Transform
Health y la Coalición de Atención Conectada
Digital (DCCC) celebran la inclusión de las tecnologías
digitales en varios puntos del orden del día durante la Asamblea Mundial de la
Salud (AMS) de este año. La pandemia de COVID19 demostró la necesidad de crear
sistemas de salud sostenibles y fortalecidos, que incluyan la participación de
los pacientes y de la sociedad civil, y que hagan uso del análisis de los datos
para predecir la demanda de los servicios de salud impulsada por las olas
pandémicas a nivel país, comunidad y en las unidades de cuidados.
Aunque
ha pasado menos de un año desde la adopción de la Estrategia de Salud Digital de
la OMS, los líderes del sector salud presentes en la Asamblea
Mundial de la Salud tuvieron la oportunidad de ofrecer tanto soluciones como
guías sobre cómo los gobiernos de los entornos de ingresos bajos y medios
pueden acelerar la adopción y/o mayor integración de las tecnologías digitales
y el uso eficaz de los datos para ampliar la atención primaria de salud y
lograr la cobertura sanitaria universal (CSU) para 2030.
Los miembros de la AMS también
tuvieron la oportunidad de pedir a las naciones donantes más ricas que
desempeñen un mayor papel en el apoyo a la transformación digital de los
sistemas de salud en los países de ingresos bajos y medios, garantizando al
mismo tiempo que el uso de los datos se base en los derechos humanos y sea
equitativo, salvaguardando la privacidad, la propiedad y la seguridad de los
datos.
Varios
puntos del orden del día abordaron la tecnología y los datos digitales:
1. El punto 12 de la agenda de la Actualización del Marco de
Resultados de la OMS señaló que “la inversión en datos y
sistemas de información en salud es crucial para reconstruir mejor y acelerar
el progreso hacia el cumplimiento de las metas del triplete de millones y los
objetivos de desarrollo sostenible”. Se invitó a la Asamblea a proporcionar más
orientación a la OMS sobre su papel en el fortalecimiento de los sistemas de
información en salud.
2.
El punto 13.4 de la agenda de la Estrategia Mundial y Plan
de Acción sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual,
reconoció la necesidad de “promover el desarrollo de productos de salud y
dispositivos médicos necesarios para los Estados miembros, especialmente los
países en desarrollo, que sean – se desarrollen de forma ética; – estén
disponibles en cantidades suficientes; – sean eficaces, seguros y de buena
calidad; – sean asequibles y accesibles; – se utilicen de forma racional;
incluye las recomendaciones del grupo de revisión de la estrategia mundial y el
plan de acción reconoce”. La acción recomendada para promover la transferencia
de tecnología incluyó una serie de acciones loables para facilitar la
transferencia y la adaptación local de la tecnología.
3.
El punto 13.6 de la agenda
reconoció la necesidad de hacer frente a los productos médicos subestándar y
falsificados mediante la ampliación de la formación para “mejorar la comprensión de los
Estados miembros de las tecnologías de detección, las metodologías y los
modelos de “seguimiento y localización”.
4.
El punto 13.7 de la agenda abordó
la “normalización de la
nomenclatura de los productos sanitarios”, que permitirá a los
países desarrollar normas, estándares y definiciones compartidas en relación
con las tecnologías digitales.
La
AMS de este año se centró en gran medida en la adopción de soluciones
tecnológicas para abordar los retos sanitarios. Sin embargo, para que las
naciones de todo el mundo desarrollen sistemas sanitarios aptos y capaces de
aprovechar las ventajas y los beneficios plenos de la digitalización, se
requerirá un compromiso político concertado y recursos.
La adopción acelerada de
tecnologías digitales y datos para lograr la cobertura universal de salud tiene
que empezar por reconocer que los sistemas de salud de muchos países y regiones
tienen un acceso limitado o esporádico a la infraestructura digital, como la
conectividad de los teléfonos móviles e Internet. Muchos carecen también de la
capacidad técnica y de gestión necesaria para recopilar, almacenar, integrar,
mantener, analizar y actualizar las tecnologías y los datos digitales.
Las
tecnologías digitales y los datos ofrecen a los gobiernos la oportunidad de
repensar la forma en que se presta la atención de la salud y de ser mucho más
inclusivos en la forma en que los sistemas de salud planifican y ejecutan sus
programas. Las autoridades deben involucrar a las personas y garantizar su
capacidad de decisión sobre su propia salud y bienestar, en particular los
jóvenes, las mujeres y las poblaciones marginadas tradicionalmente excluidas de
los procesos de toma de decisiones en materia de salud.
El
punto 17.3 de la agenda de trabajo de la OMS
en materia de emergencias sanitarias señala que el Reglamento
Sanitario Internacional no menciona la digitalización. El informe del Comité de
Exámen del Funcionamiento del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) durante
la Respuesta COVID-19 recomienda que, para aprovechar plenamente todas las
oportunidades que ofrece la tecnología digital para permitir la aplicación del
RSI, deben encontrarse soluciones para abordar la brecha digital y los
problemas de seguridad y privacidad de los datos.
El
informe recomienda que la OMS elabore normas para las intervenciones digitales
de preparación y respuesta ante una pandemia, como los certificados de
vacunación y las herramientas de seguimiento de contactos, que respeten,
protejan y defiendan los derechos humanos fundamentales. El informe también
recomienda que la OMS desarrolle un mecanismo para que los Estados Miembros
compartan automáticamente información de emergencia en tiempo real, incluida la
secuenciación genómica, que se base en los sistemas digitales regionales y
mundiales pertinentes.
El punto 22.1 de la agenda sobre los determinantes sociales de
la salud reconoce la importante implicación de los
determinantes sociales en la capacidad de los países para lograr la CSU y que
los avances tecnológicos pueden ampliar las desigualdades. Sin embargo, ni en
la agenda ni en los documentos de apoyo se menciona el papel fundamental que
pueden desempeñar las tecnologías digitales y los datos a la hora de abordar
los determinantes sociales de la salud, cerrar la brecha de la equidad en salud
y permitir a las personas gestionar su propia salud. De hecho, la auto asistencia
no se menciona en el informe del Director General a pesar de su potencial para
transformar la asistencia sanitaria, especialmente para las poblaciones
vulnerables y las personas que se enfrentan a barreras de acceso a la
asistencia sanitaria.
Las
tecnologías digitales y los datos ofrecen a los gobiernos de todo el mundo la
oportunidad de pensar de forma diferente sobre cómo abordar los retos actuales
y futuros de la salud. La tecnología digital y conectada permite a los
proveedores de salud atender a más pacientes en niveles de atención más bajos
con mejores resultados. Las tecnologías digitales están permitiendo la
educación, supervisión y colaboración a distancia, así como la automatización y
el cambio de tareas, que son fundamentales para el desarrollo de capacidades.
La telesalud hace que se replantee el concepto de hospital para centrarse en la
prestación de cuidados allí donde sea mejor para el paciente, con el aumento de
la atención virtual y los dispositivos conectados. La conectividad entre niveles
de atención hace crecer el papel de la atención primaria para redistribuir los
recursos sanitarios de forma eficiente y atender a más pacientes cerca de su
hogar. Para hacer realidad este potencial se requiere liderazgo político.
Así, en lugar de caer en los
enfoques utilizados en el pasado, los gobiernos pueden reconstruir mejor
después de COVID-19, cerrar la creciente brecha de equidad en la salud digital
y poner a los países en el camino para lograr la cobertura universal de salud
mediante la adopción de la tecnología digital y poner a las personas en el
centro de los servicios de salud.
Recomendaciones
· Las oportunidades sin precedentes
que la digitalización ofrece a la salud mundial deben ir acompañadas de marcos de gobernanza global renovados
y reforzados para el despliegue y la utilización equitativa e inclusiva de las
tecnologías digitales y los datos de salud.
· La transformación digital de los
sistemas de salud es la forma más eficaz de garantizar que los países de
ingresos bajos y medios puedan lograr la cobertura universal de salud para
2030. Para que esto ocurra, los políticos de todos los niveles deben demostrar
una mayor
voluntad política, de modo que se disponga de la normativa, la
legislación, las políticas y los recursos adecuados para crear un entorno
propicio para que se produzca este cambio.
· Para que las innovaciones
relevantes a nivel local despeguen y se amplíen, es necesario reconocer la
necesidad de nuevos modelos de negocio que reúnan a donantes e inversores de
impacto, gobiernos, ONGs y sector privado. Creemos que un ecosistema
comprometido de colaboradores
fuertes con socios públicos y privados es clave para
abordar los complejos desafíos de ampliar el acceso a la salud.
· Todos los gobiernos deben adoptar un enfoque sistémico de
la transformación digital. Esto requerirá recursos predecibles a largo plazo y
una mayor alineación. Los donantes deben volver a comprometerse y aplicar los Principios de Alineación de los Donantes para la Salud Digital.
Frank Smith es Jefe de Campaña y Director
Adjunto de Transform Health. Joseline Carías Galeano es la Gerente de
la Red Centroamericana de Informática en Salud.
Artículo publicado
originalmente en inglés por Transform Health y
traducido al español para la Red Centroamericana
de Informática en Salud (RECAINSA) con la autorización de Transform Health.
Por: Frank Smith y Joseline Carías Galeano
Fuente: RECAINSA.ORG
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