El quirófano es un ámbito donde las interrupciones y distracciones pueden derivar en errores de gran impacto para la seguridad de los pacientes, sobre todo cuando la distracción se produce durante partes críticas del procedimiento o cuando se desencadenan eventos inesperados(…) podemos encontrar diversas fuentes: tráfico en el quirófano; distracciones acústicas; distracciones generadas por el mal funcionamiento o ausencia de equipos necesarios para la cirugía; conversaciones irrelevantes dentro del equipo quirúrgico (…)
El informe “Errar es Humano” del
Institute Of Medicine (IOM) del año 20001 reveló que las interrupciones
y distracciones eran uno de los principales factores contribuyentes al error
médico.
En general, las distracciones son
acontecimientos que potencialmente desvían la atención de la tarea primaria y
las interrupciones ocurren cuando se responde a una distracción, distrayendo y
desviando la atención de esa tarea primaria. Puede que muchas distracciones e
interrupciones sean inevitables; no obstante, hay que considerar las técnicas
que atenúen su impacto.2,3
El quirófano es un ámbito donde las
interrupciones y distracciones pueden derivar en errores de gran impacto para
la seguridad de los pacientes, sobre todo cuando la distracción se produce
durante partes críticas del procedimiento o cuando se desencadenan eventos
inesperados. Wiegman et al. encontraron por su parte una relación lineal entre
las interrupciones al flujo de trabajo en el quirófano y los errores; cuantas
más interrupciones hay, más errores se producen.4
Según un estudio realizado por
expertos del Data Science Institute de la Universidad de Columbia (Estados
Unidos), y que ha sido publicado en el British Journal of Surgery, los
cirujanos tenían hasta 66% más probabilidades de equivocarse cuando se
presentaba un ruido inesperado en el quirófano.
Antoniadis et al.2
encontraron que las instrumentadoras quirúrgicas circulantes y técnicas de
anestesia fueron las más afectadas por llamadas telefónicas, a las que atendían
al mismo tiempo que realizaban sus tareas principales.
En 2013, Justin T. Way5
realizó un estudio en el cual analizó el efecto del ruido de fondo en el
quirófano y evidenció que su impacto era considerablemente mayor cuando el
cirujano estaba realizando alguna tarea. Finalmente, los autores concluyeron
que, para evitar posibles errores de comunicación en el quirófano, se debe hacer
todo lo posible para reducir el ruido ambiental.
A pesar de lo mostrado por el
trabajo, la realidad es que no todas las personas son iguales. Si bien el
silencio es ideal para todo tipo de operaciones, existen cirujanos que optan
por la música. No obstante, poner música debería ser una decisión compartida
por el equipo quirúrgico, ya que algunos cirujanos la consideran una influencia
potencialmente perturbadora.
En 2021, W. Aouicha6
evidenció mediante un estudio observacional que las distracciones son omnipresentes,
que en promedio ocurre una cada 3 minutos, y se han descrito hasta en el 100 %
de las cirugías.
En el quirófano podemos encontrar
distracciones e interrupciones de diversas fuentes:
·
Tráfico en el quirófano: el
ingreso / egreso de personal y su circulación por el quirófano puede ser
necesaria (ej.: buscar un material específico) o innecesaria (ej.:
interrupciones no urgentes). Ambas deberían reducirse al mínimo o a ninguna,
respectivamente.
Las instrumentadoras quirúrgicas
circulantes y técnicas de anestesia informaron del gran impacto causado por
este tráfico mientras intentaban realizar sus tareas principales2, ya que
ocurrían sobre todo durante los momentos críticos de inducción, conteo y
manipulación de muestras.7
· Distracciones acústicas: teléfonos
fijos o celulares, música, ruidos externos o derivados del medio ambiente del
quirófano (monitores, alarmas, ruido del electrobisturí) pueden dificultar el
discernir y entender la información. Obstaculizan la capacidad de comunicarse
de forma efectiva y pueden llevar a una mala comunicación, errores y eventos
adversos con pacientes.
· Distracciones generadas por el mal
funcionamiento o ausencia de equipos necesarios para la cirugía: los
instrumentos que faltan o que funcionan mal son una de las principales causas
de procesos quirúrgicos subóptimos que provocan retrasos, estrés, errores e
infecciones del sitio quirúrgico (ISQ) 8,9. Un análisis sistemático
reveló que, en promedio, ocurren tres errores relacionados con el instrumental
o con la tecnología durante una intervención, lo que equivale a aproximadamente
un 23% de errores en el quirófano10. Además, las intervenciones que dependen
de fuentes tecnológicas múltiples y/o múltiples equipos, demostraron tener
tasas de error relacionado con el instrumental tres veces más elevadas que en
intervenciones que requieren menos instrumental.
·
Conversaciones irrelevantes dentro
del equipo quirúrgico.
Recomendaciones
1. Evitar música distractora y con alto
volumen.
2. Limitar el acceso a internet solo a
sitios relacionados con el cuidado del paciente y evitar actividad y navegación
personal en internet.
3. Minimizar las conversaciones no
esenciales, especialmente durante las fases críticas. De ser necesario,
realizarlo en voz baja.
4. Implementar el concepto de “cabina
estéril” durante las fases críticas de los procedimientos: en la aviación
existe un concepto denominado cabina estéril, el cual puede ser extrapolado a
quirófano. El mismo fue propuesto por la Federal Aviation Administration (FAA)
en la década de los ochenta. Se trata de una o varias fases durante el vuelo en
que la tripulación debe mantener una máxima concentración y enfoque en una
tarea específica o en una situación crítica. En estos momentos se demanda toda
la concentración de la tripulación, no siendo permitidas conversaciones
irrelevantes o diferentes a lo relacionado con la solución del objetivo,
garantizando así que la prioridad máxima en esos momentos sea la operación
segura de la aeronave. En quirófano, un ejemplo claro es al realizar el listado
de verificación para la cirugía segura o checklist quirúrgico. El “conteo” de
gasas, compresas e instrumental requiere la atención indivisible de las
instrumentadoras quirúrgicas, pero muchas veces no alcanza el mismo nivel de
atención para los cirujanos y anestesiólogos por sentirse ajenos a esta tarea.
5.
Implementar una política para limitar
el tráfico del quirófano: evitar ingresos / egresos innecesarios. Una solución
posible sería definir la cantidad máxima de participantes dentro de la sala
quirúrgica (esta medida puede ser respaldada por el departamento de control de
infecciones).
6.
Briefings preoperatorios: reuniones
de corta duración donde el equipo quirúrgico define cuál es el objetivo de la
intervención, pasos a realizar, funciones de cada miembro del equipo y qué
recursos se van a necesitar. Es de gran utilidad para evitar retrasos y
prevenir interrupciones y distracciones innecesarias.
7. Debriefings postoperatorios: las
sesiones informativas en el postoperatorio inmediato también son muy útiles
para reducir las interrupciones y los retrasos. Aunque obviamente no evitarán
una interrupción en el caso que acaba de terminar, los problemas identificados
pueden ayudar a prevenir interrupciones en casos futuros.4
8. Implementar guías y políticas sobre el
uso de aparatos electrónicos: limitar el uso de celulares en quirófano no es
una tarea fácil. No solo trae problemas relacionados con las interrupciones,
sino también a control de infecciones (carga microbiana),
seguridad/confidencialidad de datos y los efectos perjudiciales para la
comunicación en el quirófano11. Una recomendación posible consistiría en que,
al ingresar a la sala quirúrgica, todos los integrantes dejen sus teléfonos en
un recipiente, con los timbres silenciados y limitando las llamadas personales
y los mensajes de texto estrictamente a situaciones urgentes o emergentes.
Conclusiones
·
Todos los profesionales que se
desempeñan en el ámbito quirúrgico deben de ser conscientes del potencial
peligro que tienen las distracciones e interrupciones en la seguridad del
paciente.
·
Es importante capacitar a todo el
personal de quirófano acerca del problema que esto conlleva e implementar
estrategias que minimicen su ocurrencia.
·
Contribuir al desarrollo de estas
intervenciones permitirá una mejor planificación de la asistencia quirúrgica,
prevención y mitigación de daños a los pacientes.
Referencias bibliográficas
1. Institute of Medicine. To Err is
Human: Building a Safer Health System. Washington, DC: National Academy Press;
2000
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Por: Lic. Nicolás Diego Melo, Jefe de Seguridad del paciente y Procesos
en Sanatorio Finochietto (CABA).
Fuente: newsletter
ITAES de Enero
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