Pedro Robledo, coordinador del Máster en Dirección de Procesos Estratégicos, nos detalla cómo conseguir alinear los procesos a los objetivos estratégicos dentro de una organización.
Conocido
en castellano como propietario o líder de procesos, el process owner es
aquella persona dentro de una organización que es el responsable de un proceso
transversal de principio a fin de que vela por su buen funcionamiento y
rendimiento para conseguir los resultados esperados y mejorar la satisfacción
del cliente, optimizando la eficacia, eficiencia y la productividad.
Al
observar detenidamente cómo evoluciona el flujo de actividades de un proceso, es
más sencillo identificar cuellos de botella, tratar de desatascarlos y ganar
así en productividad, en competitividad y construir al mismo tiempo más valor
de marca para el cliente. Ser eficientes al 100% requiere de un process owner
totalmente dedicado.
Para
conocer mejor el papel de este líder de procesos dentro de una empresa y lograr
las competencias prácticas que demanda el mercado, hablamos con Pedro Robledo,
coordinador académico del Máster Universitario en Dirección de Procesos
Estratégicos de UNIR y presidente y cofundador de la filial española de la
ABPMP (Association of Business Process Management Professionals).
El
process owner tiene una misión fundamental dentro de la gestión por procesos de
negocio (BPM – Business Process Management), ¿cuáles son sus principales
responsabilidades?
Principalmente,
son los máximos responsables de especificar los objetivos y los KPIs
(indicadores clave) necesarios para controlar un proceso de principio a fin
para la consecución de los objetivos estratégicos de una organización, y la
búsqueda continua de su mejora.
Para
ello, deben comunicarlo a través de una hoja de ruta clara alineada a la
estrategia a corto, medio y largo plazo. Una vez establecida, deberá monitorear
y gestionar el progreso del proceso y su mejora, motivando a la vez a los
propios participantes.
Para
perfeccionar el rendimiento es necesario que se involucre en cada proceso hasta
el punto de saber identificar los problemas, sus causas e incluso poder
adelantarse para evitarlos.
¿Qué
diferencia hay entre una empresa que apuesta por esta figura y aquella que no
lo hace?
Las
organizaciones están obligadas a innovar en los procesos que intervienen en sus
objetivos estratégicos, por lo tanto, no deberían optimizar procesos sin tener
ese alineamiento.
En
palabras del magnate Bill Gates, si se automatiza un proceso ineficiente se
multiplica la ineficiencia. Por lo tanto, para mejorar un proceso mediante la
digitalización o automatización hay que analizarlo previamente, entender su ROI
(retorno de la inversión), buscar escenarios de mejora o decidir cuándo debería
aplicarse alineándolo con los objetivos estratégicos (entendiendo los posibles
impactos con el resto de la organización).
Por
su parte, las compañías sin esa figura no tienen a nadie responsable del
rendimiento diario del proceso y de los posibles riesgos de no actuar a tiempo
de manera predecible para evitar problemas futuros que lleven a la no
consecución de objetivos.
¿Cuál
es la necesidad actual por parte de las empresas de incorporar a un process
owner dentro de sus filas?
Según
el economista americano Michael Porter, la ventaja competitiva de una
organización frente a otras está en sus procesos, por lo que las organizaciones
deben velar por la mejora continua y la excelencia operacional.
Dos
factores esenciales que hacen necesario que haya responsables (process owners)
que velen por un adecuado rendimiento en términos de eficiencia, eficacia,
efectividad y productividad, para la correcta consecución de objetivos
estratégicos. Estos necesitarán aplicar la disciplina de gestión empresarial
Business Process Management (BPM o, en castellano, gestión por procesos).
Actualmente,
el rol de process owner está poco definido en las empresas, lo que implica que
tampoco está correctamente preparado con competencias específicas para
desempeñar este puesto clave en una organización.
Según
el estudio State of BPM Report 2020 de BPTrends, más del 70% de las empresas
están haciendo levantamiento de procesos (una de las funciones de este cargo) y
solo el 15% de las organizaciones tienen equipos de gestión por procesos
para coordinar sus esfuerzos.
¿Qué
competencias exigen las compañías a la hora de incorporar un process owner a
sus equipos?
Según un análisis de la consultora Gartner, se dividen principalmente en tres grandes grupos.
- Por un lado, están las competencias transformacionales, que esperan que el responsable sea capaz de gestionar los proyectos de mejora y optimización de procesos para cumplir los objetivos marcados, haciendo un uso equilibrado del tiempo y el coste. Se espera una buena comunicación entre las partes y que sepa elegir las herramientas adecuadas para lograr la transformación buscada, con seguridad y confianza.
- Por otro lado, están las competencias operacionales que se centran en saber aplicar técnicas y metodologías propias de este tipo de procesos, teniendo en cuenta diversos análisis cualitativos y cuantitativos para facilitar la identificación de un posible problema. Esto pasa por realizar simulaciones para evidenciar que las medidas que se quieren tomar son las mejores y por gestionar el rendimiento del proceso a través de la monitorización.
- Por último, están las competencias técnicas que implicarían entender el ciclo de vida BPM (ciclo de mejora continua) y su función en el modelado actual, manejar soluciones tecnológicas de BPM y arquitectura empresarial, así como alinear los indicadores del proceso con los objetivos estratégicos en un cuadro de mando integral bajo la metodología de Balanced ScoreCard.
¿Cuáles
son las metodologías más novedosas en el diseño y mejora de procesos y cómo
pueden influir en el trabajo del process owner?
La
disciplina BPM ofrece diferentes metodologías con el foco de la mejora continua
de los procesos de una organización.
El process owner se basará principalmente en las siguientes:
- Modelado
y análisis de procesos
aplicando el estándar ISO BPMN (Business Process Model & Notation) de OMG
(Object Management Group).
- Modelado
y análisis de decisiones
dentro de un proceso, aplicando el estándar DMN (Decision Model & Notation)
de OMG.
- Estudio de madurez del proceso, aplicando por ejemplo la metodología PEMM (Process Enterprise Maturity Model) de Michael Hammer.
- Minería
de procesos
(Process Mining) y minería de tareas (Task Mining) para detectar las
mejoras entre el proceso teórico y el real.
- Metodologías
de optimización de procesos:
Lean (para eliminar el despilfarro), SixSigma (para controlar la variabilidad
del proceso y la calidad) y TOC (Theory Of Constraints) o teoría de las limitaciones,
para controlar cadenas críticas del proceso, eliminar cuellos de botella y
decidir a través de la medida de la contribución del proceso.
- Análisis
cualitativos y cuantitativos del proceso para detectar problemas y posibles soluciones,
así como mediante la simulación de procesos (análisis cuantitativo), lo que
implica probar mediante simulación de procesos antes de implantar posibles
escenarios de mejora para entender posibles impactos con cuestiones como “¿Qué
pasaría si…?”
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