Referente en América Latina de la informática en enfermería, la
expresidenta de la Sociedade Brasileira de Informática em Saúde y editora jefe
del “International Journal of Medical Informatics” describe el estado de la
especialidad en la región, la importancia de probar el significado clínico de
los desarrollos en tecnología de la información y por qué cree que las máquinas
nunca podrán sustituir el cuidado humano directo.
“Si llegué adonde llegué, es
porque tuve gigantes en mi camino profesional”, repite la enfermera brasileña Heimar
de Fátima Marin. Graduada en la Universidad Federal de San Pablo (UNIFESP),
con una maestría y un doctorado en ciencias biológicas con foco en la
informática en salud y, luego, un posdoctorado en el Center for
Clinical Computing de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Harvard, en Estados Unidos, Marin es referente en América Latina de la
informática en enfermería: un campo que se orienta al uso, implementación,
diseño y capacitación en las tecnologías vinculadas con la asistencia y
cuidado de los enfermos y la gestión de los procesos de atención.
Invitada a Buenos Aires para participar del primer Simposio de
Informática en Enfermería (IE), realizado en el marco de las XIV
Jornadas de Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires, la
profesora y directora del Programa de Posgrado en Informática de la Salud de la
UNIFESP, expresidenta de la Sociedade Brasileira de Informática em
Saúde y expresidenta del grupo de interés de informática en enfermería
de la International Medical Informatics Association (IMIA)
dialogó con E-Health Reporter Latin America sobre su historia
personal y las perspectivas de este campo en la región.
. ¿Qué tan desarrollado es el campo de la informática en enfermería en
América Latina?
La mayoría de las carreras de enfermería no la integran en los planes de
estudio de grado. En América Latina hubo algunas pocas iniciativas en países
como Chile, Cuba, Brasil y Argentina, pero, considerando el número de
enfermeros en toda la región, no creo que nos hayamos desarrollado como Estados
Unidos, Canadá, Corea del Sur o Japón. También es cierto que algunos países en
Europa, como Portugal, han desarrollado esta especialidad, pero no publican sus
avances: hacen mucho, pero no lo publicitan. Tal vez aquí ocurra lo mismo.
. ¿Cómo llegó usted a este campo?
En la década del ’80, yo era profesora asociada de enfermería obstétrica
en la UNIFESP y había asistido más de 2.000 partos. Y mi hermano, ingeniero,
era director del centro de tecnologías de la información de la Universidad de
San Pablo (USP) y estaba instalando un sistema en el hospital de niños. Él fue
quien me alertó sobre los avances de los sistemas de información en enfermería
en Estados Unidos. “Debes prestar atención”, me dijo. Por casualidad, enfrente
de donde yo daba clases, en la Escuela Médica Paulista, un profesor, Daniel
Sigulem, empezó a desarrollar un centro de informática clínica. Crucé la
avenida, me puse a hablar con él y me dio un libro voluminoso sobre informática
médica: “Si lo lees durante el Carnaval, regresa y dime si quieres hacer
carrera en este campo”, me desafió. A los pocos días regresé: “Si, quiero
continuar. Esto es lo que quiero para mi vida”. Y Sigulem se transformó en el
mentor de mi maestría, que obtuve en 1991.
. ¿Cuál fue su tema de tesis?
Por mi formación como enfermera obstétrica, desarrollé un sistema de
cuidado prenatal para seguir a las mujeres embarazadas: el sistema creaba
alertas para los profesionales si detectaba algún riesgo. Para mi doctorado, lo
implementé.
. ¿Y cómo desembarca en Harvard?
En 1994, poco después de completar mi doctorado, estaba en una
conferencia en el sur de Brasil hablando de ese proyecto y un profesor de
Harvard, Charles Safran, se acercó y me dijo: “Tú te vienes conmigo”. Así que
estuve en el Center for Clinical Computing de la Escuela de
Medicina de Harvard por 3 años. Y luego regresé y alcancé mi puesto de profesor
titular en Brasil. Y lo pude hacer porque tuve a gigantes en mi camino
profesional: Sigulem y Safran.
. ¿Cuáles son los temas de la informática en enfermería que más le
interesan?
Mis tópicos de interés son las historias clínicas electrónicos, las
herramientas de apoyo a la decisión, la seguridad del paciente y la evaluación
de los sistemas. Trabajé un tiempo en terminología, que es muy importante… pero
aburrido. Así que me dedico a estas otras cosas.
. ¿Puede darnos un ejemplo inspirador de los aportes que puede hacer la
informática en enfermería por los pacientes?
En Estados Unidos, no se puede restringir a los pacientes en la cama,
son libres. Si llaman durante la noche al personal de enfermería y no viene en
tres minutos, se levantan para ir al baño y ahí se caen, lo cual prolonga las
internaciones. Así que desarrollamos un sistema para identificar a aquellas
personas con más riesgo de caídas durante la hospitalización, de modo tal que
el personal de enfermería pudiera anticiparse y ejecutar un protocolo especial
de educación para esos pacientes y sus familias. Por ejemplo, las mujeres son
más propensas, porque siempre creen que son independientes. En un análisis
comparativo con los datos históricos previos a implementarlo, comprobamos que
el sistema logró reducir un 40% las caídas.
. Y eso fue antes de la explosión del Big Data y los algoritmos de
inteligencia artificial
Pero el principio es el mismo: analizas los datos, identificas algunas
variables o indicadores, desarrollas los algoritmos y los pones a prueba en la
práctica clínica. Este último punto es esencial. Soy editora jefe de una
revista científica, “International Journal of Medical Informatics” (Elsevier),
y siempre les digo a los autores: “Si describes un algoritmo, un modelo
matemático, una app o un sistema, no es suficiente. Tienes que probar el
significado clínico. Tienes que probar que hace algo diferente para la atención
de los pacientes o el beneficio de la comunidad, la población o la salud
global”. Y si no lo hacen, que envíen ese trabajo a otra revista, no a la mía.
. ¿Enfermería necesita sus propios sistemas de información?
No creo en sistemas aparte, porque eso implica multiplicar la
recolección de datos y otras tareas. La más importante es identificar que
datos, variables e indicadores, enfermería tiene que medir y deben estar
presentes en las historias clínicas electrónicas para monitorear el cuidado del
paciente.
. ¿Cuáles son las competencias mínimas que uno esperaría de un
profesional que recibe capacitación en informática en enfermería?
Depende del nivel de formación. Quien haya completado los estudios de
grado debería entender por qué son importantes las historias clínicas
electrónicas, o la seguridad, privacidad y confidencialidad de los datos.
Quienes hacen una maestría, requieren más habilidades: saber cómo se procesan
los datos, cuáles son las responsabilidades del enfermero en el ingreso de
datos y por qué la falla de cualquier actor afecta al sistema en su conjunto.
Entender cómo se desarrollan, implementan y evalúan los sistemas. Y conocer
también los métodos científicos. Siempre les digo a mis alumnos: “Si siguen el
método, van a estar del lado seguro de la ciencia”. A nivel de doctorado, por
supuesto, deben profundizar en el análisis de datos y otros conocimientos
técnicos.
. ¿Existe el temor de que los avances en inteligencia artificial o
robótica puedan reemplazar la función de enfermería?
Los algoritmos pueden ayudar para el diagnóstico, pero no los imagino en
la provisión de cuidados. Incluso los nuevos “robots enfermeros” sirven para
ayudar a los enfermeros en la atención, por ejemplo, de pacientes sin
movilidad. Nada se compara con tocar o mirar a los ojos al paciente. Hay una
frase: “Si temes ser reemplazado por una computadora, significa que debes
serlo”. Que no conoces tu valor como proveedor de servicios de salud. Creo que
los enfermeros y las enfermeras debemos mirar a la tecnología, pero enfatizar cuán
importante vamos a seguir siendo para los ancianos, los niños o las personas
que tienen cáncer u otras enfermedades y requieren de cuidados.
. Los enfermeros y las enfermeras tradicionalmente han sido subestimados
como integrantes del equipo de salud. ¿Involucrarse más en el campo de la
informática puede contribuir a jerarquizar su rol?
En realidad, los enfermeros han perdido mucho tiempo quejándose por la
falta de reconocimiento y sintiendo pena por ellos mismos… es estúpido. Yo hago
enfermería porque me gusta y porque estoy seguro de lo que hago. Si la
tecnología puede ayudarme a ser un mejor profesional, justifica el costo, la
inversión y el tiempo. Los enfermeros deben entender su rol como profesionales
de la salud dentro de los equipos de atención. Así que les diría a mis colegas:
“No se quejen… ¡crezcan!”
Por Matias Loewy
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