermeria de la Universidad de
Kentucky (EE.UU.) y autora principal del estudio.
Toda
esta intervencion no supone una carga para los allegados, ni un
desembolso economico elevado. “El dispositivo –añade Chung- cuesta
entre 30 y 80 euros- dependiendo de la marca. Es algo que podria
usar cualquier familia que necesite comer con poca sal”. De hecho,
es posible adquirir uno de estos aparatos en tiendas online sin
ningun problema.
Desde
un punto de vista meramente tecnico, se trata de tecnologia
japonesa que se presenta en forma de cuchara o como una especie de
termometro con un sensor en el extremo que se pone en contacto con
la comida y muestra el nivel de sal mediante un indicador luminoso
en el mango, normalmente en porcentaje. De un vistazo, observando
donde esta la lucecita LED resulta sencillo hacerse a la idea de
si se nos ha ido la mano con el salero.
Los
resultados del estudio llevado a cabo por Chung y su equipo
reflejan una reduccion objetiva de la presencia de sodio medido en
la orina en el grupo de pacientes y familiares que usaron esta
“lengua” electronica, tambien un mayor nivel de su grado de
satisfaccion con las comidas que ingieren (puntuacion de 7,9 sobre
10), un aumento de su habilidad para detectar de forma natural
alimentos con un exceso de sal –lo dice el 90% de los pacientes-,
facilidad de uso de los dispositivos y los cuidadores, ademas, no
lo perciben como una carga o exceso de trabajo.
Asi
que la conclusion de los autores es que esta intervencion
familiar, que no solo se basa en el dispositivo, sino que va
acompañada de pautas educativas, proporciona adherencia a las
dietas hiposodicas, aunque sera necesario reproducir la
investigacion con un numero mayor de pacientes en un ensayo a gran
escala.
EFE
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