¡Adiós maestro!
Ha fallecido uno de los grandes médicos de nuestra época, quién consideraba que:
"El médico más que curar, tiene que cuidar. El curar es una parte, pero lo más
importante es el cuidado".
No se puede escribir consternado por el dolor de la pérdida. Pero tampoco se
puede callar cuando se va el más grande de todos. Paco querido, te despedimos
estremecidos, desolados, entre la memoria de tus palabras vivas y el compromiso
de seguir siendo fieles a todo lo que nos hiciste ver durante tantos años.
Cuando nos amenazaba el olvido de lo que nos hizo médicos, cuando todo se hacía
una triste aritmética del sufrimiento humano; apareció tu voz luminosa para
sacudirnos como un padre firme y cariñoso. Me guardo para siempre algunas
madrugadas heladas conversando sobre el raro privilegio de la medicina y acerca
de la felicidad inmensa de poder ayudar al otro. Tus charlas, tus libros, tu
mano pesada sobre mi espalda y la filosofia cruel de tus tangos amados. No habrá
forma de agradecerte lo que no tiene precio. No hay modo de devolverte nada de
lo que nos has dado. Somos mejores, esa es tu obra.
Cada vez que la profesión se oscurece por la indignidad o se pierde arrastrada
por el flujo incontrolable de la trivialidad o el poder de los mercenarios, tu
figura se agiganta. Te queremos mucho, y siempre te querremos en tiempo
presente. Así, como esta noche maldita de otoño en la que la eternidad nos quita
tu cuerpo, pero nos deja tu espíritu metido muy adentro de cada uno de nosotros.
Hoy a muerto mi padre por segunda vez. Hasta siempre y gracias, viejo querido.
Hasta siempre. Daniel Flichtentrei
Fuente: IntraMed
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