La
Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNNE realiza
notificaciones y seguimientos de casos donde los fármacos producen efectos
secundarios, como parte de su labor comunitaria. La primera prueba piloto se
hizo en un centro asistencial de la capital provincial.
En la Argentina, el Sistema Nacional de
Farmacovigilancia está encargado de detectar y documentos los efectos adversos
de los medicamentos, eventos que no siempre son denunciados o notificados
correctamente. Por eso, los registros no suelen ser precisos en la cantidad de
casos que se dan por año. Para intentar mejorar este conocimiento, en
Corrientes la Universidad Nacional del Noroeste (UNNE) lanzó hace un tiempo una
iniciativa para detectar estos problemas, y ayudar a su categorización y
análisis. A través de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina
local, se inició un trabajo orientado a la identificación de estas reacciones,
un problema de relevancia sanitaria. Sus encargados destacan la importancia de
la realización de notificación sistemática de casos por parte de todos los
miembros de la comunidad. Para esto, se crearon cuatro categorías de estudio,
que se pusieron en práctica en una prueba piloto en un cetro asistencial local.
Cuando un medicamento sale al mercado,
gracias a los estudios previos, se conocen las reacciones adversas más
frecuentes. Las menos frecuentes se ponen en evidencia por medio de la
farmacovigilancia, momento en que el fármaco es utilizado por un número mayor
de pacientes y en contextos menos controlados que los observados en los ensayos
clínicos. En este punto actúa la cátedra de la UNNE, denominada técnicamente
como “efector periférico” de la Administración Nacional de Medicamentos,
Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), encargada del sistema nacional. La
Cátedra además de la notificación y seguimiento de casos, también lleva a cabo
investigaciones que permiten optimizar la identificación de casos y además
estimar su impacto en el sistema de salud a nivel local y regional.
“Una reacción adversa es un efecto
perjudicial que ocurre tras la administración de un fármaco a las dosis
normales utilizadas en la especie humana para la profilaxis, el diagnóstico o
el tratamiento de una enfermedad o para la modificación de alguna función
fisiológica”, explicó María Teresa Rocha, referente de la Cátedra de
Farmacología. La especialista remarcó que “pueden producirse incluso a pesar de
un uso apropiado de los medicamentos y también porque hay pacientes que presentan
una sensibilidad particular e impredecible a determinados medicamentos”. rocha
destacó que desde la Facultad de Medicina “se trabaja en articulación con
autoridades sanitarias, profesionales, instituciones de salud, e incluso con
los pacientes, pues una buena estrategia para conocer el comportamiento de los
medicamentos en la población de una determinada región es la notificación
sistemática de las mismas, que permite gestionar el riesgo y planificar
acciones que garanticen la seguridad de los pacientes”.
Rocha explicó que ante la notificación de
un posible caso de RAM (denominación de las reacción adversas de medicamentos
en el mundo médico) se inicia un estudio minucioso para determinar si hay
relación causal entre el medicamento y la reacción en el paciente, que puede
ser “probable”, “probada”, “posible o dudoso” o “nulo”. Respecto a las
investigaciones del equipo de trabajo, comentó que se llevan a cabo estudios
varios que posibiliten estimar el impacto de las RAM en los sistemas de salud
local y regional.
Como prueba piloto, se hizo el seguimiento
de reacciones en pacientes hospitalizados en un Centro de Referencia de la
ciudad de Corrientes. Se trató de un estudio observacional, descriptivo y de
corte transversal de Farmacovigilancia Intensiva en el servicio de Clínica
Médica del Hospital Escuela “José de San Martin” de la ciudad de Corrientes,
durante el periodo comprendido entre los meses de abril a octubre del 2017. Se
incluyeron todas las notificaciones graves de “sospechas” de reacciones adversas
ocurridas en pacientes internados que recibieron tratamiento farmacológico. El
instrumento de recolección de datos fue la ficha amarilla de notificación de
eventos adversos del Centro Regional de Farmacovigilancia de la UNNE. Del total
de notificaciones analizadas en el estudio se reportaron siete eventos adversos
graves. De los casos, 3 fueron catalogados como probables, 3 como posibles y 1
como probada. “Debe visibilizarse que las RAM son un problema médico, y en ese
sentido consideró que el trabajo de la Cátedra posibilita una retroalimentación
con los profesionales e instituciones de salud, que además de notificar
posibles casos realizan consultas previas a la administración de medicamentos
en situaciones complejas”, concluyó la especialista.
Leído en Mirada Profesional
No hay comentarios.:
Publicar un comentario