Desarrollan un revolucionario vendaje que informa, en tiempo
real y de forma inalámbrica, a la persona con una herida
crónica acerca de cómo se está desarrollando el proceso de
curación.
Todas esas heridas que no sanan en tres meses, como muchas
úlceras del pie diabético, suelen acabar necesitando años de
tratamiento e importantes esfuerzos y cuidados por parte del
paciente y del propio personal sanitario que le atiende. A
partir de ahora quizás esto cambie y resulte un poco más
sencillo, ya que un grupo de investigadores de la
Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (KAUST), en
Arabia Saudí, acaba de revelar, a través de un artículo
publicado en la revista Nature, que han desarrollado un
vendaje o ‘tirita inteligente’ cargado de sensores que,
según prometen, mejorará el bienestar de las personas
aquejadas de heridas crónicas mediante la monitorización de
las mismas.
Son muchos los sensores portátiles que la ciencia ha ido
confeccionando a lo largo de los últimos años para alertar
al usuario, cuando se encuentra fuera del entorno
hospitalario, de posibles cambios en su temperatura
corporal, frecuencia cardíaca o presión arterial. Sin
embargo, la monitorización de heridas crónicas ha recibido
menos atención de estos diseñadores de dispositivos
biomédicos. Tal vez, en su descarga, pueda aludirse a la
infinidad de factores que intervienen en el proceso de
curación (infecciones bacterianas, por citar tan sólo uno de
ellos) y dificultan la labor de detección de los sistemas
automatizados.
NIVELES DE PH, PRESIÓN Y SANGRADO
Ha sido el profesor asociado al programa de Ingeniería
Eléctrica de la universidad, Atif Shamim, junto con su
estudiante Muhammad Farooqui, quien ha llevado a cabo el
diseño y confección de este vendaje ‘inteligente’ que
monitoriza al mismo tiempo tres parámetros: sangrado,
niveles de pH y presión. De manera inalámbrica, toda la
información llega a la pantalla de un smartphone. Mediante
una aplicación móvil, el vendaje reporta en tiempo real la
evolución de la úlcera.
Los dos investigadores mantuvieron encuentros con
profesionales médicos antes de abordar el proyecto. A través
de estas consultas, descubrieron cómo las variaciones en el
nivel de pH dentro de una herida pueden indicar ataques
bacterianos. Combinar estas modificaciones con exceso de
sangre o presión, defiende el par de científicos, lleva a
una situación de peligro para la persona afectada, porque
corre el riesgo de que la herida o úlcera llegue a
convertirse en crónica.
TINTA INYECTADA
Para producir las bandas elásticas de sensores que componen
este vendaje, el equipo ha tenido que idear un proceso de
fabricación a escala muy pequeña. Shamim y Farooqui han
empleado impresión por inyección para modelar directamente
sobre sustratos plásticos la tinta conductora de carbono y
plata. “Se trata de un sistema muy útil cuando se pretende,
como en nuestro caso, colocar electrónica en superficies
delicadas, flexibles y poco convencionales”, ha explicado el
profesor asociado, que ha añadido, “pero el proceso de
fabricación en sí tiene un coste bajo, algo que ayuda a que
este tipo de tecnología se mantenga asequible y desechable”.
Los investigadores, a la hora de diseñarlo, han dividido su
prototipo en dos: los sensores, impresos sobre un vendaje
comercial que se desecha después de usarlo; y los
componentes de comunicación inalámbrica, ubicados en una
película de polímero fácil de pegar y desprender de la
tirita, que pueden volver a utilizarse. “Que todos los
circuitos sean reutilizables disminuye aún más el coste del
dispositivo”, ha señalado Shamim.
RESISTENTE Y FLEXIBLE
Las distintas pruebas ya realizadas en personas han
cuantificado en 60 metros la distancia máxima a la que el
vendaje consigue comunicarse con el teléfono inteligente que
recibe su señal. Además, el dispositivo ha demostrado ser lo
bastante resistente como para mantenerse adherido durante un
período de tiempo prolongado, aunque el usuario realice
frecuentemente movimientos que incluso doblen su superficie.
“Podría llegar a cambiar el funcionamiento de la industria
sanitaria; de momento trabajamos para conseguir que el
vendaje llegue a ser un producto útil para los pacientes con
heridas crónicas”, ha concluido el profesor.
Fuente:
consalud.es
Leído en Mirada Profesional
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