Harán una prueba con 60 pacientes de
18 a 60 años. Hasta ahora sólo lo utilizaban con chicos, en el Garrahan.
Hospital
el Cruce de Florencio Varela. (Foto: Mario Quinteros)
La expectativa por la novedad inunda
los pasillos del Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Se aprobó el
protocolo que permitirá tratar la epilepsia refractaria con cannabis
medicinal. 60 pacientes fueron seleccionados para la etapa de prueba.
El Cruce es el primer hospital del
país en el que autorizan la utilización de cannabis en adultos. La
resolución ya fue publicada en el Boletín Oficial.
La finalidad del estudio es medir la
efectividad, seguridad y tolerabilidad en los pacientes que posean esa
enfermedad.
La investigadora del Conicet Silvia
Kochen está a cargo de la investigación y de la implementación en El Cruce.
“Se viene trabajando en esto desde
hace mucho tiempo y es un gran paso porque en los estudios que se publicaron
previamente, lo que uno observa es que la mitad de la población que
padece epilepsia y usa cannabis logra una muy buena respuesta”, comienza
diciendo Kochen, directora de la unidad de Neurociencias del Hospital.
La epilepsia es una enfermedad
vinculada específicamente al sistema nervioso. Se convierte en refractaria -es
decir, con ataques frecuentes y limitantes- cuando los tratamientos
convencionales no logran causar efecto y es necesario recurrir a otro tipo de
métodos.
El
aceite de cannabis se utiliza desde enero en el Hospital Garrahan y ahora lo
recetarán en el Hospital El Cruce. (Foto: Emmanuel Fernandez)
“Lo que sucede en este sentido es que
hay pacientes que ya probaron con distintos métodos. Ahí es donde se acude a
estos tratamientos alternativos”, continúa.
Ese fue un aspecto considerado para
el reclutamiento de los pacientes, que participan del ensayo: que se hubieran
sometido a un tratamiento con drogas antiepilépticas tradicionales y lo
hubiesen abandonado por la falta de resultados. Y, además, que no
fueran candidatos a una cirugía o, en caso de haberse sometido a ella,
no haya sido efectiva.
En principio eligieron 40
personas que estaban siendo atendidas en el propio Hospital. Pero
también hay otras 20 a las que seleccionaron en otros centros médicos
de la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Neuquén, Santa Fe, Córdoba,
Tucumán, Salta y Mendoza.
El Cruce es el segundo centro de
salud de la Argentina donde se ensaya un protocolo como este. En enero empezaron
a utilizar cannabis en el Hospital de Pediatría Juan Garrahan, en Capital. Pero
el hecho inédito es que mientras allí las pruebas se realizan en niños, en
El Cruce están enfocados en adultos, de 18 a 60 años de edad.
El proyecto prevé que si en algún momento
un paciente desea interrumpir el tratamiento pueda hacerlo.
Un aspecto tenido en cuenta a la hora
de diseñar el protocolo es el hecho de que cuando un individuo necesita acceder
al cannabis medicinal, al peso propio de la enfermedad se le suman las demoras
y el estrés por las complicaciones y la burocracia que implica conseguir
-principalmente, importar, ya que la producción en la Argentina todavía es
mínima- el aceite.
“Es necesario ofrecerle al paciente
control de calidad y no que tenga que gastar 300 dólares en importar un
aceite, algo que, por otra parte, solo es posible hacer bajo la
carátula de suplemento dietario”, lamenta Kochen. Y agrega: “Acá está lleno de
gente comprometida y súper capaz de seguir investigando y aportando”.
En este sentido, la científica hace
referencia a lo que sucede en otros países, poniendo el foco en Uruguay, donde
la regulación del uso data de marzo del 2013.
“Uruguay fue la vanguardia. Pero
tiene un factor fundamental para lograr eso y es que el estado, en esa materia,
está presente y también a nivel social se tiene mucha más conciencia. Como
investigadora, algo que preocupa es que si bien aquí se están dando grandes
avances, el estado sigue sin tener presencia en este terreno”,
concluye.
La experiencia de Mamá Cultiva
En 2016, Valeria Salech junto a otras
madres y padres de chicos con epilepsia decidió oficializar Mamá
Cultiva Argentina, una organización que se dedica a informar acerca del uso
del cannabis medicinal y visibilizar experiencias, tanto propias como ajenas,
con respecto a lo que sucede en el cuerpo de una persona cuando pasa de un
tratamiento con medicamentos tradicionales a uno alternativo.
”Lo que logro Silvia (Kochen) es muy
valioso porque se incluye a otra población que no son niños. Cuando se elige
cannabis por sobre determinados fármacos es porque es una terapia natural que
tiene otro tipo de efectos”, asegura.
También hace un punteo acerca de cómo
se modifica la vida de una persona luego de probar esta terapia.
“Se acude al método pensando en la
epilepsia y en aplacar el dolor -dice- y terminamos viendo que mejoran el
sueño, la digestión, y hay un despertar cognitivo: cuando mi hijo duerme mejor,
come mejor y esta de mejor humor, a pesar de encontrarse dentro del
espectro autista, les presta atención a cosas que antes no consideraba. Eso
le permite crecer y desarrollarse más”, cuenta en primera persona, a partir de
la historia de su hijo Emiliano.
A pesar -o a la par- de los avances
que se dieron en el último tiempo, desde la organización no paran de informar y
asesorar a las familias que acuden, algunas veces, desesperadas.
“Generarle una mejor calidad de vida
a un familiar enfermo es maravilloso”, concluye Valeria.
JT
Leído en Diario Clarin
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