Unos científicos han diseñado, átomo a átomo, mediante un programa informático, un recubrimiento con filtro que permite albergar medicación y suministrarla con una enorme precisión. Los expertos podrían dirigir esta cápsula a lugares muy concretos del interior del cuerpo humano sin afectar a zonas sanas.
El logro es obra de
un equipo de investigación internacional compuesto por científicos de la
Universidad de Málaga en España, el Instituto Jožef Stefan de Eslovenia, la
Universidad de Friburgo en Alemania y el Instituto Coreano de Estudios
Avanzados en Corea del Sur.
Para diseñar este
material, los expertos probaron distintas combinaciones de átomos y moléculas
hasta encontrar una composición química que les permitiera controlar, a través
de los cambios de temperatura, la permeabilidad de la membrana. Esto es, la
capacidad del material para abrir y cerrar sus poros, permitiendo así la salida
de la medicación de contiene sin dañar zonas sanas. Los resultados aportan una
base teórica para el futuro desarrollo de este recubrimiento.
El material que han
diseñado y simulado los investigadores tendría la misma función que la membrana
del huevo de un anfibio, que contiene una masa gelatinosa y al embrión. En el
caso del hidrogel diseñado por este equipo de investigación, la membrana
funcionaría como una cápsula que contiene medicación y una nanopartícula. Esta
última, al ser metálica, puede dirigirse a través de un sistema de imanes a
zonas específicas del organismo. Una vez allí, se aplicaría calor para que la membrana
abriera sus poros y liberara así los fármacos que contiene.
En el centro,
nanopartícula de oro recubierta por la membrana de hidrogel. (Imagen: Fundación
Descubre)
La simulación
mediante programas informáticos permite a los investigadores recrear cómo
actuaría la membrana que han diseñado átomo a átomo, en el interior del
organismo bajo circunstancias como los cambios de temperatura. De este modo,
los expertos analizan el material en detalle y obtienen información sobre cómo
funcionaría en situaciones reales.
El funcionamiento de
estas nanopartículas se detalla en el estudio titulado ‘How the shape and
chemistry of molecular penetrants control responsive hydrogel permeability’ y
publicado en la revista académica ACS Nano, donde los científicos explican que
estudiaron cómo controlar las reacciones químicas que ocurren dentro de los
hidrogeles. “En concreto, intentamos diseñarlo con las mismas funciones que las
enzimas artificiales. Estas emulan la actividad de las naturales y, una vez
aplicadas a ciertas sustancias, pueden descomponer toxinas dañinas para el
organismo”, explica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad
de Málaga Rafael Roa.
Los científicos
añaden que el material empleado para formular la membrana es el PNIPAM. Está
formado por conexiones de polímeros y altas concentraciones de agua, por lo que
posee la misma textura y viscosidad que la gelatina y, además, es sensible a la
temperatura. El material desarrollado por los expertos tendría forma esférica y
sería ochenta veces más pequeño que la punta de un cabello. “Al calentarlo y en
función del líquido que contenga, al material se le abren poros diminutos por
los que penetra el producto hasta la zona del organismo afectada. Cuando baja
la temperatura, el polímero vuelve a cerrarse y es impenetrable”, detalla
Rafael Roa.
Los investigadores
explican que el PNIPAM lleva cuarenta años utilizándose de manera experimental,
pero hay pocas aportaciones teóricas que complementen esos estudios. Esta
investigación aporta una base sólida de información para el futuro desarrollo
de esta membrana.
Con el PNIPAM como
base, los investigadores probaron a través de un programa informático distintas
combinaciones de moléculas de agua y átomos como el hidrógeno o el carbono para
simular las reacciones de la membrana ante distintos estímulos como los cambios
de temperatura del cuerpo humano o los compuestos de las medicinas. “La
dificultad de estas simulaciones reside en el nivel de detalle, dado que hemos
tenido que comprobar átomo a átomo cuál es la combinación más adecuada para que
la membrana funcione de la manera deseada. Además, sirven para aplicarlas en
ensayos más amplios”, comenta Rafael Roa.
Actualmente, los
científicos del Grupo de Investigación para Simulaciones de Materiales en
Aplicaciones Energéticas (Research Group for Simulations of Energy Materials)
están realizando simulaciones a mayor escala para ampliar los estudios teóricos
sobre el PNIPAM y sus aplicaciones como biosensor; es decir, como complemento a
las nanopartículas que detectan de manera selectiva sustancias químicas. Una
vez desarrollado, podría emplearse en industrias como la alimentaria o la
médica, entre otras.
Además, en futuras
líneas de investigación los científicos analizarán métodos para degradar las
membranas tras ser ingeridas a través de enzimas naturales, de manera que
puedan retirarse del organismo de forma segura.
Este proyecto ha sido
financiado por el programa de investigación Horizonte 2020 del Consejo Europeo
de Investigación, la Fundación Alemana de Investigación Científica, la Agencia
de Investigación Eslovena y una subvención del Instituto Coreano de Estudios
Avanzados. (Fuente: Fundación Descubre)
Fuente: NCyT
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