Desde los planos hasta los hábitos de los sanitarios, todos los elementos suman en la consecución de la sostenibilidad
Hospital Universitario Grønnköpingkið, hospital ficticio digital creado
para mostrar las soluciones sanitarias sostenibles de los países nórdicos.
Los hospitales son pilares
fundamentales del sistema sanitario, pero a su vez, tienen un impacto sobre la
‘salud’ del planeta. Por ello, desde el propio sector trabajan constantemente
por reducir los niveles de contaminación y mejorar la eficiencia
energética de sus actividades.
El 'buen hacer energético' estos edificios
comienza desde la primera piedra que asienta sus cimientos. “El diseño y configuración
del edificio se constituye en un elemento clave que va a condicionar de
una forma muy relevante el desempeño energético del edificio a lo
largo de toda su vida”, asegura Antonio Olivares, ingeniero
Industrial y subdirector responsable del Área de Servicios y Gestión de Centros
del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
El ingeniero explica que, desde la fase de diseño de un futuro hospital, es
necesario “poner en marcha medidas estructurales orientadas a una gestión
eficiente de la energía”. Estas deben dirigirse a objetivos como reducir el
consumo de los recursos energéticos o minimizar las consecuencias de su
utilización en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero.
Características a la hora de diseñar un nuevo hospital
De esta manera, Olivares explica algunos
puntos a tener en cuenta a la hora de diseñar un edificio teniendo en mente que
sea sostenible y eficiente. En primer lugar comenta la necesidad de diseñar los
centros “considerando la orientación general del edificio, así como la orientación
de sus huecos y aberturas al exterior”. Además, considera importante propiciar
la entrada de luz natural donde sea posible, así como tener en cuenta
que los espacios voluminosos que se diseñan necesitan un aporte
energético muy importante en su climatización y ventilación.
“Hay que diseñar de forma específica en
función del lugar, del espacio y la ocupación; adoptar criterios de
optimización energética en la elección de materiales de construcción;
considerar la importancia de los elementos pasivos de los edificios,
por ejemplo, el uso de fachadas ventiladas; controlar los accesos, aperturas de
puertas y ventanas para evitar pérdidas; y optimizar la climatización de las
dependencias”, explica. Apunta, además, que el mayor consumo energético en nuestros
centros sanitarios procede de la climatización.
Para la consecución de la
optimización energética hay que considerar la importancia de los elementos
pasivos de un hospital
No es solo importante esa fase de diseño. Una
vez se cuentan con recursos, indica Olivares la necesidad de “incorporar
también medidas estructurales, sistemas de gestión y buenas prácticas que
garanticen de un lado el óptimo desempeño energético”. De esta manera, el
ingeniero comenta que “es necesario que un edificio disponga de sistemas de
monitorización, modulación y sectorización que permitan tomar decisiones y
ajustar la producción a la demanda cambiante de los edificios”.
Así, es también un factor importante asimilar
que, en centros ya construidos “hay muchas posibilidades de mejora” en el campo
de la eficiencia energética, a través de la identificación y puesta en
marcha de medidas estructurales. Un matiz que hace el ingeniero es que, si
se habla de medidas estructurales, estas no son cambios de hábitos de los profesionales,
sino acciones como el cambio de equipos ya obsoletos, mejoras en el circuito de
luces o sistemas de control de las instalaciones.
Mejora de los hábitos de los profesionales
En cuanto a las buenas prácticas mencionadas,
que apelan directamente a profesionales y usuarios, estas pueden pasar por la
inclusión de criterios de ahorro y eficiencia energética en su día a
día, la optimización de los procedimientos internos de trabajo que afecten
al consumo energético o la definición de estándares de calidad de aire y
eficiencia.
Con la vista puesta en el futuro, Antonio
Olivares tiene claro que el futuro de los hospitales eficientes pasa
“necesariamente” por un diseño adecuado desde el principio, donde “los aspectos
asociados a la sostenibilidad ambiental adquieran un papel relevante”.
Además, apunta hacia la importancia de
incorporar un proceso de ‘commissioning’ tanto en los nuevos proyectos de
edificios o en la ejecución de reformas en los actuales. “Este proceso
constituye una garantía en el control de calidad desde la fase
de prediseño del edificio hasta la fase de operación y mantenimiento de los
mismos”, apostilla el profesional.
El futuro de los hospitales
eficientes pasa "necesariamente" por un diseño adecuado desde el principio
Para terminar, recuerda que es en la fase “de
operación y mantenimiento de los edificios” donde es esencial garantizar que
los centros sean eficientes y respetuosos con el medio ambiente, a través
de sustituir equipos obsoletos por otros más eficientes, la
incorporación de energías renovables en la medida de lo posible y con un
sistema de gestión de la energía que permita conocer en todo momento como está
siendo el desempeño ambiental y los márgenes de corrección.
“No quiero dejar de subrayar, dentro de esa
preocupación por mejorar el desempeño ambiental de las organizaciones
sanitarias, nuestra preocupación por minimizar la producción de
residuos “, concluye Antonio Olivares, que recuerda que hay que andar
hacia esa minimización en un entorno donde “se tienden cada vez más hacia el
uso del material desechable”.
Fuente: Redacción
Médica
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