La pandemia por Covid-19 cambió
el paradigma de la atención en la salud. Puso en valor las tecnologías de la
información y la comunicación (TICs), pero también hizo repensar el modelo
arquitectónico hospitalario planteado hasta el momento. Se venía de un
paradigma de descentralización de la atención donde “las grandes moles
edilicias” que albergaban cientos de camas habían sido reemplazadas por lugares
más pequeños y distribuidos en los que cobraron relevancia los espacios
destinados al diagnóstico y a la interacción de equipos multidisciplinarios de
profesionales. “Es decir, hasta la pandemia, se atendía la demanda de
enfermedades crónicas no transmisibles; pero el Covid-19 hizo remontar el
sistema a la época de las enfermedades infecto-contagiosas que requieren
mayores recursos muebles e inmuebles, y en donde las TICs surgen como un aliado
fundamental para atender a los que están contagiados y a los que no lo están. Y
para monitorear el avance del virus”, analizó el Dr. Alejandro Koch,
coordinador del Área de Telemedicina del Hospital El Cruce.
Marcelo Carrascal,
CIO Hospital Provincial Neuquén, opinó que “los hospitales no son ajenos a la
penetración de las TICs y ya modificaron gran parte de sus procesos, algo que
más rápido o lento se producirá a paso firme e inexorable”. Y sostuvo: “Al
cambiar los procesos, también cambiarán las configuraciones físicas de los
hospitales. Hoy en día se está hablando de los ´hospitales líquidos´, es decir,
instituciones en las que lo arquitectónico ya dejó de ser un límite, en
donde no son las paredes las que lo delimitan, y junto con esta liquidez, se
habla de la Salud Ubicua o uHealth, con el impacto de avances tecnológicos con
dispositivos wearables, la IoT (internet de las cosas), los servicios en la
nube, etc que permiten que los sistemas de salud puedan estar disponibles en
todo momento y en cualquier lugar”.
La especialista en arquitectura
hospitalaria del Hospital Durand, Arq. Rita Comando, por su parte, explicó
que “si bien en ninguna parte del mundo se estaba preparado para esta pandemia,
en Argentina y particularmente en Buenos Aires los hospitales públicos manejan
protocolos de víctimas en masa, dado los tristes sucesos de los atentados de la
Embajada de Israel y de la Amia, los accidentes de Lapa y Once o el incendio de
Cromañón, los cuales prevén la reorganización a su máxima capacidad del
hospital para la recepción en un corto tiempo de muchos pacientes”. Sin
embargo, existe una diferencia sustancial entre esos casos y el actual y es que
“ahora los pacientes están infectados y pueden contagiar al personal del
Hospital generando la baja de mismo y el contagio de otros pacientes, con lo
cual complejiza el problema”, distinguió Comando.
La arquitecta sostuvo que “desde
los ´90 la cantidad de camas de internación tuvo una tendencia a disminuir en
todo el mundo, debido a que los avances de la medicina, la farmacología y
tecnología médica; permitieron la cirugía ambulatoria y la internación
domiciliaria, entre otras modalidades”. Este proceso fue alentado porque
posibilitaba externalizar al paciente, evitando la infección intrahospitalaria
y una recuperación más rápida del enfermo en su casa, en su entorno, además de
que reducía los costos de internación. “De hecho en los últimos años la
complejidad de una Institución no estaba dada por la cantidad de camas sino por
la complejidad de los servicios que presta. Se llegó a hablar del ´Hospital sin
camas´, y hoy la superficie fue ganada por el incremento de las áreas de
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, quizás eso sea otro punto a rever
luego de la pasada la pandemia”, añadió.
La revisión de los procesos, a
partir del nuevo requerimiento de atención de pacientes frente a una epidemia,
que darán como resultados los nuevos lay-out de las diferentes áreas. La mirada
integral al planificar entendiendo que la atención de salud no solo se da en el
Hospital o el Centro de Salud, sino por ejemplo la reconversión de un hotel
para la atención, o que la vivienda se ha transformado en un lugar de
cuarentena. “Es decir habrá que repensar la ciudad al igual que lo hizo la
corriente Higienista afines del siglo XIX”, manifestó Comando.
El definitivo camino
hacia las TICs. “Después de la pandemia habrá mayor
acceso a las TICs, se diseñará pensando en TICs”, aseguró Koch. “Lo que pasó es
que se aceleró lo que venía dándose muy lentamente, y muchos notaron que las
TICs pueden ser muy útiles, que no reemplazan nada ni a nadie y que permiten
dar mayor accesibilidad a la salud”, resaltó. “Además, aceleró el marco
normativo, e hizo que muchos que tenían resistencia al cambio lo tomaran bien”.
“Cambió el paradigma de la atención médica. Se notó que una buena atención no
lo es por ser presencial sino por el tiempo que se dedica y la calidad”, afirmó
el coordinador del Área de Telemedicina del Hospital El Cruce.
La pandemia hizo que dos nuevos
hospitales modulares –el de Quilmes y el de Florencio Varela- se sumaran a la
estructura del Hospital El Cruce en sistemas de triage (herramienta de gestión
de datos que permite la calificación de pacientes de acuerdo a la urgencia de
la atención) para Covid-19. “De esta manera, programas como Sumar y otros de
financiamiento pueden hacer aportes específicos. Son sitios en los que se está
viendo de fortalecer las redes de comunicación”, comentó Koch.
También esta situación
extraordinaria dada por el Covid-19 impulsó el área de telemedicina de El
Cruce, la convirtió en la más requerida y reorientó su funcionalidad: “Nos
insertamos en el proceso verdadero de la atención”, explicó Koch (ver El Cruce
implementó consultorios virtuales” en la sección Novedades).
El consultorio virtual de El
Cruce surgió como una demanda ante la pandemia del Covid-19 y el aislamiento
social. “Hicimos que todo servicio que desea realizar consultorios virtuales
envíe una lista de pacientes priorizado y otra de profesionales, incluyendo los
que se encuentran en domicilio por licencia Covid a Gestión de Pacientes con
copia a Telemedicina. Una vez que tenemos esa lista de pacientes, Gestión arma
la agenda y se encarga de hacer el primer contacto con el paciente, se le
pregunta si quiere hacer un consultorio virtual. Si la respuesta es afirmativa
se le pide datos como número de celular, si tiene Internet, computadora y un
correo electrónico. Luego esa información es enviada a Telemedicina y nosotros
le enviamos un instructivo con el uso de la plataforma y también el
consentimiento informado. Después se llama a los pacientes, se realizan las
pruebas de conexión desde su domicilio, y se procede a lectura del
consentimiento informado. Esta instancia es grabada y luego incorporada a la
historia clínica del paciente, el siguiente paso es validar el turno para la
consulta virtual. Por otro lado, también se capacita al profesional en el uso
de la plataforma dado que la misma posee sala de espera y tiene que saber
administrarla, a su vez se le brindan pautas básicas del contexto adecuado del
consultorio sobre todo aquellos médicos que estarán en domicilio, como estar en
un lugar adecuado, evitando interferencia que puedan alterar la relación
médico-paciente”, detalló Koch.
El día después.
La infraestructura hospitalaria –arquitectura, conectividad, sistemas, etc- se
verá fortalecida luego de la pandemia. En El Cruce, por ejemplo, piensan en
dotar de mayor conectividad a las habitaciones para que las visitas puedan ser
virtuales y atender así a la salud mental de pacientes Covid y No Covid y de
sus familiares, imposibilitados de verse presencialmente por el riesgo de
contagio que ello supone. “La tecnología sirve tanto para mejorar procesos de
gestión como para humanizar y acercar la medicina”, aseguró Koch.
Para la arquitecta Comando, el
diseño hospitalario debería repensarse. Entre otras propuestas, señala la flexibilidad
espacial para que puedan adaptarse rápidamente a distintas
contingencias, la circulación con distintos circuitos de acceso -para
presuntos pacientes contagiados y otro para quienes vienen por otras causas, un
área de triage -donde los pacientes se clasifican-, vestuarios y
áreas de descanso de personal, mesones de atención al paciente y/o
público -que incluye no solo a los médicos y enfermeros sino también a
administrativos, recepcionistas, y que deben estar protegidos mediante paneles
de vidrio con micrófonos u otro sistema que se diseñe-, etc.
El CIO del Hospital Provincial
Neuquén, por su parte, aseguró que “deja de tener sentido contar con grandes
espacios físicos destinados a consultorio para pacientes ambulatorios ya que
muchas de las prestaciones podrán ser resueltas remotamente”. En el caso de las
internaciones, “la proliferación de dispositivos de monitoreo permitirá hacer
un seguimiento preciso y personalizado”, expresó, y concluyó: “Las TICs
llegaron para quedarse. Hay dos caminos, resistirse inútilmente o apropiarse de
las tecnologías como las aliadas que son y junto a ellas mejorar el proceso de
cuidado de las personas”.
Fuente: Salud
en Línea
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