El informe estima que el daño a los pacientes representa hoy la decimocuarta causa de carga de enfermedad y mortalidad en el mundo, recayendo mayormente en países de bajos y medianos ingresos. Independientemente de la forma de medición o de la estimación que se utilice, hay consenso en que la tasa de error y daño en la atención sanitaria es asombrosa y que resulta imperativo realizar cambios radicales en todo el sistema.
Entre el 2007 y 2009 se llevó
a cabo el estudio IBEAS sobre prevalencia de eventos adversos en
hospitales de Latinoamérica. Este proyecto fue resultado de la colaboración
entre el Ministerio de Sanidad y Política Social de España, la Organización
Mundial de la salud y los Ministerios de Salud y otras instituciones de
Argentina, Colombia, Costa Rica, México y Perú, siendo el primer estudio
llevado a cabo a gran escala en América Latina para medir eventos adversos en
los hospitales. La prevalencia global de pacientes con algún EA (Evento
Adverso) fue de un 10,5%. En el informe de resultados de Argentina, la
prevalencia de pacientes con al menos un EA fue de 12,1%.4
El principal argumento para mejorar la seguridad de
los pacientes es moral y ético. El daño innecesario genera una enorme carga
sobre las personas, sus familias, seres queridos y la comunidad. La
maximización de la seguridad es por lo tanto una responsabilidad fundamental de
los sistemas de salud. Además de este imperativo moral, existe una
justificación económica para trabajar por la seguridad de los pacientes, ya que
el daño innecesario que se les inflige impacta sobre los recursos de los
sistemas de salud y, en un sentido más amplio, de la sociedad. La seguridad del
paciente es un tema de salud pública que debe ocupar un lugar central en la
agenda sanitaria.
Considerando el impacto
descripto anteriormente, todos los trabajadores de la salud, comenzando por sus
líderes, deben priorizar la mejora de la seguridad de los
pacientes. Los sistemas sanitarios de gran parte del mundo vienen tomando
algunas medidas para conseguirlo. Sin embargo, estas mejoras incrementales a
pequeña escala no son suficientes. Nuestro trabajo inmediato requiere un mayor
foco en la seguridad, no sólo como una iniciativa de mejora más, sino como un
valor central que esté totalmente incorporado en nuestras organizaciones.
El avance en seguridad del paciente requiere pasar de las actuales intervenciones graduales y fragmentadas hacia un abordaje sistémico y total de la seguridad. Un enfoque de este tipo también implica pensar en la seguridad de la atención más allá de los hospitales, garantizándola en la continuidad de la atención en el ámbito ambulatorio: en los centros de salud del primer nivel de atención, centros de diagnóstico y tratamiento, establecimientos de estancia prolongada para adultos mayores, centros de rehabilitación, internación domiciliaria, entre otros. En este ámbito es donde ocurren la mayor cantidad de incidentes de seguridad, dado el volumen de procesos de atención a pacientes que concentra, y principalmente se encuentran relacionados con errores diagnósticos y de medicación. En el ámbito hospitalario, los incidentes de seguridad suelen ser de mayor impacto y resonancia, y se relacionan fundamentalmente con las infecciones, los errores de medicación y la seguridad quirúrgica. En pos de la seguridad del paciente, resulta fundamental también, la creación de alianzas con los pacientes y sus familias, para asegurar que sus voces sean escuchadas.
La Organización Mundial de
la Salud, en su última asamblea mundial en mayo de 2019, insta a los estados
miembros a reconocer la seguridad del paciente como una prioridad de las
políticas sanitarias, reconociendo que es una necesidad primordial para el
fortalecimiento de la cobertura universal de salud5. Por otro lado, insta al
desarrollo e implementación de políticas públicas, desarrollo de estrategias,
guías y herramientas para la mejora de la seguridad de atención a los pacientes
en todo el sistema de salud.
Es por todo esto que, la
Secretaría de Gobierno de salud, a través de la Dirección de Calidad en
Servicios de Salud y Regulación Sanitaria, en consonancia con las
recomendaciones internacionales y dada la imperiosa necesidad de mejorar la
seguridad de los pacientes para una mejora en la calidad de atención de la
salud, ha decidido desarrollar este documento que sienta las bases sobre las
acciones prioritarias para la seguridad de los pacientes en el ámbito del
cuidado de la salud y brinda recomendaciones que serán difundidas entre los
diferentes efectores de nuestro país.
La información contenida en
este documento proviene de consensos internacionales y del compromiso de
líderes y expertos locales que trabajan desde hace años para transformar la
cultura de sus organizaciones y mejorar la seguridad de todo el sistema. Las
acciones que se describen están pensadas para que quienes tienen
responsabilidades de gestión las adapten a sus necesidades y las de su gente,
dondequiera que se encuentren en su camino hacia una atención más segura y de
calidad.
Fuente: el equipo de ADOX
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