Imagina llegar a una consulta médica y que
tu doctor no utilice las herramientas más avanzadas disponibles para
diagnosticarte. O que, teniendo acceso a tecnología que puede detectar
enfermedades con mayor precisión que el ojo humano, tu médico confíe únicamente
en métodos tradicionales. Este estándar de atención médica está quedando
obsoleto.
La realidad es contundente: la
inteligencia artificial en medicina ya no es ciencia ficción ni una promesa del
futuro lejano. Es el presente, y los números lo confirman de manera
irrefutable. El 6 de enero de 2025, la Administración de Alimentos y
Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció oficialmente que ha autorizado más
de 1.000 dispositivos médicos habilitados con inteligencia artificial. Esta
cifra no representa experimentos de laboratorio o prototipos en desarrollo,
sino herramientas médicas completamente aprobadas y listas para salvar vidas en
hospitales y consultorios de todo el mundo.
Troy Tazbaz, director del Centro de
Excelencia en Salud Digital de la FDA, fue claro en su declaración: “La FDA ha
autorizado más de 1.000 dispositivos habilitados con IA a través de vías de
comercialización previa establecidas. Mientras continuamos viendo desarrollos
emocionantes en este campo, es importante reconocer que hay consideraciones
específicas únicas para los dispositivos habilitados con IA”.
Estos números revelan una transformación
que está ocurriendo a una velocidad vertiginosa. En 2023, la FDA aprobó 221
dispositivos médicos con IA. Para 2025, esa cifra se disparó a casi 1.000
dispositivos.
La agencia está autorizando un promedio de
aproximadamente 20 algoritmos de IA por mes, y se espera que este número
continúe aumentando en los próximos años.
El nuevo estándar:
inteligencia aumentada, no artificial
Aquí es donde surge un concepto
fundamental que todo paciente debe conocer: la inteligencia aumentada. La
Asociación Médica Americana (AMA) ha adoptado deliberadamente este término para
describir cómo la IA debe funcionar en medicina. No se trata de reemplazar a
los médicos con máquinas, sino de crear una sinergia poderosa donde la
experiencia humana se combina con las capacidades computacionales avanzadas.
La fórmula es simple pero revolucionaria:
Inteligencia Médica + Inteligencia Artificial = Inteligencia Aumentada. Esta
ecuación representa el futuro inmediato de la medicina, donde los profesionales
de la salud utilizan herramientas de IA para mejorar la precisión diagnóstica,
reducir errores humanos y ofrecer tratamientos más personalizados.
La inteligencia aumentada se enfoca en el
papel de asistencia de la IA, reconociendo que la medicina es fundamentalmente
una profesión humana que se beneficia enormemente de la asistencia tecnológica.
Un radiólogo que utiliza IA para detectar tumores microscópicos que podrían
pasar desapercibidos al ojo humano no está siendo reemplazado por la
tecnología; está siendo potenciado por ella.
La urgencia de la educación
médica
Mientras que la tecnología avanza a pasos
agigantados, la educación médica tradicional no ha logrado mantenerse al ritmo
de estos cambios. La Asociación Médica Americana ha desarrollado recursos
educativos específicos en IA, disponibles sin costo en su plataforma AMA EdHub.
Universidades prestigiosas como Stanford y
Harvard han creado programas especializados en IA para profesionales de la
salud. Sin embargo, la primer catedra de inteligencia artificial en medicina en
una Facultad de Medicina en el mundo fue creada por el autor allá por el 2020
en el Instituto Universitario CEMIC en Buenos Aires. Y estos esfuerzos
iniciales alentaron a la Facultad de Medicina de la Universidad Austral en
2023, desde cuando dictamos la materia en conjunto para alumnos de cuarto y
quinto año, pero, a pesar de esto, nuestros esfuerzos aún no han logrado
permear de manera uniforme en todas las escuelas de medicina y programas de
residencia del mundo.
Vamos mucho antes… recientemente se
anunció que será obligatoria la materia Inteligencia Artificial en todos los
colegios primarios y secundarios de la Argentina, lo que nos coloca en el
selecto grupo de los seis países que cuentan con tan fundamental decisión:
China, EE.UU. (las primeras potencias en IA), India, Estonia y los Emiratos
Árabes Unidos.
El consenso entre expertos es claro: los
profesionales médicos necesitan competencias específicas en IA que incluyen la
comprensión de conceptos fundamentales de machine learning, la capacidad para
evaluar herramientas de IA en contextos clínicos, el conocimiento sobre
limitaciones y sesgos de los sistemas de IA, y las habilidades para la toma de
decisiones asistida por tecnología.
El riesgo de quedarse atrás
Aquí llegamos al punto central de esta
transformación: a día de hoy, el total de los médicos debería utilizar IA en
sus prácticas habituales, y esto se basa en evidencia sólida sobre los
beneficios demostrados de estas tecnologías.
Los dispositivos médicos con IA aprobados
por la FDA abarcan múltiples especialidades. La radiología lidera con la
mayoría de aplicaciones, seguida por cardiología con 161 aprobaciones [12].
Estos sistemas pueden detectar anomalías en imágenes médicas con una precisión
que frecuentemente supera la de especialistas experimentados, identificar
patrones en electrocardiogramas que predicen eventos cardíacos, y analizar
datos de laboratorio para sugerir diagnósticos que podrían pasar
desapercibidos.
Un cardiólogo que no utiliza algoritmos de
IA para analizar electrocardiogramas está dejando de lado una herramienta que
podría detectar arritmias peligrosas con mayor precisión. Un radiólogo que no
emplea sistemas de IA para revisar mamografías está perdiendo la oportunidad de
detectar cánceres en etapas más tempranas.
La evolución natural de esta situación
apunta hacia un escenario donde en poco tiempo será considerado mala praxis
atender pacientes sin ser asistidos por IA. Esta predicción no es alarmista; es
una consecuencia lógica de cómo evoluciona el estándar de atención médica.
Históricamente, cuando nuevas tecnologías
médicas demuestran beneficios claros para los pacientes y están aprobadas por
autoridades regulatorias, su adopción, eventualmente, se convierte en un
requisito ético y legal.
El crecimiento exponencial en las
aprobaciones de dispositivos médicos con IA sugiere que estamos en un punto de
inflexión. La FDA está procesando estas aprobaciones a un ritmo sin
precedentes, lo que indica que la industria médica está respondiendo a una
demanda real y urgente por estas tecnologías.
El panorama global
Esta transformación no se limita a Estados
Unidos. Agencias regulatorias de todo el mundo están aprobando dispositivos
médicos con IA a ritmos similares. La Agencia Europea de Medicamentos, Health
Canada, y otras autoridades internacionales están estableciendo marcos
regulatorios para facilitar la adopción segura de estas tecnologías.
Los hospitales líderes a nivel mundial ya
están integrando sistemas de IA en sus flujos de trabajo rutinarios. Desde
sistemas que predicen sepsis en unidades de cuidados intensivos hasta
algoritmos que optimizan la dosificación de medicamentos, la IA se está
convirtiendo en una parte integral de la medicina moderna.
El llamado a la acción
Para los pacientes, este panorama
representa tanto una oportunidad como una responsabilidad. Es importante hacer
preguntas a nuestros médicos sobre las herramientas que utilizan. ¿Está mi
cardiólogo usando IA para analizar mis estudios? ¿Mi radiólogo emplea sistemas
de detección asistida por computadora? ¿Mi médico de cabecera tiene acceso a
herramientas de IA para el diagnóstico?
Para los profesionales de la salud, el
mensaje es clave: la educación en IA ya no es opcional. Las escuelas de
medicina, los programas de residencia y los sistemas de educación médica
continua deben integrar competencias en IA como parte fundamental de la
formación médica.
Para las instituciones de salud, la
inversión en tecnologías de IA no es un lujo sino una necesidad, en la medida
en que permitirán alcanzar un estándar de atención acorde a lo que los
pacientes merecen y necesitan.
Conclusión: el presente que no
podemos ignorar
La inteligencia artificial en medicina no
es una promesa del futuro; es la realidad del presente. Con más de 1.000
dispositivos médicos con IA aprobados por la FDA y un crecimiento exponencial
en su adopción, estamos viviendo una transformación fundamental en cómo se
practica la medicina.
La ecuación es clara: Inteligencia Médica
+ Inteligencia Artificial = Inteligencia Aumentada. Esta fórmula representa el
nuevo estándar de excelencia en el cuidado de la salud, donde la experiencia
humana se potencia con capacidades computacionales avanzadas para ofrecer
diagnósticos más precisos, tratamientos más efectivos y mejores resultados para
los pacientes.
Por Enrique Díaz Cantón, médico oncólogo.
Profesor de Oncología y de Inteligencia Artificial en Medicina Instituto
Universitario CEMIC. Master en Oncología Molecular y Master en Inteligencia
Artificial (CEUPE), España. Enrique Díaz Cantón es orador del panel
“Inteligencia artificial”, en el marco del VII Congreso de Salud Adecra+Cedim
2025, que se llevará a cabo el 20 de agosto, en el Sheraton Pilar Hotel &
Convention Center, con streaming en simultáneo.
Fuente: Consenso
Salud
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