(Los acentos fueron
obviados por cuestiones tecnicas)
El riesgo electrico en el uso de aparatos medicos exige contar con
especialistas
Jorge Cabrera, ingeniero en Telecomunicaciones y profesor titular
de Bioelectronica, estudia el riesgo electrico en la practica
medica. Sostiene que es tan riesgoso como el uso de medicamentos
vencidos. Trabajo durante quince años en centros de salud.
Por Pablo Esteban
A
esta altura, resulta innegable el aporte de ramas como la
electricidad y la electronica en un campo como la medicina. En la
actualidad, los seres humanos gozan de tecnologias que, aplicadas
a la salud, otorgan un sinfin de beneficios. La observacion de una
imagen interna del cuerpo exhibida en una placa de rayos X, la
evolucion de un embarazo por ecografia, o bien el control de la
actividad electrica del corazon a traves de un electrocardiografo
representan practicas medicas que en los siglos precedentes
resultaban impensadas. Las intervenciones quirurgicas tambien
obtuvieron su tajada al respecto: maquinas de anestesia, bombas de
infusiones y desfibriladores allanaron el camino y facilitaron la
estadia de los –ansiosos– pacientes (valga la paradoja) en las
salas de terapia intensiva.
Sin embargo, no todo es color de rosa. La implementacion de nuevas
tecnologias para el diagnostico, el cuidado y la rehabilitacion
tienen sus desventajas. En general, se trata de herramientas muy
costosas que, ademas, tienen que ser mantenidas por profesionales
capacitados. En este marco, una premisa se torna indiscutible: la
prevencion de los riesgos debe ser reforzada cuando la salud es el
valor que esta en juego.
–¿Por que escogio la electromedicina como objeto de estudio?
Es la pregunta del millon, creo que ni los investigadores sabemos
por que llegamos al lugar que arribamos. Pero existen algunas
pistas: desde muy chico me intereso la ciencia y la tecnica.
Todavia no habia llegado el hombre a la Luna y ya me atraian la
coheteria y las ciencias aeroespaciales. Inclusive, comence a
cursar Astronomia en la UNLP junto con Ingenieria. Sin embargo, se
produjo un acontecimiento que me ayudo a decidirme. Mientras
estudiaba, me las arreglaba y reparaba aparatos electricos. En una
ocasion, me enfrente a un equipo de diatermia de onda corta que,
comunmente, es utilizado en kinesiologia para generar calor. Al
desarmarlo adverti que habia partes de piel humana en los
electrodos. En efecto, al descomponerse habia quemado al paciente.
Cuando un instrumento de estas caracteristicas es utilizado para
el cuidado de la salud, sus componentes deben funcionar a la
perfeccion porque los riesgos son muy grandes. En ese momento, yo
trabajaba en telecomunicaciones y observe que habia un vacio en
este campo de estudio que cruza aportes de la ingenieria y la
medicina. La idea fue generar conciencia, pues, un aparato mal
fabricado daña igual o mas que un remedio mal elaborado.
–En este sentido, ¿que aportes brindan dos ramas como la
electronica y la electricidad a la medicina?
En la actualidad, es muy dificil imaginarse un diagnostico sin
equipos medicos electricos (placas de rayos X, electrocardiografo,
etcetera) porque son instrumentos necesarios para el diagnostico y
el control de los pacientes. Al aplicar ambas ramas a las ciencias
de la salud, se les otorga una responsabilidad social fundamental,
pues no es lo mismo que se descomponga un televisor mientras uno
mira un partido de futbol a que se corte la luz en una sala de
operacion y los medicos no cuenten con un generador. Todos los
aparatos estan regulados por normas especificas y estandares de
calidad que apuntan a controlar el funcionamiento de los equipos
biomedicos. Los instrumentos electricos aplicados al cuidado de la
salud per se manejan energias que pueden ser dañinas, por ello,
subrayo la importancia de operadores capacitados para el
mantenimiento y la puesta en funcionamiento de estos aparatos. La
norma IRAM (Instituto Argentino de Racionalizacion de Materiales)
numero 4220 señala en el capitulo VI que toda la documentacion que
acompaña al aparato (manuales, descripcion de usuarios, etcetera)
forma parte del mismo. Es fundamental que los manuales sean
comprendidos para evitar casos de mala praxis. En muchas
ocasiones, el equipo funciona bien pero es mal utilizado.
–Desde este punto de vista, ¿existe un vacio legal en relacion a
la normativizacion y a la regulacion de aparatos electromedicos?
En realidad, las normas estan pero no se aplican. En este momento,
de las normas mundiales sobre equipamiento medico solo se ha
homologado aproximadamente un 6 por ciento en IRAM. De todas
maneras, se esta empezando a modificar el panorama. Cuando ingrese
al hospital Mi Pueblo (en Florencio Varela) era, practicamente, el
unico ingeniero que trabajaba en un centro de salud del conurbano.
Me miraban raro, nadie entendia que hacia un ingeniero en un lugar
como ese. En la actualidad, cualquier hospital de alta complejidad
tiene un ingeniero biomedico en su plantel. Creo que fue un avance
respecto de cuando comence.
- Sin embargo, me imagino que no habra tantos ingenieros como
aparatos electromedicos, ¿como se soluciona la falta de recursos
humanos?
En los hospitales de alta complejidad hay personal capacitado
pero, por supuesto, ello no ocurre en todos los centros de salud.
La clave esta, insisto, en el uso correcto. Se trata de leer los
manuales e interpretar las instrucciones porque, de lo contrario,
se pueden generar daños muy graves. Parece facil, pero a veces no
sucede. Ademas, en la carrera de Medicina no existe una materia
que enseñe a los futuros profesionales como utilizar equipos
electricos.
–¿Cuales son los riesgos que supone el uso de la electricidad en
la practica medica?
En esencia, lo peligroso es lo que se denomina microshock, que
remite al establecimiento de un contacto interno –no superficial–
del paciente con la electricidad. Por ejemplo, cuando una persona
esta con electrodos ni siquiera se puede defender ante la
corriente, es decir, se encuentra en una situacion de
desproteccion y es mas propenso a sufrir daños mayores que alguien
que tiene la posibilidad de evadir la situacion. El microshock
implica una situacion enmascarada de posibles fibrilaciones
ventriculares. Por supuesto, no se trata de retornar a periodos en
que la medicina no contaba con electricidad, pero si es
fundamental tener ciertos cuidados. Los casos mas complicados se
producen en las salas de operaciones. Cuando el paciente esta
sometido a varios equipos a la vez, aumenta el peligro. Si se
ponen dos o mas aparatos electricos en funcionamiento simultaneo,
se constituye un sistema electromedico que forma corrientes
ecualizantes y se multiplican las posibilidades de fibrilaciones.
–¿Que opinion tiene acerca de la transferencia y la formacion de
recursos humanos en su campo de estudio?
Creo que es fundamental. Ademas tengo 67 años y mi principal
objetivo es transmitir toda mi experiencia en el tema a las nuevas
generaciones. En eso deposito mi energia y es a lo que estoy
abocado. En la actualidad, las ciencias duras no son muy
atractivas para los chicos, estamos en un proceso de recuperacion
pero continua siendo dificil. Tambien, muchas veces los profesores
no saben transmitir el entusiasmo por este tipo de tematicas,
carecen de estrategias educativas capaces de despertar el interes
de los estudiantes. El problema, en mi opinion, esta en la
transmision de los conocimientos. Siempre digo que no soy un
profesor que investiga, sino un investigador que da clases. El
proceso de aprendizaje implica mas que escribir en un pizarron; se
trata de enseñar haciendo. La accion es fundamental, mas aun en
las ciencias aplicadas. Los alumnos necesitan involucrase en la
problematica social y saber que sus aprendizajes tienen un sentido
mas alla de la vida academica y del entorno aulico. La ciencia
debe servir, en ese sentido, para ayudar al progreso social.
–Por ultimo, esta a punto publicar su libro El riesgo electrico en
la practica medica que narra sus experiencias como ingeniero en
centros de salud. Cuenteme un poco al respecto...
El libro es importante para abrir mentes y motivar a las
siguientes generaciones de investigadores. El objetivo es
concientizar sobre los riesgos que provoca la utilizacion
incorrecta de electricidad en hospitales y clinicas. Que quede
claro, no se trata de dejar a un lado las tecnologias en salud ni
mucho menos, sino de comunicar la importancia de un
aprovechamiento controlado. Se trata de un problema que observe
desde hace varias decadas, mientras trabajaba en hospitales
publicos e inspeccionaba quirofanos y salas de terapia intensiva.
En este marco, el libro representa la frutilla del postre, algo
asi como un resumen de todo mi trabajo profesional y decadas de
dedicacion y esfuerzo.
Fuente: Poesteban@gmail.com,
Pagina 12
Leido en Consultor Salud
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