Unidad
de Radiología Intervencionista. Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez de
Huelva.
La Radiología Intervencionista es una
vertiente que supone menos riesgo y es menos invasiva para el paciente. Además,
los expertos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) destacan
hoy, Día Internacional de Radiología, su papel en la Oncología.
Estas técnicas han supuesto un gran
avance en el tratamiento del cáncer y otros tumores, cuya aplicación
se extiende “desde la colocación de dispositivos que son necesarios para
administrar la quimioterapia hasta el tratamiento de tumores y
cánceres, alcanzándolos y quemándolo o introduciendo sustancias quimioterápicas
en el seno del cáncer para matarlo”, explica Teresa Moreno, radióloga
intervencionista del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez de Huelva. De
este modo, asegura, el intervencionismo se considera ya uno de los “brazos
de la Oncología”.
A su vez, Elena Serrano,
radióloga intervencionista en el Hospital Clinic de Barcelona, la
aplicación oncológica de estas técnicas está en plena evolución con el
desarrollo de “tratamientos combinados de inmunoterapia con terapias
locales, sistemas guiados de punción y sistemas de robótica para la
navegación vascular”. Y afirma que “el número de patologías que pueden
diagnosticarse y tratarse mediante terapias intervencionistas se encuentra
en continuo crecimiento”.
"La Radiología Intervencionista
está en desarrollo continuo"
Volviendo a su naturaleza menos
invasiva y arriesgada, Milagros Martí de Gracia, presidenta de SERAM,
destaca que "cada vez es más patente cómo los procedimientos
intervencionistas solucionan de manera percutánea o endovascular problemas que
de otro modo requerirían una cirugía más agresiva, con un riesgo mucho más
elevado de morbimortalidad para los pacientes”.
“La Radiología Intervencionista está
en desarrollo continuo. Ha experimentado una explosión en los últimos años
debido fundamentalmente al éxito y a la eficacia de sus procedimientos, que
acortan la estancia hospitalaria de los pacientes y les permite una
recuperación más rápida en comparación con otras intervenciones quirúrgicas”,
asegura Martí.
En este sentido, la Radiología
Intervencionista está jugando un importante papel, ya que desde
sus orígenes utiliza la imagen radiológica como guía para tratar gran
parte de las enfermedades de los vasos sanguíneos: “Realizamos tratamiento
mediante balones que abren las arterias y las venas estrechas y la
colocación de muelles o stents”, afirma Moreno. “La tendencia actual en Medicina es
realizar el menor número de cirugías posibles y en caso de ser necesarias, a
tratar por pequeñas incisiones en la piel”, según la radióloga.
El intervencionismo, vital en
situaciones de emergencia
Estas técnicas de la Radiología
Intervencionista se han convertido en imprescindibles en casos de urgencia ya
que permiten, en palabras de Moreno, “el tratamiento de sangrados y hemorragias
donde no es posible llegar mediante cirugía o suponen cirugías de gran riesgo:
sangrado postparto, hemorragias en traumatismos graves, sangrados digestivos,
pulmonares, etc.”
La experta explica que “un número muy
importante de las técnicas intervencionistas que se realiza son urgentes o muy
preferentes” y entiende que la presencia de los radiólogos intervencionistas en
la urgencia es “una necesidad”. Y es que las técnicas intervencionistas
permiten, por ejemplo, “embolizar (ocluir directamente el vaso que sangra
mediante un catéter) y estabilizar de forma rápida y certera, con mínima
invasión, a los pacientes politraumatizados con hemorragias descontroladas”,
asegura Alberto Mingo, radiólogo intervencionista en el Hospital La
Princesa de Madrid.
El trabajo debe ser desarrollado por
los diferentes equipos multidisciplinares, insiste, para manejar de forma
óptima eventos traumáticos en pacientes inestables.
Reconocimiento en la nueva Ley de
Especialidades
Los radiólogos intervencionistas no
cuentan con un programa de formación específico, sino que adquieren sus
capacidades en la rotación obligatoria que establece el programa de Médico
Interno Residente (MIR) para la especialidad de Radiodiagnóstico, con una
formación de entre 3 a 6 meses de duración.
Para Serrano este tiempo es
“insuficiente para asegurar la capacitación profesional completa, por lo que
existe una tendencia hacia el reconocimiento de la Radiología Intervencionista
como una subespecialidad de la Radiología que precisa de una formación
específica”.
En este sentido se pronuncia la
presidenta de la SERAM, quien defiende que en el nuevo Real Decreto de
Especialidades que está preparando el Ministerio de Sanidad se recoja la
creación de un Área de Capacitación Específica (ACE) en Radiología
Vascular e Intervencionista. “Para poder llevar a cabo los procedimientos de
manera segura para los pacientes resulta imprescindible disponer de un
entrenamiento específico que no se puede obtener en el periodo de residencia,
por ello es necesario un programa estructurado y un aprendizaje bien
tutorizado”, asegura Martí.
Fuente: Redacción
Médica
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