A través de mecanismos de aprendizaje automático, los sistemas de inteligencia artificial hoy pueden gozar de cierta autonomía. Con un entrenamiento inicial, pueden adquirir la capacidad de resolver problemas y ejecutar tareas sin recibir órdenes específicas.
Si bien, es posible identificar ciertos aspectos y patrones del funcionamiento
de estas instancias, parte del proceso ejecutado por los algoritmos en estos
casos aún son un misterio. Un equipo de investigación presentó un importante
avance centrado en este interés particular.
El
profesor asistente del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL), Peter Koo,
presentó un nuevo método desarrollado por él, que sirve como herramienta de
evaluación para un programa de aprendizaje automático, permitiendo indagar qué
reglas aprendió de manera autónoma y si son correctas o no.
Aunque
los sistemas de aprendizaje automático pueden trabajar sin haber órdenes
explícitas de por medio, los mecanismos que desarrollan para funcionar se basan
en una serie de reglas presentadas como orientación inicial para la definición
de su propio modelo.
«Si
aprendes reglas generales sobre las matemáticas en lugar de memorizar las
ecuaciones, sabes cómo resolver esas ecuaciones. Así que en lugar de
simplemente memorizar esas ecuaciones, esperamos que estos modelos estén
aprendiendo a resolverlas, para poder entregarle cualquier ecuación para
resolver», señaló Koo.
Las
aplicaciones de la IA, como hemos visto en otras ocasiones, son realmente
amplias y diversas.
En
el caso de Koo, su trabajo guarda relación directamente con la biología. El
docente e investigador del CSHL, desarrolló una red neuronal encargada de
buscar patrones en hebra de ARN que aumentan la capacidad de una proteína para
integrarse a ellos.
La
IA de Koo fue entrenada con una colección de miles de secuencias ARN afines al
patrón objetivo. Sin embargo, el investigador no contaba con la certeza de que
su sistema estuviera tratando todas las variables adecuadamente.
Incrementando
la base de datos muestrales y aplicando un nuevo método de análisis, llamado Global Importance Analysis, creado con el propósito de probar qué reglas
generó el algoritmo para hacer sus predicciones.
Con
esta herramienta, Koo y su equipo de investigación identificaron que hubo
ciertas variables en el proceso contempladas por la IA y no consideradas en
principio al plantear el caso.
Refiriéndose
a la utilidad de este avance, Koo la presentó como una alternativa virtual al
trabajo en laboratorios. «La
biología es súper anecdótica. Puedes encontrar una secuencia, puedes encontrar
un patrón pero no sabes ‘¿Es ese patrón realmente importante?’ Tienes que hacer
estos experimentos de intervención. En este caso, todos mis experimentos se
hacen simplemente preguntando a la red neuronal»,
señaló.
Los
avances detallados obtenidos con esta investigación se encuentran disponibles
en una publicación y las herramientas
utilizadas se encuentran
disponibles para todo el mundo a través de la web.
Fuente: Whatsnew.com
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