Científicos de la Universidad de
Zaragoza (España) han diseñado un novedoso modelo epidemiológico de transmisión
de la tuberculosis (TB), el más completo existente hasta la fecha, que incluye
los efectos reales del envejecimiento de la población y de los patrones de
contacto en la dinámica de transmisión de la enfermedad. El trabajo se acaba de
publicar en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Este estudio, cuya publicación coincide
con la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la Tuberculosis este
sábado 24 de marzo, tendrá aplicaciones importantes para el diseño óptimo de
campañas de vacunación y mejoras en el control. Según los autores, será
decisivo ante los datos de la OMS que estiman que esta enfermedad infecciosa ha
sido la responsable, solo durante el transcurso del año 2016, de más de 1,5
millones de muertes a nivel mundial, la mayor parte en los países
subdesarrollados. Estas dramáticas cifras sitúan a la TB, junto con el SIDA y
la malaria, en el pódium de las enfermedades infecciosas más mortíferas
existentes en la actualidad.
Uno de los principales resultados del trabajo es que la incidencia de la
TB a nivel mundial podría aumentar en
las próximas décadas si no se tienen en cuenta aspectos claves como el
envejecimiento poblacional. Este factor tiene un efecto inesperado en la
modelación de esta enfermedad, pues su introducción en los modelos predice un
ascenso en los niveles de incidencia de la enfermedad con respecto a los
pronósticos producidos en poblaciones que no envejecen.
Este resultado podría implicar que el
descenso en la incidencia observado desde inicios de este siglo en todo el
mundo podría frenarse, o incluso revertirse en algunas áreas (especialmente
aquellas cuyas poblaciones van a envejecer más pronunciadamente en las próximas
décadas), y dar lugar a un nuevo incremento de la prevalencia de la enfermedad
a nivel mundial.
Por otro lado, los investigadores
incorporan en su formalismo datos recientes basados en encuestas sobre patrones
de contacto entre grupos de edad, introduciendo por primera vez en el estudio
de propagación de la TB lo que ya se había implementado con éxito en la
modelación de otras enfermedades respiratorias transmisibles como la gripe.
La Universidad de Zaragoza, con Carlos
Martín a la cabeza, trabaja en una nueva vacuna candidata a sustituir a la
actual. (Foto: Unizar)
La dificultad de la investigación
realizada radica en que los modelos matemáticos de propagación de enfermedades
infecciosas deben integrar datos geodemográficos, epidemiológicos y
sociológicos para simular la dinámica de transmisión del patógeno entre individuos.
Los modelos con los que se contaba
antes de este estudio tenían limitaciones a la hora de describir de manera
precisa la relación entre demografía y transmisión de la TB. Específicamente,
estos modelos que se usaban para pronosticar el nivel de incidencia de la
enfermedad a escalas supranacionales operaban bajo el supuesto de estructuras
demográficas estáticas y asumían que las interacciones entre individuos que
transmiten el patógeno ocurren homogéneamente entre todos los grupos de edad.
Los investigadores han logrado
cuantificar cómo cambia la distribución de contagios entre grupos de edad
cuando se abandona la hipótesis de que éstos son homogéneos, tal y como se
asumía hasta ahora. De esta manera, también permite obtener estimaciones
precisas del número de afectados, por la enfermedad, en cada grupo de edad.
Una vez que han desarrollado este nuevo
modelo, los autores plantean aplicarlo a la optimización de campañas de
vacunación, la evaluación y comparación de diferentes candidatos a vacunas y
finalmente, para mejorar el diseño y resultados de ensayos clínicos con las
nuevas vacunas.
En este contexto, la combinación de
disciplinas tan dispares como la Inmunología, la Microbiología, la
Epidemiología y las Ciencias de la Complejidad es clave para desarrollar nuevos
modelos capaces de hacer pronósticos fiables sobre el impacto de la enfermedad
y para evaluar la relación coste-beneficio de las intervenciones
epidemiológicas en cauce.
Este estudio ha sido llevado a cabo por
investigadores del Grupo de Redes y Sistemas Complejos (COSNET) del Instituto
de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) (Sergio Arregui, Yamir
Moreno), en colaboración con el Grupo de Genética de Micobacterias de la
Universidad de Zaragoza, perteneciente al CIBERES y al IIS Aragón (María José
Iglesias, Sofía Samper, Dessislava Marinova, y Carlos Martín) y el Hospital
Sainte Justine de la Universidad de Montreal (Joaquín Sanz). (Fuente: Universidad de Zaragoza)
Leído en NCyT
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