La implementación de la Historia Clínica Digital (HCD) pasó a ser una
prioridad para la región y tanto Argentina como Chile y Uruguay avanzan con
diferentes estrategias tecnológicas, pero con las mismas certezas: que su éxito
radica en la calidad del dato recogido y que es el único camino de salida para
enfrentar los virulentos días de la pandemia.
La HCD permite minimizar el riesgo médico, desarrollar estadísticas
sociosanitarias, avanzar en la investigación y desarrollo en materia de, por
ejemplo, Inteligencia Artificial (IA), además de permitir gestiones
epidemiológicas imprevistas entre otras virtudes y conclusiones que se
enumeraron en la conferencia Ecosistema de Salud Conectada, realizada de forma
virtual por la European Connected Health Alliance (ECHAlliance).
Oportuno y de calidad. Una persona y su
doctor se reúnen con el único objetivo de intercambiar datos: una dolencia, un
síntoma, las características de determinada patología, la indicación de un
medicamento y hasta una nueva cita. Esos y otros datos fluyen en ese encuentro
que el uso de la Historia Clínica Digital (HCD) sistematiza y convierte en
información para posicionarse como una herramienta imprescindible, sobre todo,
en tiempos de Covid-19.
“Lo importante es generar el dato primario de manera oportuna y de buena
calidad, luego se pueden hacer estudios y análisis para mejorar la atención al
paciente”, explicó Fernando Núñez, director Nacional de Gorbernanza
e Integración de los Sistemas de Salud en Ministerio de Salud de la Nación
Argentina sobre el Plan Nacional de Salud Digital, una iniciativa que lleva
pocos meses de vida pero que este año aceleró su desarrollo por el contexto de
emergencia sanitaria y que apunta a facilitar la conectividad y masificar el
uso de la HCD.
“Las historias clínicas actuales no contemplan información relevante
para la salud, el cuidado clínico y el aprendizaje, como por ejemplo, las
vinculadas a la cotidianeidad del paciente, su contexto social o su información
genómica”, dijo Carlos Otero, jefe de Informática Clínica del
Hospital Italiano de Buenos Aires, y admitió que, “aunque tengamos 20 años de
registros médicos electrónicos, es imposible pensar que los profesionales
podrían acceder a esa información valiosa sin avanzar en la arquitectura del
registro para poder obtener el dato clínico de la manera más fidedigna
posible”.
“La conversión digital implica cambiar hábitos analógicos por hábitos
digitales saludables”, sostuvo Alejandro Mauro, jefe de Informática
Biomédica de la Clínica Alemana de Santiago de Chile, y repasó una estrategia
basada en el uso de TIC´s para segmentar pacientes y aislarlos a partir de la
diferenciación de aquellos que dieron Covid-19 positivo y los que no (Ver nota
“Covid or not Covid, esa la cuestión para la Clínica Alemana de Chile”).
Estrategia activa. La apuesta
Argentina es grande, “el plan de Salud Digital debe impulsar y crear
estrategias que lo potencien; trabajar sobre estándares de interoperabilidad,
definir esos servicios en el Bus de interoperabilidad con incentivos de
financiamiento externo, generar equipos de trabajo para articular esta agenda
digital y lograr que las jurisdicciones colaboren entre sí regionalizando la
estrategia y que no tengan que pasar siempre por Nación para tener algún tipo
de cooperación”, repasó Núñez (Ver nota
“El Plan Nacional de Salud Digital ya federó a 3 millones de pacientes”).
“La vigilancia epidemiológica era, en general, una estrategia pasiva,
pero a partir de la pandemia se convirtió en activa y está en la agenda de
todas las jurisdicciones”, aseguró Cintia Esperanza, coordinadora
Operativa y de Planificación Estratégica de la Dirección Nacional de Sistemas
de Información de Salud del Ministerio de Salud de la Nación, y adelantó que
trabajan en esa materia “para que todos los datos que se recolectan de las
historias clínicas, fluyan y alimenten esos sistemas”.
En ese sentido, Santiago Pesci, director de Información en
Salud de la Provincia de Buenos Aires admitió que “sufrimos la incapacidad de
contar con información de calidad”, pero admitió que la pandemia “puso en
agenda necesidad de contar con datos para la gestión y la gobernanza sobre el
sistema público, pero también del sector privado” (“Ver nota:
La apuesta digital de salud bonaerense mira al territorio”).
El funcionario bonaerense repasó un sistema que se implementó en dos
meses, que contempló un sistema de vigilancia epidemiológica y el monitoreo de
la disponibilidad y la ocupación de camas, que está implementado en más 140
centros de tratamiento y por el que sabe que se encuentra al 60% de su capacidad;
“dato que pudimos tener por entender a la pandemia como una oportunidad y un
gran desafío”, aseguró.
Pero importante de ese antecedente, además del porcentaje en sí, radica
en su potencial porque permite que cada semana el gobierno provincial pueda
tomar decisiones acerca de la contención de la pandemia.
A mover el dato. Del otro lado del
Río de la Plata, la experiencia en salud digital se llama Salud.uy y fue
pensada como herramienta de apoyo al sistema nacional integrado de
prestaciones, cuyo recorrido inició en 2012 y que en marzo de 2019 transfirió
su primera historia clínica.
“No concebimos la salud digital absolutamente autónoma sino integrada a
los objetivos sanitarios del país en el que tenemos una red de atención
prestacional pública y privada, que los ciudadanos podemos elegir”,
explicó Pablo Orefice, director del programa (Ver nota
“Salud.uy y el éxito oriental: más de 270.000 documentos intercambiados”).
“Trabajamos sobre el concepto de que movemos el dato y no a las
personas”, resumió Orefice sobre una estrategia que, en plena pandemia,
significa mucho y que se apalanca en un triage de flujo epidemiológico, una
plataforma de acceso a sistemas de apoyo, con relevamiento de camas y de
respiradores, que activa un operativo de información y de seguimiento ni bien
algún laboratorio obtiene un caso de Covid-19 positivo.
“La HCE es mucho más que pasar del papel a la computadora y lo que
necesitamos es contar con un lugar primario para la carga de datos clínicos que
nos permita avanzar en un flujo más dinámico”, dijo Otero y ponderó necesario
“garantizar que se use el sistema y determinar qué políticas serán
implementadas en los registros (como definir si centrarlas en el paciente, en
las patologías o por niveles de atención); es importante para tener un orden
cuando queramos recuperar la información porque ese será uno de los más grandes
desafíos que tendremos”.
Para el responsable IT del Hospital Italiano “hay que empezar a trabajar
con los profesionales sobre la importancia de documentar porque lo que no está
documentado no ocurrió y concientizarlos de que esa tarea ocupará buena parte
de su carrera profesional”.
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