A nivel mundial, el hospital fue durante siglos la tipología[1] dominante, y prácticamente única, del edificio de atención de la salud. Sinónimo en el imaginario cultural y arquitectónico, por antonomasia, del edificio sanitario.
Si bien desde hace siglos han existido los
hospitales de crónicos, y si bien ya el Informe Dawson (Dawson de Pen y Bond
C., 1964) en Gran Bretaña en 1920 incorpora la atención ambulatoria dentro de
su análisis de la oferta de servicios de salud, así como Ramón Carrillo define
en una resolución[2] del año 1947 las características de
centro de salud, unidad sanitaria y centro sanitario, recién en forma
incipiente a partir de la segunda mitad del siglo XX, acelerándose hacia el
final del siglo y los primeros lustros de este, una serie de transformaciones
llevaron a la aparición de nuevas tipologías, con cada vez más presencia en el
sistema de salud y en nuestras ciudades, lo que ha implicado que el hospital ya
no sea el único o cuasi único efector de salud.
Las transformaciones mencionadas pueden
agruparse en tres grandes categorías: modelos del proceso salud / enfermedad /
atención / cuidado, desarrollos tecnológicos y cambios epidemiológicos.
Cabe previamente aclarar que el orden que se
le ha dado a estos cambios en este texto es aleatorio, no siendo más importante
uno que otro y estando, además, muy vinculados entre sí, entendiéndolos no como
procesos independientes sino como procesos estrechamente interrelacionados y
retroalimentados.
Seguir leyendo aquí: https://aadaih.org.ar/anuario/2023/08/22/de-la-arquitectura-hospitalaria-a-la-arquitectura-para-la-salud/
Arq. Luciano Monza
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