Investigadores de la Universidad Nacional de
Rosario y del CONICET lograron inhibir la
produccion de toxinas, que infectan las
extremidades inferiores de los pacientes con
diabetes, mediante la aplicacion de azucares.
Ahora, planean fabricar un farmaco.
Esta en todos lados pero no se ve. En un
clavo oxidado, en la espina de una rosa o
hasta en la miel. El peligro acecha. Las
bacterias del genero Clostridium son los
patogenos de humanos con mayor presencia en
el ambiente y, aunque no son las mas nocivas,
pueden causar tetanos, botulismo, diarrea
asociada a los antibioticos, intoxicaciones
por alimentos en mal estado y gangrena,
entre otras afecciones.
Pero investigadores del CONICET y de la
Facultad de Ciencias Bioquimicas y
Farmaceuticas de la UNR lograron detener la
peligrosidad de una especie de esta gran
familia de bacterias, la denominada
Clostridium perfringens, que ocasiona la
gangrena gaseosa, un problema para los
diabeticos y otros grupos de riesgo como los
fumadores.
Este patogeno tiene tres maneras de atacar
al cuerpo. Por un lado, posee la capacidad
de esporular, es decir, vivir refugiada en
esporas, una especie de envoltorio que evita
que entre en contacto con el oxigeno y muera.
Tambien, puede trasladarse por deslizamiento
(“gliding”) de tejido en tejido generando
infecciones en cadena. Por ultimo, genera
toxinas que son las responsables de degradar
los tejidos.
En el caso de los diabeticos, las
infecciones se ocasionan por la incapacidad
de cicatrizacion de las heridas, de alli que
ante cualquier corte en la piel por menor
que sea, la espora de la bacteria germina y
tiene via libre para producir toxinas,
infectar el miembro (principalmente los
pies) y, luego, desplazarse por los tejidos
destruyendolos y diseminandose a otras areas
del cuerpo.
“Una gangrena tratada tardiamente puede
llegar a avanzar 10 centimetros por hora.
Por eso, hasta el momento, la solucion mas
habitual a una gangrena activa es la
amputacion”, afirma el doctor en Ciencias
Bioquimicas, Roberto Grau, quien dirige la
investigacion.
En investigaciones anteriores, los
cientificos de la Facultad de Ciencias
Bioquimicas y Farmaceuticas de Rosario
lograron detener dos de los procesos: la
esporulacion y el desplazamiento de la
bacteria, denominado gliding. Ahora,
pudieron inhibir la produccion de las dos
toxinas mas importantes, a traves de azucar,
un compuesto utilizado desde hace miles de
años para todo tipo de infecciones.
“Lo que descubrimos previamente fue que los
azucares inhiben, a nivel genico, la
expresion del pilus tipo IV, que es lo que
usa esta bacteria para moverse, una especie
de muleta que le permite ir escalando y
avanzando a traves de los tejidos a los que
destruye por la accion de las toxinas. Lo
nuevo que desciframos fue como los azucares
bloquean la capacidad de la bacteria de
producir tales toxinas”, explica Grau.
El Yin y el Yang contra la gangrena.
Gracias a estos descubrimientos se puede
conseguir que la bacteria no esporule, con
lo cual queda a merced del oxigeno y no
puede escapar, tampoco defenderse
produciendo toxinas, entonces su destino
final es la muerte. Asi, para dejar a la
bacteria totalmente indefensa, los
cientificos preven la produccion de una
droga basada en azucar y fosfatos.
“Uno de nuestros primeros descubrimientos
fue que el fosfato inorganico regula la
esporulacion y que los azucares regulan la
capacidad del Clostridium de realizar
gliding (desplazarse). Por eso, llamamos al
azucar, la señal dulce y al fosfato, la
señal salada. Son como el yin y el yang para
combatir al patogeno”, detalla el
investigador.
El proximo paso para los cientificos del
CONICET es crear un medicamento en base a
glicopeptidos, para evitar la degradacion
del azucar y los inconvenientes de higiene
al aplicar el producto directamente sobre
las heridas de los pacientes con gangrena o
personas en situacion de riesgo en general.
“Los glicopeptidos son moleculas que poseen
una porcion analoga a los azucares que se
podrian probar inicialmente in vitro, y
luego in vivo en animales, para determinar
si pueden detener la produccion de toxinas,
al igual que el azucar convencional”,
sostiene Grau.
Con las investigaciones sobre esta bacteria
se comprobo que el azucar puede aplicarse en
otras enfermedades en las que intervienen
patogenos bacterianos. Entonces, el equipo
de investigacion de la UNR busca el
patentamiento del CONICET con el fin de
mejorar la calidad de vida de las personas.
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