La
Oregon Health & Science University ha publicado un artículo sobre el desarrollo de un corazón artificial permamente en el que llevan tiempo
trabajando y que podría reemplazar el corazón dañado de cualquier persona a
partir de los 10 años. No es el primero que se fabrica –existe otro
llamado TAC, de SynCardia, de plástico biocompatible– pero su
peculiaridad es que está fabricado en titanio, más duradero, de modo que serviría
para toda la vida del paciente.
Una
de sus características es que el diseño es muy simple, buscando
evitar las piezas en movimiento, que a la larga podrían romperse o fallar. El
corazón artificial no tiene válvulas y emplea una barra hueca en su interior
que está suspendida mediante cojinetes hidrodinámicos, por lo que nunca toca el
tubo en el que se mueve. Aun así el flujo sanguíneo que pasa a través suyo se
comporta de forma muy similar al de un corazón natural.
El
mecanismo está alimentado por una batería exterior que se lleva en el
bolsillo, cinturón o en la mochila, pero gracias a los avances en baterías
están considerando diseños de baterías que se puedan implantar bajo la piel y
recargarse de forma inalámbrica, sin necesidad de «enchufar cables».
De
momento han hecho pruebas con una versión más grande en vacas, y funcionó bien,
y también en ovejas con una versión del mismo tamaño que se usaría en humanos –
y las pequeñas criaturas lanudas superaron sin problemas los tres meses que
duró la prueba. Ahora están esperando los permisos para probar en humanos.
Leído
en Microsiervos
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