El asesor del sector salud y life sciences de la consultora considera que deberían estar implantadas las mismas soluciones tecnológicas en todos los hospitales que forman parte del Sistema Nacional de Salud.
Siglo XXI y uno de los principales retos digitales del Sistema Nacional
de Salud (SNS) continúa siendo la interoperabilidad. Para Jaime del Barrio,
asesor del sector salud y life sciences de EY, “es inconcebible que
aún estemos hablando de conectividad e interoperabilidad en salud”. El
presidente de la Asociación de Salud Digital (ASD) y consejero de Sanidad del
Gobierno de Cantabria entre 1995 y 2003 cree debería ser interoperable todo y
que los hospitales que forman parte del SNS tendrían que tener las mismas
soluciones tecnológicas.
Pregunta: ¿Hasta qué punto ha impulsado la pandemia la salud digital?
Respuesta: Las situaciones de crisis son momentos de acelerar
soluciones y, durante la pandemia también ha sido así. En este último año hemos
avanzado mucho más que en los cinco años anteriores. El reto ahora es saber
cuánto de todo esto se va a quedar y cuánto se va a trasladar a los sistemas
sanitarios. Veníamos de una situación de falta de madurez en la digitalización
en salud. Estábamos muy por debajo de dónde debíamos haber estado y la pandemia
ha puesto en evidencia este déficit. Las organizaciones sanitarias que tenían
un grado de madurez de su sistema digital han dado una mejor respuesta. La
transformación digital tiene que ver más con las personas que con los equipos
tecnológicos.
P.: ¿Qué obstáculos hubo y hay para que no se hubiera producido este
impulso con anterioridad?
R.: En 2018 y 2019, hubo varios informes que constataban diferentes
barreras de partida. En 2018, se hablaba de una necesidad de un cambio
organizacional, es decir, una reorganización de la información, y lo hemos
vivido en la pandemia con la necesidad de tener acceso a datos reales. También
hablábamos de una necesidad de adaptación a la nueva realidad debido a la
cronicidad y longevidad. En 2019, hablábamos de la necesidad de tener una
historia clínica digital, pero no fue hasta finales de 2019 cuando empezó a
haber una historia clínica digital, aunque todavía es muy mejorable.
P.: ¿Y, tras la pandemia, qué retos hay por delante?
R.: Tenemos la necesidad de integrar, pero de manera fidedigna y
fácil, el diagnóstico por imagen. La necesidad de incorporar nuevas tecnologías
al alcance al paciente para situarlo como eje del sistema sanitario. Hemos
visto que es necesario que los campos de la telemedicina se incorporen al
Sistema Nacional de Salud. Hace unos años estábamos entrando en la economía de
los datos y la salud es el principal depósito de datos. Además, se debe
impulsar la digitalización en salud mediante el big data y la
inteligencia artificial, que ya se empezaba a vislumbrarse, liderada por el Sistema
Nacional de Salud. Tenemos la necesidad de formar a los profesionales, ofrecer
información a los pacientes y ciudadanía y dar un cambio cultural en las
organizaciones sanitarias, además de una estrategia nacional de salud digital.
No inventamos nada nuevo, introducimos las nuevas tecnologías y digitalización
en el sistema sanitario.
“Desde hace unos años hemos entrado
en la economía de los datos y la salud es el principal depósito”
P.: ¿Qué factores y quiénes deben promover la transformación digital en
sanidad?
R.: El Sistema Nacional de Salud es único y universal y se basa en
el principio de equidad y acceso al diagnóstico y tratamiento. El paciente y la
ciudadanía tienen derecho a la innovación que viene de la mano de lo digital.
Debe ser un cambio liderado por la administración pública a partir de definir
un modelo de gobernanza, saber cómo gestionar los datos, incorporar estas
nuevas tecnologías, formar a los profesionales y población… Además, los datos y
sistemas nos permiten avanzar en transparencia en tratamientos y diagnósticos y
evolución de las enfermedades. No puede ser que en cada hospital haya un
dispositivo diferente. Volveremos a retroceder bastante si no hay un liderazgo
por parte del Sistema Nacional de Salud.
P.: ¿Cómo tienen que adaptarse los profesionales sanitarios a este
cambio y qué consejo les daría a las próximas generaciones?
R.: El cambio viene muy motivado por el paciente,
independientemente de su edad, aunque los profesionales sanitarios tendríamos
que liderar este cambio. Hay que contar con las nuevas generaciones y darles
lugares de encuentro, pero el sistema continúa siendo demasiado tradicional.
Ellos están en servicios cuyos referentes son analógicos, no están convencidos
plenamente de lo digital y no utilizan todo su potencial. Ya hay muchas
referencias que demuestran que lo digital facilita diagnósticos y tratamientos
y mejora los resultados en salud. Esto es imparable y estamos mirando a otro
lado. Debemos cambiar desde dentro y atentos a lo de fuera. La digitalización
en salud será la herramienta que facilite la humanización y equidad.
P.: ¿Se debe apostar más por la compra pública innovadora?
R.: Una de las cosas que se están poniendo en evidencia es que los
actuales sistemas sanitarios llevan ya tiempo en una evidente obsolescencia y
no son capaces de afrontar los nuevos retos. Además de vivir más años, también
convivimos con enfermedades crónicas. Todo esto es insostenible de la mano de
modelos como el nuestro, sistemas sanitarios basados en otra época. La
digitalización permite identificar el itinerario de todo el proceso y medir
cualquier acción nuestra, tratamiento o solución terapéutica, y cómo se traduce
su aplicación en resultados en salud para proponer diferentes soluciones. Esto
nos permite sentarnos con la administración pública, proveedores y
profesionales sanitarios y, en base resultados, decidir la mejor manera de
contratación. Puede ser compra pública innovadora u otros modelos innovadores
de financiación y contratación flexibles.
“La digitalización en salud será la
herramienta que facilite la humanización y equidad”
P.: ¿Cuándo hablamos de digitalización, se debería empezar por
solucionar lo que no está bien en lugar de desarrollar las cosas más
sofisticadas?
R.: Lo normal es empezar por la base, un cambio estructural en el
que se pongan pisos por encima y construir nuevas soluciones. Tenemos que ir
empezando de abajo y construyendo y lo que no podemos hacer es ignorar los
avances tecnológicos. Es inconcebible que estemos hablando de conectividad e
interoperabilidad. Tendría que ser interoperable todo, no puede haber en el
siglo XXI diferentes soluciones para hospitales del mismo Sistema Nacional de
Salud. Tenemos sistemas ineficientes, sistemas que no son seguros y que se caen
permanentemente. Se nos llena la boca hablando de la privacidad de los datos
cuando somos vulnerables. La inteligencia artificial nos va ayudar muchísimo, pero
tenemos que tener una arquitectura y gobernanza adecuados.
P.: ¿Habrá una proliferación de hubs de salud digital y
compañías especializadas en los próximos años para acompañar este crecimiento?
R.: Lo hemos vivido en este año, en que la salud ha estado de moda.
Todo el mundo ha visto la oportunidad y la necesidad de aportar soluciones,
hemos vivido una proliferación de lo tecnológico aplicado en la salud. En los
próximos años viviremos una eclosión de alianzas. Veremos una eclosión de
empresas, soluciones y hubs, pero no todo vale.
P.: ¿Qué países o modelos de nuestro entorno hay que lo estén haciendo
bien?
R.: En otros países cercanos al nuestro no lo están haciendo tan
bien como cabría esperar, aunque no nos vale para consolarnos. En los países de
nuestro entorno habría cosas muy concretas, pero no un modelo claro a seguir.
En los países escandinavos hace años que la digitalización de su población es
un hecho, entre los que se incluye la salud digital. En España tenemos las
capacidades y las soluciones a nuestro alcance. Hay países de Latinoamérica
que, viniendo de más atrás, en muy poco tiempo estarán por delante nuestro. No
estamos peor que muchos, pero podríamos estar mejor que muchos.
P.: ¿Habrá una gran concentración dentro del sector de la salud digital?
R.: Habrá grandes operadores tecnológicos que en el sector de la
salud que les será interesante apostar por la economía de los datos. En la
actualidad, estas compañías están invirtiendo más de un 30% en investigación y
desarrollo. En el futuro habrá una gran concentración y ahora ya hay alianzas
estratégicas entre grandes tecnológicas y grandes farmacéuticas. Unos tienen
las soluciones tecnológicas y los otros, la parte de salud.
Fuente: Planta Doce
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