Investigadores de la empresa biotecnológica Chemtest, en conjunto con la UNSAM y la UBA, desarrollaron un test serológico para detectar la presencia de anticuerpos por COVID-19 que arroja el resultado de forma rápida y sencilla. El kit acaba de obtener la aprobación de ANMAT y busca ser un insumo de fabricación nacional para los centros de salud del país.
El kit de testeo posee dos tiras
reactivas porque mide dos tipos de inmunoglobulinas o anticuerpos. Foto: UNSAM.
Agencia
TSS – Rápido, fácil de usar y de
producción nacional. Así es el test serológico para COVID-19 que desarrolló la
empresa biotecnológica Chemtest,
en conjunto con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)
y la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Este método detecta la presencia de anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 a
partir de una gota de sangre y, en solo10 minutos, arroja el resultado en tiras
reactivas. El kit acaba de ser aprobado por la Administración Nacional de
Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para su producción y
comercialización.
“La
ventaja principal de este desarrollo es que es una tecnología de producción
nacional y permite reemplazar el uso de los kits importados. Otro aspecto
novedoso de este test de diagnóstico es que utiliza un formato de tarjeta de
cartón y no contiene plástico. Además, su funcionamiento es muy sencillo y no
requiere extracción de sangre, sino que se hace con digitopunción”, le dijo
a TSS Juan Ugalde, director de Chemtest y decano del Instituto
de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM.
El
test CHEMSTRIP COVID19 IgM/IgGes una tecnología que se enmarca en la
experiencia que los investigadores vienen adquiriendo desde hace varios años a
través del desarrollo de test rápidos para otras enfermedades infecciosas, como
el síndrome urémico hemolítico y el dengue. Siguiendo esa línea, el año pasado
ya habían desarrollado un test para COVID-19, el ELA-CHEMSTRIP, cuyo objetivo
era diagnosticar de forma más rápida y sencilla que el método de PCR que se
usaba tradicionalmente, el cual requería de personal capacitado y un
equipamiento más complejo.
“Aunque
ambos arrojan el resultado de forma similar, a través de tiras reactivas, los
dos test que hicimos para COVID miden cosas diferentes. El primero sirve para
hacer diagnóstico de la enfermedad activa. Se realiza a partir de un hisopado y
detecta la presencia del material genético del virus. En cambio, el nuevo test
detecta la presencia de anticuerpos e indica si uno cursó la infección en el
pasado. También permite hacer un seguimiento en el tiempo para ver si los
anticuerpos van disminuyendo”, explica Ugalde.
El
kit consta de tarjetas de cartón biodegradable que vienen envueltas de forma
individual y un gotero con una solución que permite que la sangre migre hacia
las tiras reactivas. Funciona con sangre, suero o plasma. El procedimiento es
sencillo: se debe pinchar un dedo para obtener una gota de sangre (de forma
similar a como se realiza la medición de glucemia en personas con diabetes) y
se coloca la muestra en la punta de la tira. Luego, se añaden dos o tres gotas
de la solución que viene en el kit y en diez minutos arroja el resultado. Dos
rayitas indican la presencia de anticuerpos y una, su ausencia.
Además,
el test posee dos tiras reactivas porque mide dos tipos de inmunoglobulinas o
anticuerpos. Los IgM son anticuerpos tempranos del proceso infeccioso y su
presencia indica que se trata de una infección reciente. En cambio, si la
persona tiene anticuerpos IgG significa que la exposición al virus ocurrió hace
más tiempo. Por otra parte, la presencia de anticuerpos también podría darse
como resultado de la vacunación. Sin embargo, el investigador señala que este
kit está orientado más hacia la detección de anticuerpos de personas que
cursaron la infección.
“Este
test está desarrollado principalmente con muestras de convalecientes, no con
vacunados. Hay una cuestión técnica que tiene que ver con el tipo de antígenos
que nosotros usamos para las tiras y los que se utilizan en las vacunas.
Excepto las de virus inactivado (como Sinopharm), la mayoría de las
vacunas actuales portan la proteína Spike. Si el test serológico no posee esa
proteína, la muestra de un vacunado no va a ser reactiva. En cambio, una
persona que estuvo infectada tiene respuesta inmunológica contra diversas
proteínas del virus”, precisa el investigador.
Ugalde (izquierda), junto a parte del
equipo de Chemtest. Foto: UNSAM.
Los
insumos biológicos que se utilizaron para fabricar las tiras reactivas son,
básicamente, dos tipos de antígenos recombinantes, uno desarrollado por
científicos de la UNSAM y el otro por investigadores de dos facultades de la
UBA: Ciencias Exactas y Naturales, y Farmacia y Bioquímica.
Sobre
cómo nació la asociación, el científico comenta: “Nosotros estábamos
produciendo ese antígeno de forma más compleja y costosa. Un día, charlando con
una colega amiga, supe que ellos estaban trabajando en la producción de esa
proteína sobre levadura, que era un proceso más económico y fácil de escalar,
por lo que nos pareció una mejor opción”.
El
test tiene una especificidad diagnóstica del 97% y una sensibilidad del 94%, y
está pensado para ser utilizado en cualquier laboratorio o centro de salud. “En
estos días, estamos presentando a la ANMAT otro ensayo, del tipo ELISA, pensado
para detectar anticuerpos en personas vacunadas. También estamos trabajando en
el desarrollo de un test antigénico de COVID-19 para detección del virus”,
finalizó Ugalde.
Por Nadia Luna
Fuente: Agencia TSS UNSAM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario