Las oficinas Kaizen se han convertido en el aliado perfecto de los hospitales para instalar un procedimiento de “mejora continua” que revierta positivamente en la calidad asistencial.
Estas unidades
multidisciplinares diseñadas para optimizar todos los procesos que se
realizan en los centros sanitarios han permitido que la metodología Lean
se haga un hueco en el Sistema Nacional de Salud (SNS) con resultados
positivos en su productividad.
Esta nueva
filosofía del trabajo ha sido una de las claves que se ha debatido en el seno
de la jornada ‘Sanidad e ingeniería, impulsando la excelencia operacional’
que ha organizado el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM).
El evento ha permitido presentar las bases sobre esta nueva fórmula que es
capaz, entre otras cosas, de reducir las listas de espera de los pacientes.
El Hospital
de Alcorcón es uno de los centros que más ha avanzado en esta estrategia. Un
equipo de seis profesionales de diferentes sectores (Ingeniería, Medicina,
Enfermería, Administración, Cuidados Auxiliares y Rayos) ya integra esta red
particular cuyo principal objetivo es mejorar la calidad de la
asistencia, reduciendo los defectos del sistema, los tiempos o los
transportes innecesarios.
“El Lean no
es solo una herramienta sino un cambio en toda la estructura del hospital”, ha planteado
en el foro Patricia Crespo, la subdirectora económico-financiero de
Infraestructuras del Hospital Universitario Fundación Alcorcón e integrante de
la Oficina Kaizen del centro.
Fruto de
esta nueva filosofía de trabajo, se ha implantado ya una prueba piloto en
Cirugía Ambulatoria que ha servido para optimizar el recorrido de los
pacientes. También se han pintado líneas de colores en el suelo para
conducir a los enfermos entre salas, se han reducido las cargas burocráticas
en la administración de las listas de espera o se han simplificado los
formularios que manejan los facultativos.
El resultado
del trabajo en equipo de la Oficina ha quedado reflejado en un documento con 80
propuestas de mejora y 5 grandes reformas. Así se ha logrado reducir a la
mitad el tiempo para la realización de pruebas de laboratorio, implantar
kits de urgencia para códigos de ictus, sepsis e infarto o reforzar el triaje
avanzado de Enfermería. “Hemos disminuido un 20 por ciento las urgencias con
ingreso y un 15 por ciento la estancia media”, ha expuesto Crespo.
Patricia Crespo Toubes, subdirectora
económico-financiero de Infraestructuras y SSGG, integrante de la Oficina
Kaizen del Hospital Universitario Fundación Alcorcón.
Bárbara Martínez de Miguel, responsable
del Sistema de Gestión del Hospital, radiofarmacéutica e integrante de la
Oficina Kaizen del Hospital Universitario La Paz.
Esta
iniciativa también se ha comenzado a implantar en el Hospital de La Paz,
aunque todavía en una fase inicial. Ya se ha integrado a 12
profesionales de distintas disciplinas para estudiar posibles cambios en un
hospital marcado por sus grandes dimensiones. “Lo que queremos es disminuir las
tareas que no aportan valor o satisfacción para los pacientes ni para los
profesionales”, ha expuesto Bárbara Martínez, responsable del Sistema de
Gestión e integrante de su flamante Oficina Kaizen.
Su primera
gran apuesta es un proyecto piloto dirigido al área de Cardiología Infantil
que se centrará en implementar mejoras en tres procesos: citaciones,
consultas y cardiografía. Para poder llevarlo a cabo, ya han arrancado con
las rondas de conversaciones con los especialistas de la unidad. Un ‘feedback’
que esperan que les sirva como hoja de ruta. “Tenemos que empoderar a
los profesionales, ellos son los que conocen las realidades”, ha
apostillado Martínez.
El ingeniero
industrial, pieza clave del proceso
La creación
de las oficinas Kaizen y el impulso de la metodología Lean es un ejemplo más
del papel que juegan los ingenieros en el sistema sanitario. Sus observaciones son clave para garantizar este cambio de
procedimiento que abarca también el manejo de las nuevas tecnologías sanitarias
como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el 3D o el big data.
Javier
Blázquez, jefe de Servicio de Radiología del Hospital
Universitario Ramón y Cajal, ha sido uno de los ponentes que ha puesto en
valor el rol de los ingenieros para eliminar los “cuellos de botella” que ha
provocado esta revolución tecnológica en los hospitales. Es uno de los
artificies del Programa Ingenia, Hospital del Futuro que ha puesto en
marcha la Universidad Politécnica de Madrid precisamente para formar a estos
nuevos perfiles.
La
iniciativa, por la que ya han pasado 80 alumnos, ha desarrollado 20
estudios de investigación. Aunque su meta final es conseguir que el ingeniero
no solo cumpla un papel en el área científica, sino que integre equipos
multidisciplinares junto con profesionales sanitarios. “El siguiente proyecto quizá sea
demostrar a la administración que tener ingenieros en plantillas asistenciales
es una gran medida”, ha apostillado Blázquez.
Javier Blázquez Sánchez, jefe de
Servicio de Radiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
En la misma
línea, se ha manifestado Jesús Canora, gerente asistencial de
Hospitales en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas), quien ha
advertido sobre las “barreras burocráticas” que todavía lastran la
incorporación de estos nuevos profesionales de la ingeniería industrial. “La
Ingeniería es fundamental en el desarrollo de los sistemas sanitarios, no
solo para arreglar las máquinas sino interviniendo en los procesos
asistenciales”, ha apostillado.
Canora ha
puesto como ejemplo el “plan de modernización” implantado en su
autonomía con el desarrollo de dos grandes centros para la asistencia sanitaria
durante la pandemia: IFEMA y el Hospital Enfermera Isabel Zendal.
Mejorar los controles de Enfermería en las nuevas áreas, optimizar recursos o
sacar más partido a los servicios de admisión son algunas de sus apuestas.
Mientras, ya piensa en las futuras reformas del Hospital 12 de Octubre y
de La Paz. “Van a ser revolucionarios en cuanto a infraestructura y
funcionalidad”, ha agregado.
Fuente Redacción
Médica
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