El dispositivo también permite obtener los resultados clínicos en 
   menos de cinco horas. 

   
   Madrid (España).- El futuro de la detección del VIH cabe en un chip 
   de medio milímetro. Un equipo del Consejo Superior de 
   Investigaciones Científicas (CSIC), de España, desarrolló un 
   biosensor capaz de detectar el VIH tipo 1 en la primera semana 
   después de la infección.

   
    Según informó El País, los experimentos fueron realizados con suero 
   humano. Encontraron una proteína presente en el VIH-1 (el antígeno 
   p24), en concentraciones 100.000 veces inferiores que los sistemas 
   vigentes, que detectan el virus tres o cuatro semanas después del 
   contagio.
   
    Además, otra ventaja del chip es que el tiempo total del ensayo es 
   de casi 5 horas, por lo que los resultados clínicos se podrían 
   obtener el mismo día. Los resultados de la investigación se 
   publicaron en la revista PLOS ONE.
   
    Según Patricia Kosaka, una de las creadoras de esa la tecnología, 
   es clave la detección precoz para prevenir la transmisión del virus. 
   "El potencial de infecciosidad del VIH en la primera etapa del 
   contagio es mucho mayor que en etapas posteriores", explicó. Cuanto 
   antes se inicie la terapia antirretroviral, mayor sería la mejoría 
   en el control inmunológico y la preservación de la función 
   cognitiva.
   
    - Cómo funciona
   
   El biosensor combina estructuras micromecánicas de silicio con 
   nanopartículas de oro, que funcionan con anticuerpos específicos al 
   p24. El suero es incubado sobre ese sensor durante una hora y, al 
   final del ensayo, los antígenos de HIV-1 -si los hubiera- se quedan 
   atrapados entre las partículas de oro y el silicio.
   
   Los científicos explicaron que el silicio permite desarrollar 
   tecnologías baratas, lo que posibilita la producción en gran escala 
   y bajo costo del biosensor. "Es una tecnología con potencial para 
   ser llevada a países en desarrollo", afirmó Kosaka.
   
   Al día de hoy, el sensor se aplica en la detección precoz de algunos 
   tipos de cáncer, como el de próstata. Se utiliza el mismo chip, es 
   decir, la parte física, y se incuban en él soluciones específicas 
   para detectar los biomarcadores que indican la presencia de células 
   cancerígenas. Kosaka ya había desarrollado un sensor similar en 2015 
   para detectar tumores y enfermedades, como la hepatitis, antes de 
   que surgieran los primeros síntomas.
   
   "El uso de los biosensores no tiene limitaciones", sostuvo Tamayo, 
   quien cree que esa tecnología podría fusionarse con los teléfonos 
   móviles para simplificar los diagnósticos.
   
   Los investigadores ya empezaron los trámites para que el chip llegue 
   a los hospitales y laboratorios de distintos países en los próximos 
   años.
   
   Desde sus comienzos, en 2007, el Programa de Nanomedicinas de 
   la UNQ es dirigido por Eder Romero, doctora en Ciencias Exactas y 
   licenciada en Bioquímica, egresada de la Universidad Nacional de La 
   Plata. Aunque, allá por 1999, no circulaba demasiada información 
   respecto de las nanotecnologías, su paso por laboratorios europeos 
   la invitaban a experimentar en el campo de la salud desde un 
   universo prometedor, constituido a partir de materiales menos 
   costosos y originales. “Ni bien regresé al país puse manos a la obra 
   y comencé a examinar estrategias terapéuticas desde un enfoque 
   distinto. No se trataba ni de biología 
   molecular, 
   ni de diseñar moléculas, sino de fabricar estructuras, aunque muy 
   pequeñas”, explica.
   
   Leído en Proyecto Salud
 

 
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario