Los tatuajes electrónicos para
medir parámetros corporales, cada vez más cerca El tatuaje electrónico diseñado
por científicos de la Universidad de Coimbra.
Esta nueva tendencia dentro del
mundo de las investigaciones que servirá para el monitoreo de la salud.
Se cree que esta tecnología
estará disponible aproximadamente en 3 años, se podrá imprimir en casa y tendrá
un costo aproximado de unos 20 pesos.
Imprimir con un costo mínimo tatuajes
electrónicos para que los médicos puedan controlar la salud de sus
pacientes será posible en breve, de la mano de un grupo de científicos de las
universidades de Coimbra (Portugal) y de Carnegie Mellon en Pittsburgh (Estados
Unidos).
Los tatuajes electrónicos que se
colocan en la piel tienen ahora un costo elevado. Pero el nuevo sistema
simplifica el trabajo y sólo requiere una impresora 2D y tinta “auto-
conductiva”, explica Mahmoud Tavakoli, del Instituto de Sistemas y Robótica de
la universidad de Coimbra, que fue quien patentó la idea, aunque aún
trabaja en la fase de pruebas en laboratorio.
Los tatuajes se pueden imprimir
con una impresora de inyección y “su precio será de unos 50 céntimos de euro (unos
20,50 pesos argentinos), nunca más de un euro (alrededor de 41 pesos
argentinos)”, asegura Tavakoli.
“Ya no es preciso que estos
tatuajes -que son circuitos electrónicos- sean impresos en laboratorios
especializados y, además, son eliminados una vez que se lava el cuerpo“,
ya que son como las calcomanías de los niños, continúa el experto.
Una vez colocados en el cuerpo,
permitirán “monitorizar” de forma constante la salud del usuario a
través de diferentes parámetros, que van desde la actividad muscular, a la
temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la actividad cerebral hasta, incluso,
las emociones.
Otra de las novedades es
que son “elásticos” a diferencia de los actuales, cuyos
componentes electrónicos se deterioraban a medida que el tatuaje se usaba y se
estiraba.
Los nuevos circuitos están
compuestos por nanopartículas de plata revestidas con metal líquido y
tienen una elasticidad que permite estirarlos hasta el doble de su tamaño sin
que pierdan conductividad.
Tras la patente, el siguiente
paso será la validación para su uso en pacientes, ya que, hasta la
fecha, todas las pruebas han tenido carácter experimental. Según Mahmoud
Tavakoli, este proceso tendrá una duración de al menos tres años,
porque son necesarios numerosos ensayos clínicos antes de su comercialización.
Otro de los objetivos que
persigue será colocar estos sistemas dentro de la piel y del cuerpo humano. Su
utilidad podría llegar a “personas con lesiones en la médula espinal que no
pueden andar”, describe el científico, “si se colocan en la zona dañada para
que sea estimulada con el fin de que los nervios vuelvan a funcionar”.
“Colocamos un tatuaje electrónico
en el antebrazo de una persona con una prótesis de mano y comprobamos que se
puede controlar utilizando las señales de los músculos recibidos del tatuaje,
es decir, que al colocarlo en un músico, permite percibir cuándo está
en movimiento y si la mano se abre o se cierra“, explica.
Al margen del área de la salud,
estos circuitos electrónicos también se podrán aplicar en otras
actividades, como la automotriz, para medir parámetros como la temperatura
del vehículo o el volumen de la radio.
El proyecto se tradujo en
varias aplicaciones innovadoras sobre los circuitos impresos que fueron
patentadas en 2017 y publicadas en revistas médicas.
Fuente: EFE
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