El microscopio es de última generación
La noticia sacudió a la comunidad del Hospital
Garrahan y al país entero. El martes 28 de mayo a las 16.05, RR, jefe del
servicio de inmunología y reumatología infantil de la institución, fue detenido
en la playa de estacionamiento del centro asistencial acusado de producir y distribuir pornografía infantil.
En medio del horror, el espanto y la indignación,
el hospital decidió apartar inmediatamente de sus funciones al profesional
involucrado y accionar como particular querellante en la causa que instruye la
Fiscalía de Delitos Informáticos de la Ciudad de Buenos Aires. La fiscal
Daniela Dupuy, a cargo del caso, informó que Russo se negó a declarar y
confirmó que permanecerá detenido y que pedirá su prisión preventiva hasta que
llegue la fecha del juicio oral. "Hasta el momento no existe en el
material incautado imágenes ni videos que se correspondan con locaciones dentro
del Hospital Garrahan", aclara el comunicado oficial que emitió la
Institución en el día de la fecha.
Como un contraste, ese mismo martes a las 10, LA NACION visitaba el Hospital Garrahan. El
motivo: desde el 15 de mayo la institución celebraba la adquisición de un
microscopio neuroquirúrgico de alta definición. "Esto es un antes y un
después"- confiaba el presidente del Hospital Garrahan, Carlos Kambourian.
"Entrar en el cerebro de un niño requiere de muchísima precisión: las
distancias son milimétricas. Nuestro equipo de neurocirujanos lo hace todos los
días y había que darles esta herramienta. Es un equipamiento de primera línea
que sirve para que los chicos que se operan tengan menos recidivas, es decir,
menos chances de tener que volver a ser operados o que tengan secuelas posteriores,
algo muy común en las neurocirugías".
UN EMBLEMA
El microscopio sirve para hacer neurocirugía
Inaugurado el 25 de agosto de 1987, el Hospital de
Pediatría "Prof. Dr. Juan Pedro Garrahan" es el máximo referente de
la salud pública infantil de Argentina. Por año, allí se realizan
aproximadamente 11.160 cirugías de las cuales 844 son neurocirugías a niños y
niñas, que sufren enfermedades complejas: la mitad se trata de cirugías mayores
como tumores, malformaciones vasculares y malformaciones congénitas; el resto
son cirugías de mediana complejidad, pero que requieren de alta precisión.
Beatriz Mantese, jefa del Servicio de Neurocirugía,
tiene 62 años y hace 28 que trabaja en el Garrahan. Fue ella quien le planteó a
Kambourian la posibilidad de comprar este microscopio HD. "Lo bueno es que
la institución nos escuchó y nos apoyó. Yo me recibí en 1981: cuando empecé mi
carrera como cirujana operábamos sin microscopio. Nunca pensé que íbamos a
llegar a este alcance tecnológico. Hoy podemos operar con casi una absoluta
seguridad", dice Betty.
A su lado, Romina Argañaraz, neurocirujana y jefa
de Clínica del Servicio, asiente y agrega: "Esto impacta de forma directa
en la calidad de atención de los pacientes. Ahora podemos visualizar mucho
mejor el margen entre un tumor y un tejido normal, ver con nitidez los vasos
chiquititos, las arterias, que son las que tienen la sangre adentro. Al reducir
los sangrados inesperados, disminuyen las complicaciones durante y después de
la operación".
A la charla también se suma Amparo Sáenz, residente
de Neurocirugía en el hospital desde hace cuatro años. Oriunda de Trelew
(Chubut) la joven arrancó sus prácticas con el antiguo microscopio y ahora es
testigo de la innovación. "Esta es una oportunidad única. Uno se forma
mejor cuando tiene equipos de primera línea", dice con una sonrisa.
Así funciona el
microscopio
-¿Este es el primer microscopio de estas
características que hay en Argentina?
Beatriz Mantese: En el sistema público, sí. Es de
origen alemán y es el más moderno que existe en la actualidad. En Argentina y
en el Garrahan estamos operando como si estuviéramos en un hospital privado de
Estados Unidos o de Europa. La institución apostó a la calidad.
Carlos Kambourian: Incluso teniendo otras
necesidades, hasta quizás más prioritarias -como agregar camas al hospital- nos
pareció que el servicio neuroquirúrgico necesitaba este avance y hacia allá
fuimos. Por supuesto, sin descuidar el resto de las demandas.
-¿Cuánto costó?
Carlos Kambourian: Esto se compró con el
presupuesto nacional que tiene el hospital. Además del microscopio
neuroquirúrgico Leica (modelo MS30DXH), también se adquirió un neuronavegador
Brainlab (modelo 18506D) y un sistema de videoendoscopía digital con captura
HD. La valuación de los tres equipamientos de alta tecnología para
intervenciones quirúrgicas alcanza los $ 10.000.000.
-¿Operan más rápido?
Beatriz Mantese: No. Lo que esto nos permite es
llegar a lugares más inaccesibles, ver mejor y así evitar errores.
Romina Argañaraz: Lo bueno es que el microscopio
tiene tres visores. Entonces, mientras operás, tenés más ayudantes que ven lo
mismo vos. Incluso la instrumentadora, los circulantes y hasta el anestesiólogo
ven la intervención en un monitor HD y, en cuanto aparece un sangrado, pueden
transferirle sangre al paciente sin que vos tengas que pedírselo. La mejora es
en todo sentido.
Carlos Kambourian: Además, el microscopio no tiene
insumos. Es decir, no requiere que se le cambie la lente u otras cuestiones. A
largo plazo no va a generar gastos.
-La primera vez que lo usaron..
Romina Argañaraz: Mirábamos por el microscopio y no
lo podíamos creer: era como estar en Disney (Risas). Cuando me tocó viajar a
hacer cursos o rotar por otros servicios en el exterior y veía estos
microscopios increíbles que están en Estados Unidos, pensaba que eran
inaccesibles para un hospital público. Estamos como nenes con chiche nuevo: nos
peleamos un poco para usarlo (Risas), pero la prioridad la tiene la patología.
Ya hicimos veinte neurocirugías.
-¿Tuvieron que capacitarse para aprender a
manejarlo?
Romina Argañaraz: Sí, todos. Desde los cirujanos
hasta los instrumentadores (que son los que van a cuidar la limpieza) y los
ingenieros del departamento de tecnología médica del Garrahan. Es clave que
ellos sepan como cuidar los equipos: si los mueven mal o no los apagan
debidamente pueden romperse.
-¿Y el microscopio anterior?
Beatriz Mantese: Ese lo tenemos desde el año 2000.
Le hicimos un servicio técnico y queda como un segundo microscopio para
cirugías menos complejas. Si bien el departamento de Neurocirugía es el lo que
más lo requiere, también lo usan otros servicios como Oftalmología,
Otorrinolaringología o Cirugía Plástica.
-Después de probar el HD, ¿quién va querer volver a
usarlo?
Amparo Sáenz: Algunos hospitales, directamente, no
tienen microscopio. Hay que ir variando entre uno y otro. Por ejemplo, otra de
las adquisiciones fue un Neuronavegador: una especie de GPS que nos permite
localizar rápidamente lesiones en el cerebro. Para no malacostumbrarnos,
intentamos pensar dónde estaría el tumor sin recurrir a la tecnología y después
lo corroboramos. Es un entrenamiento que hay que tener. Sobre todo si pensás
volver a trabajar al interior del país, como yo.
En números
Sólo por mencionar algunos datos, el Hospital
realiza cada año más de 600 mil consultas, 11 mil cirugías y egresa más de 26
mil chicos. Ubicado en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, ocupa un área
de 121 mil metros cuadrados. Dispone de 534 camas, de las cuales 137 son de
terapia intensiva. En 30 años, el Hospital lleva realizados 2.246 trasplantes,
241.020 cirugías, atiende a más un tercio de los pacientes pediátricos con
cáncer en el país y coordina el Programa Nacional de Telemedicina, una innovadora
modalidad para el seguimiento de pacientes a través de plataformas telemédicas,
con más de 220 oficinas de comunicación a distancia a lo largo y a lo ancho de
la Argentina.
Por: Flor Illbele
Leído en La
Nación
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