El X Foro de IT
Salud Argentina organizado por Usuaria volvió a poner sobre la mesa las
promesas y desafíos de los sistemas de información aplicados a la atención de
la salud y la satisfacción de los pacientes. “Estamos rodeados de datos, pero
lo importante es hacer algo con ellos”, planteó una expositora.
El avance de la
red argentina de salud digital, los resguardos legales frente a las tecnologías
disruptivas, la prevención de los ciberataques en instituciones de salud y la
implementación de una especie de TripAdvisor para calificar a los médicos de la
cartilla de una empresa de medicina privada fueron algunos de los temas
abordados en el X Foro de IT Salud Argentina organizado por Usuaria
(Asociación Argentina de Usuarios de la Informática y las Telecomunicaciones) en
Buenos Aires.
El primer
expositor fue Alejandro López Osornio (Ver presentación), director nacional
de Sistemas de Información en Salud, quien presentó a financiadores y efectores
públicos y privados la Red Nacional de
Salud Digital, que tiene como
objetivo mejorar el intercambio de informaciones de salud entre las distintas
jurisdicciones del país y fue lanzada oficialmente en abril pasado
“Es un esfuerzo
grandísimo, pero va dando buenos frutos”, dijo López Osornio, quien también
aseguró que es un proyecto que “llegó para quedarse, más allá de los vaivenes
políticos”. El funcionario insistió en la importancia de generar recursos
humanos en este campo, y citó en particular el curso en línea para la formación
de cien líderes que inauguró también en abril la Dirección Nacional de Sistemas
de Información en Salud de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación, con
la cooperación de la Organización Panamericana de la Salud y el Hospital
Italiano de Buenos Aires.
Respecto de la Red
Nacional de Salud Digital, López Osornio señaló que una primera etapa tiene
nodos en Mendoza, Neuquén, San Juan, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Red AMBA
y Tucumán, así como en el Hospital Houssay del PAMI. Y que ya hay 100.000
pacientes que están registrados en la Red, sobre todo del conurbano bonaerense,
de modo tal que pueden empezar a compartir información clínica (entre los
médicos que los atienden).
Asimismo, el
médico especialista en informática anunció que se está trabajando en un
piloto de receta digital interoperable, para cuyo desarrollo convocó a que
participen todos los actores involucrados: quienes la generan, quienes la
validan y quienes dispensan a partir de ella. “Necesitamos el esfuerzo de
todo”, manifestó, y anticipó que “lo ideal” sería que se empiece a usar hacia
fin de año.
Otra disertante,
la socióloga y especialista en gestión estadística de datos Karina
Rovirol (Ver presentación), presentó el National Release Center de
SNOMED Argentina o Centro Nacional de Terminología en Salud: un
requerimiento para los países miembros de SNOMED International que apunta
a difundir entre distintos usuarios a nivel nacional el estándar semántico de
su estrategia de salud digital. “SNOMED CT es el vocabulario global más amplio
del mundo, validado clínicamente; y las historias clínicas electrónicas basadas
en SNOMED CT facilitan una atención basada en la evidencia”, enumeró.
Rovirol
repasó distintas iniciativas en capacitación online y presencial, como las
“Mañanas de estándares” que se realizan el tercer miércoles de cada mes en la
Dirección Nacional de Sistemas de Información en Salud, y destacó que el Centro
también se ocupa de la generación de contenidos usando ese vocabulario. ¿Lo más
reciente? El 31 de mayo pasado publicó una versión parcial de un Diccionario
Nacional de Medicamentos (de la Administración Nacional de Medicamentos,
Alimentos y Tecnología Médica), un listado de etnias, el plan de servicios del
programa SUMAR y reglas de mapeo SNOMED-CIE10 para estadísticas hospitalarias.
Resguardos legales
y el “jugo” de los datos
A menudo, en el
terreno de la transformación digital los abogados son vistos como los “malos de
la película” o quienes atemperan el entusiasmo del progreso con sus
admoniciones jurídicas. La dimensión legal también tuvo espacio en el
foro. López Osornio sostuvo que, pese a que el Parlamento todavía no
trató y aprobó una Ley de Salud Digital, un dictamen del Ministerio de Salud
(hoy Salud y Desarrollo Social) asegura que la firma digital tiene la
misma validez que la firma manuscrita.
Sin embargo, otro
de los disertantes, Horacio Granero (Ver
presentación), doctor en ciencias jurídicas, expresó que hay leyes
que pueden ser consideradas “antiguallas”, pero que hasta que no se deroguen y
reemplacen por otras “es complicado que se consideren como no válidas”. Por
ejemplo, dijo, la ley vigente que regula el ejercicio de la medicina
(N°17.132) establece que “las prescripciones y/o recetas deberán ser
manuscritas”.
Son algunos de los
desafíos por delante. En su exposición, Granero manifestó que las tecnologías
disruptivas son buenas y que está “contento” con los avances, pero que siempre
hay que examinar si están protegidos todos los derechos de las partes
intervinientes y si tienen valor legal los documentos que se generan. También
afirmó que, a mayor desarrollo de nuevas tecnologías, mayor deber de
información y mayor obligación de seguridad. Y que hay que tomar todos los
recaudos para que un servicio, práctica o recurso tecnológico (desde la receta
electrónica hasta la telemedicina y la computación en la nube) no sea
encuadrado como “riesgoso”.
Granero cerró su
presentación con una analogía: dijo que desde la perspectiva legal el avance
tecnológico es como la posibilidad de tormenta que enfrenta un marinero. Se
puede ser inconsciente y hacer la travesía sin tomar precauciones de seguridad;
se puede ser cauto y volver a puerto seguro. “Pero también se puede ajustar las
velas, tener confianza, poner creatividad y afrontar el desafío”, invitó.
De avances
tecnológicos y de herramientas de código abierto (“open source”) orientadas a
optimizar los costos y mejorar la calidad de vida de los
pacientes habló Victoria Martínez Suárez, gerente de
desarrollo de negocios en Red Hat Argentina para la Región Sur y Centroamérica.
“Estamos rodeados de datos, pero el desafío es hacer algo con ellos. Estamos en
la era de empezar a sacarle jugo a esos datos”, sostuvo Martínez Suárez, quien
describió iniciativas en las que participa su empresa en los campos de la
medicina de precisión (análisis de mutaciones en una secuencia genética), la
predicción temprana de sepsis, el procesamiento automático de imágenes médicas
y el diseño de fármacos.
¿En qué se parece
una pandemia y un ciberataque?
En el segundo
bloque de la jornada, el ingeniero Leonardo Ramos (Ver
presentación), CTO de ZMA
IT Solutions (representante exclusivo para Argentina y la región
de ManageEngine) comparó la dinámica de los ciberataques con
la de las pandemias, incluyendo analogías entre los escalamientos de
privilegios y la transmisión sostenida y aumentada de la transmisión viral en
la población general. Expuso distintas razones por las cuales las
organizaciones de salud pueden ser piezas codiciadas para ciberataques (“se
dice que, en el mercado negro, un registro bancario se cobra US$1 y un registro
de salud, US$50”) y brindó recomendaciones para prevenir y actuar desde el
comienzo del ataque hasta una vez concluido. “La información es un activo que
se puede valuar, clasificar, divulgar y proteger”, enfatizó.
En el cierre de la
jornada, que convocó a más de 200 actores del sector, dos gerentes de sistemas
expusieron casos de innovación y transformación digital en salud. Diego
Waksman (Ver
presentación), del Hospital
Alemán, describió brevemente la implementación de un procedimiento
automático para generar un token, imprimir un código QR y subir a la historia
clínica electrónica ciertos documentos físicos, como resultados de estudios,
consentimientos informados y huellas dactilares y plantares de bebés.
En
tanto, Eduardo Del Piano, de Swiss Medical, presentó algunos
desarrollos recientes en su organización, incluyendo la implementación de la
firma digital que permite evitar el papel en recetas e indicación de estudios
diagnósticos, el uso de gafas de realidad virtual (HoloLens) para reducir la
ansiedad por la vacunación en niños de 4 a 8 años, y un sistema que permite que
los pacientes califiquen la atención de los médicos y que el promedio de la puntuación
aparezca en la cartilla, de modo tal que facilita la selección de
profesionales. “Funciona como un mini TripAdvisor”, dijo Del Piano, quien
destacó ese caso como un ejemplo del enfoque que propugnan: “Hay que hacer
cosas que quiere la gente, y no hacer que la gente quiera cosas sin preguntarse
antes si eso es lo que realmente pretenden”.
Por Matías A.
Loewy
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