Diseñan un
software que permite darles órdenes por voz a las camas de hospital y así
ayudar a personas con discapacidad motriz. El siguiente desafío en esta línea
de investigación y desarrollo es que un paciente pueda mover la cama solo con
los ojos.
Imitando
películas futuristas y en consonancia con los avances que ya benefician a los
países desarrollados o bien a las personas con recursos económicos altos, esta
vez la tecnología está a la vuelta de la esquina, en una universidad pública y
de la mano del Estado.
Docentes e
investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), mediante un
convenio de colaboración con el Conicet y el Ministerio de Salud de Tucumán,
todas estas entidades en Argentina, desarrollaron el software y hardware
necesario para que una cama hospitalaria interprete y ejecute instrucciones
enviadas por la voz de un usuario con limitaciones motoras.
Los
investigadores del Departamento de Bioingeniería de la Facultad de Ciencias Exactas
y Tecnología (FACET) adaptaron una cama de internación y entregaron el primer
prototipo para un joven tucumano, que luego de un severo accidente al caer de
una pileta de natación quedó inmovilizado del cuello hacia abajo. El paciente
tiene excelente dominio de computación y maneja su computadora por medio de un
programa de comando por voz. Los profesionales de la UNT instalaron una
interfase que conecta la computadora del paciente a la cama y le transmite las
órdenes de voz para que ejecute la acción deseada.
El líder del
proyecto, Fernando Farfán, es máster en Bioingeniería e investigador de la UNT
y del Conicet. Explicó que una cama de internación capaz de realizar
movimientos estándares, como levantar el respaldo o los pies -según la marca-
puede costar alrededor de $150 mil. Sin embargo, si esa cama debe ser adaptada
a las limitaciones motoras de un paciente, que por ejemplo no puede mover su
cuerpo y necesita comandarla por voz, esa cama cuesta un 25% más. Además,
necesita un contacto directo entre la empresa que adapte el software y el
paciente.
Farfán contó
que con una erogación de apenas $5 mil pesos, el equipo de investigación a su
cargo logró adaptar la cama de hospital a las necesidades del joven, utilizando
conocimientos de electrónica, programación y bioingeniería. Esto le permite al
paciente tener mayor independencia y mover su cama, sin la ayuda de otra
persona, sólo dando la orden al micrófono de su computadora.
Miembros
del equipo de investigación y desarrollo junto a una cama de hospital, objeto
de su trabajo. (Foto: Universidad Nacional de Tucumán / Argentina investiga)
El ingeniero
manifestó: “este tipo de tecnología hoy en día es accesible para quien tiene
plata. El hecho de realizar esta adaptación de la cama en Tucumán nos llena de
satisfacción, no tanto por el desafío tecnológico sino porque está hecho con
las cosas que nos ofrece la región, con materiales e instrumentales que se
consiguen aquí y con los conocimientos que nos brinda la universidad pública”.
Integran el
equipo de investigación los ingenieros biomédicos Gabriel Pizá, Facundo
Lucianna y Jorge Soletta (todos egresados de la FACET), quienes son becarios
posdoctorales del CONICET y profesores en la FACET, en la Facultad de
Bioquímica de la UNT y en la Universidad Tecnológica Nacional.
La segunda parte
del proyecto tiene como meta simplificar el comando de la cama por voz, sin la
necesidad de que intervenga una computadora ni de que el usuario tenga
conocimientos en computación, como en el caso anterior. Incluirá una interfase
más compleja que será del mismo tamaño de la actual (de 5 cm por 5 cm) pero
estará conectada directamente al micrófono y a la cama. Estará siempre
encendida y cuando detecte una palabra clave activará la cama, por ejemplo:
“levantar pies”.
La nueva cama
tendrá procesadores más avanzados. Los sistemas embebidos integrarán muchas
funcionalidades en un solo chip: memoria, microprocesadores, microcontroladores
y procesamiento para comando por voz.
Otro desafío
que encarará el grupo es comenzar las pruebas para un paciente que tiene parálisis
total del cuerpo, pero que además no puede hablar por la complejidad de su
estado. La única acción que puede ejecutar es mover los ojos. Por lo tanto, la
cama en este caso, deberá ser comandada solo con la mirada.
Farfán señaló
que medirán la dirección de la mirada a través de una señal que se llama
electrooculograma. “En el interior del globo ocular, entre la retina y la
córnea se genera una señal eléctrica, que varía según los movimientos del ojo.
Ese potencial eléctrico se registra con pequeños electrodos pegados alrededor
del ojo, luego la señal es captada por amplificadores biológicos y se usa para
dar una orden específica a la cama”, puntualizó. Agregó que otra opción es usar
sistemas ópticos que filman los ojos de la persona, miden la desviación de la
pupila y en base a eso interpretan la orden y mueven la cama. (Fuente:
Universidad Nacional de Tucumán / Argentina investiga)
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