El dispositivo es inalámbrico y, a diferencia del tradicional, se coloca
directamente en el corazón con una cirugía mínimamente invasiva.
Con
lupa. Los modelos más recientes miden apenas 2,54 centímetros.
En
junio se implantará por primera vez en la Argentina un marcapasos sin cable.
Este nuevo dispositivo inalámbrico es tan pequeño como un pendrive o una pila
triple A. Y, a diferencia de los marcapasos tradicionales, se coloca
directamente en el corazón por medio de una cirugía mínimamente invasiva, lo que
disminuye el riesgo de complicaciones, hematomas e infecciones durante el
procedimiento.
La
nueva tecnología ya se utiliza en Europa y EE.UU., donde se acaba de aprobar una
versión nano (ver recuadro). En nuestro país, será un equipo médico del
Instituto Cardiovascular de Buenos Aires el encargado de implantar, por primera
vez, este dispositivo que se utiliza en personas cuyo corazón late muy lento o
de forma irregular.
Esta
situación ocurre, principalmente, como consecuencia de patologías tales como la
bradicardia sintomática o la fibrilación auricular, dolencias que por lo general
se diagnostican en adultos mayores.
Las
estadísticas locales indican que en Argentina se implantan, cada año, entre 20 y
25 mil marcapasos tradicionales; es decir, modelos que utilizan cable. Por eso,
los especialistas están entusiastas respecto del cambio que representará para
los pacientes la disponibilidad de este nuevo modelo de dispositivo.
“Una
vez que contemos con el marcapasos, elegiremos el paciente y en un plazo de 15 o
20 días realizaremos el implante con una técnica mínimamente invasiva que ya
venimos utilizando para otras intervenciones –se introduce un catéter mediante
una pequeña punción en la ingle–, más allá de que recibimos un entrenamiento
adicional para poder hacer un manejo específico para este dispositivo”, le
explicó a PERFIL Fernando Scazzuso, jefe del servicio de Arritmias y
Electrofisiología del ICBA, institución que realiza más de cien implantes de
marcapasos cada año.
Casos.
El nuevo dispositivo no puede utilizarse en todas las personas que tienen
trastornos del ritmo cardíaco, ya que es monocameral (trabaja sólo sobre el
ventrículo); mientras que ciertos pacientes requieren un marcapasos tradicional
bicameral (de ventrículo y aurícula), equipo que aún no tiene su versión
inalámbrica.
Actualmente esta solución está siendo fabricada por dos empresas: St. Jude
Medical y Medtronic. La primera recibió, a fines de 2015, la aprobación por
parte de la Anmat y la segunda acaba de recibir el visto bueno de la FDA, por lo
que se espera que llegue a los profesionales argentinos en aproximadamente un
año.
“En el
contexto de la medicina actual este marcapasos es algo muy novedoso e
importante, sobre todo por la rapidez de la técnica de colocación y las
posibilidades que brinda. Nosotros ya venimos trabajando en el entrenamiento de
los médicos, y los resultados que vemos son muy promisorios”, le dijo a PERFIL
Oscar Mangano, gerente de Productos en la empresa St. Jude Medical Argentina.
“Las
complicaciones asociadas al procedimiento del implante convencional del
marcapasos están entre el 6 y 9%, mientas que el nuevo sistema reduce ese riesgo
y mejora la satisfacción del paciente, entre otras cosas porque el proceso es
mínimamente invasivo y no deja cicatrices ni protrusiones”, explicó Gustavo Maid,
jefe de arritmias en el Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Por
otro lado, el riesgo de que aparezcan infecciones o hematomas a partir del
‘bolsillo’ que contiene el generador también es menor. Además desaparecen las
complicaciones asociadas al cable de los equipos antiguos, tales como fractura,
ruptura del aislamiento, trombosis u obstrucción venosa. Y además presenta
menores restricciones de actividad posimplante”, agregó el experto. Maid
manifestó que es posible que en esa institución próximamente también se implante
el nuevo dispositivo. “Estamos esperando que estén disponibles para cumplir los
entrenamientos y empezar a utilizarlos”.
Otra de
las ventajas que tiene el marcapasos sin cables por sobre el tradicional es la
posibilidad de recambio: “Cuando un paciente requiere un marcapasos permanente,
es decir de por vida, cada ocho o diez años hay que cambiar la batería. En estos
nuevos también, pero la diferencia es que en la tecnología convencional aun
cambiando la batería los cables no se tocan y, por lo tanto, quedan viejos. En
cambio en este caso se saca el dispositivo y directamente se coloca uno nuevo”,
finalizó Scazzuso.
Sigue su marcha el proceso de miniaturización
Esta
semana la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en
inglés) de Estados Unidos aprobó el marcapasos sin cable de Medtronic. El
flamante dispositivo, destinado a pacientes con fibrilación auricular o síndrome
de bradicardia, se denomina Micra Transcatheter Pacing System y se convirtió en
el más chico del mercado, con apenas 2,54 centímetros. Este modelo también se
coloca directamente sobre el corazón, por medio de un catéter y a través de una
incisión que se hace en la ingle.
“Al
contar con el aval de la FDA sólo resta completar esa aprobación para poder
iniciar la gestión ante la Anmat, algo que habitualmente lleva de seis meses a
un año. Pasado ese tiempo estaríamos en condiciones de tener el marcapasos en
Argentina”, le dijo a PERFIL Esteban Rizzolo, responsable de comunicación y
marketing de Medtronic región Atlántico Sur. La aprobación de la FDA se basó en
un ensayo del que participaron 719 pacientes, quienes en el 98% de los casos
mostraban un ritmo cardíaco adecuado seis meses después del implante.
Se
estima que en el mundo más de 4 millones de personas tienen implantado un
marcapasos u otro dispositivo de control del ritmo cardíaco, y que cada año se
someten a su colocación entre 700 mil y un millón de personas.
Leído en
Diario Perfil
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