El sector demanda herramientas coordinadas para identificar el diagnóstico oportuno, proveer el tratamiento y emitir las recomendaciones.
Cerca de dos
millones de personas mueren al año por enfermedades crónicas, infecciones y
cáncer, es decir, padecimientos que son prevenibles en su gran mayoría, según
el Reporte IDC Health Insights LATAM realizado en Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, México y Panamá.
“Al menos con
una detección temprana se puede minimizar el impacto y en algunos casos se
puede lograr la curación”, comentó Alonso Verdugo Medina, líder de la industria
de la salud, CMO, Microsoft Latinoamérica durante su participación en el III
Smart Health Leaders Summit México 2022.
Mencionó que
los retos a trabajar se enfocan a la epidemiología, independientemente de lo
que está pasando en Latinoamérica y con foco en la incidencia donde 1.630
millones de nuevos casos por año, distribuidos principales en enfermedades
infecciosas, enfermedades neurológicas y psiquiátricas.
“Aunque el
cáncer es una de las enfermedades con mayor impacto financiero, el porcentaje
es menor, las otras enfermedades que golpean fuertemente los presupuestos de
salud son las enfermedades crónico degenerativas que pueden alcanzar entre el
60 y 70% del presupuesto total de salud de un sistema, el poderlas atender y
manejar bien esas enfermedades, son una prioridad”, dijo Alonso Verdugo.
El
especialista explicó que el índice de prevalencia es de 407 millones de casos,
“la pandemia ha puesto sobre la mesa, que las enfermedades neurológicas y psiquiátricas
aunadas a los temas crónicos tienen impacto en la salud y repercutirán en temas
de calidad de vida, de longevidad y en temas de productividad de una nación,
sin contar con los impactos directos a nivel personal y familiar que son
enormes”.
Tecnología de
la salud
En el 2021, la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) estableció ocho principios
rectores de la salud:
- conectividad universal,
- bienes digitales,
- salud digital,
- interoperabilidad,
- derechos humanos,
- inteligencia artificial,
- seguridad de la información y
- la arquitectura de la salud pública.
Mencionó que
se requieren bienes de salud digital como: aplicaciones, acceso a data,
open health anonimizada para poder mejorar las condiciones y la trazabilidad, y
ofrecer un seguimiento de los pacientes para disminuir la brecha de educación
digital, ser más inclusivos y apoyar en primer instancia a los más
vulnerables.
El uso
correcto de la Inteligencia Artificial (IA) puede
evitar sesgos, calificaciones inadecuadas, “en Microsoft tenemos un comité
ético para ayudar a las compañías en proyectos de utilización con IA que puedan
impactar a una comunidad”.
Dijo que los
proyectos se deben desarrollar bajo tres vertientes: mejores experiencias y
perspectivas y mejor atención. Mejores experiencias enfocadas en: cuidado
personalizado para evitar eventos catastróficos. Mejores
perspectivas: vía análisis clínico y operacional y la interoperabilidad de
datos.
Mejor atención
enfocada en la colaboración y coordinación con el equipo, el monitoreo continuo
del paciente, vía el Internet de las Cosas y el análisis para optimizar
los tratamientos.
“Crear nuevos
sistemas de participación sanitaria conectando datos de múltiples sistemas de
registro y con ello, proporcionar nuevas vías para el cuidado”, concluyó.
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