Afirman que el sistema de prepagas “está en
coma” y se agrupan para enfrentar la crisis
Se trata de una confederación que nuclea a todas las cámaras de salud
del país. El objetivo es unir fuerzas para negociar con el Estado.
Aquí
tres de los representantes del Consejo Directivo UAS: (izq.) el vocal Guillermo
Lorenzo y vicepresidente de ADECRA; el presidente del Consejo Directivo de UAS,
Claudio Belocopitt y también presidente de Swiss Medical; y Gabriel
Barbagallo, gerente de Relaciones Institucionales de OSDE y ACAMI
No nos une el amor, sino el espanto... Queda flotando este refrán como vehículo que
motorizó a Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical; Gabriel Barbagallo,
gerente de relaciones institucionales de OSDE y Guillermo Lorenzo,
vicepresidente de ADECRA, a juntarse con la prensa y oficializar el lanzamiento
de la Confederación
Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS), que nuclea
clínicas, sanatorios y hospitales de toda la Argentina.
En una oficina del octavo piso de la Avenida
Libertador, Belocopitt, Barbagallo y Lorenzo coinciden en que el surgimiento
"medio de apuro" de esta confederación es porque "el agua llegó
hasta el cuello del Sistema de Salud argentino...y un poco más
también. Es
un último intento, un pedido de auxilio que ya hicimos de manera independiente
y ahora nos unimos a través de distintas cámaras".
La UAS tiene como objetivo unirse, defender a
las empresas más pequeñas y todos juntos darle más visibilidad a los problemas
que, afirman, tienen "en
coma y tambaleando",
a un sistema de salud que colapsa. "Tiene como objetivo macro
plantear desafíos más profundos a los que veníamos realizando hasta aquí. Hace 50 años que el sector está
dominado por problemas estructurales que no han sido abordados por ningún
gobierno. Directamente no existimos en la agenda de ninguna
autoridad", exclama Belocopitt.
La Confederación UAS engloba a ADEMP, CIMARA,
CEMPRA, ADECRA, ACAMI, CEDIM y FAOSDIR, las cuales hasta ahora cada una
"tiraba para su lado, defendiendo sus propios intereses. No nos fue bien
así, por eso es fundamental conciliar, es una responsabilidad
como dirigentes que nosotros tenemos que encarar", concuerdan los
disertantes.
Belocopitt quiere ser cuidadoso y separar la
precarización de la salud de la coyuntura política. "No queremos politizar
ni pecar de oportunistas. Simplemente
buscamos plantarnos desde un rol de mayor fuerza, entendiendo que se trata de
la salud, que nos afecta a todo. La salud no tiene precio, pero
sí tiene costo, por eso queremos subrayar que se trata de una unión de cámaras,
no de empresas".
Para llevar a cabo esta unión hubo que dejar
de lado diferencias para buscar los intereses comunes "para sostener el
área, que a
nivel nacional está atravesada por graves problemas económicos",
afirma Barbagallo. "Cuando se tiene una inconsistencia entre el ingreso y
el egreso, empiezan los problemas aguas abajo. Si la inflación es del 10 por
ciento y el gobierno nos autoriza un aumento del 7, comienza a formarse esta
bola de nieve".
Belocopitt enfatiza en que "estamos en el momento más
crítico de la salud, que el sistema está deteriorado, que es el momento
mancomunarnos y de ver el problema que se extiende desde
La Quiaca a Ushuaia todos juntos". "Ya han habido quiebres de
sistemas de prepagos chicos y de sanatorios que cerraron sus puertas en el
interior", acotan Barbagallo y Lorenzo.
Es Belocopitt quien toma las riendas de la
presentación. Es el más efusivo y enfático. "La salud es unos de los
principales déficits de la Argentina, pero la salud no aparece entre las
prioridades del Estado, que no aporta absolutamente
nada económicamente, y encima saca con impuestos carísimos. Y es imposible, no
aquí, sino en el mundo, que un sistema de salud sobreviva sin el aporte del
Estado".
La UAS ya está funcionando, aunque el
horizonte es muy lejano. "Esto no es una carrera de 100 metros, es
un maratón duro y desgastante. Son muchos los cambios que tenemos que hacer, muy
profundos y complejos, que no se verán en los próximos meses, sino que se
cristalizarán en diez años. Pero sí sabemos que hay necesidades
inmediatas, urgentes en un área de tal sensibilidad que puede pensarse que nosotros
estamos defendiendo intereses", señala el presidente de
Swiss Medical, que defiende a rajatabla el sistema de salud argentino,
"como pocos en el mundo, pero no hay que dejarlo morir".
Uno de los temas candentes que la UAS le hará
saber al Estado es cómo financiar tratamientos que pueden costar un millón de
dólares. "Nosotros
no discutimos que haya que llevarlo a cabo, sino cómo lo vamos a financiar.
Es un debate que nos urge tirar sobre la mesa. Hay medicamentos que valen miles
de dólares, tienen costos exorbitantes como sucedió con el Spinraza (para
la atrofia muscular espinal), por eso remarco una y otra vez que es imperioso establecer reglas
claras. Para eso creamos la UAS y el Estado no podrá mirar más para otro lado".
Dicho medicamento no es un punto de inflexión, sino un emergente. "Hay
muchos casos similares quizás menos caros pero más frecuentes", precisa
Barbagallo.
¿Por qué ahora la creación de la UAS y no
hace dos años? "Más
vale tarde que nunca -responden los tres-. No tenemos que mirar para
atrás, no se dio vaya a saber uno por qué, pero ahora todas las
partes entendimos que tocamos fondo". Ante semejante cuadro clínico, los
tres revelan que "no hay optimismo de cara al futuro inmediato, pero no hay peor gestión que la que
no se hace. Y no haber hecho nada nos llevó hasta acá".
Belocopitt, Barbagallo y Lorenzo piden que
"el Estado respete al sector privado, que ha crecido infinitamente y en los últimos dos años le ha
sumado 20.000 personas, cuando en todos las crece el número de
desempleados. Entonces por favor escúchennos, creo que la salud merece una
discusión seria, porque un día sucederá y no habrá más clínicas ni
sanatorios... ¿Y entonces?".
Leído en InfoBae
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