El Hospital Alemán lleva 16 años en el camino hacia la digitalización y, como es de esperarse, es prácticamente un hospital digital pues en muchos de sus procesos la adopción tecnológica trepa al 100%. En diálogo con Telemedicina – Salud en línea, su gerente de Sistemas, Diego Waksman, repasó su apuesta, centrada en los estándares y en los detalles del ejercicio médico, “porque no hay manera de hacer y desarrollar soluciones médicas sin médicos”.
El área de Sistemas está integrada por 50
trabajadores que garantizan la operación de 2.500 usuarios, unos 1.450 puestos
de trabajo, 5.000 bocas de red (para telefonía IP, cámaras IP, controles de
acceso, firewalls, proxys y VPNs), más de 200 servidores de software de
virtualización V-Mware y otros de Oracle, y cuya conectividad es provista por
Iplan, Metrotel, Fibercorp y Telmex.
Mientras ultima la solución de videoconsultas, cuya
premura impuso la pandemia, trabaja en la uberización del servicio de camillas y la carga móvil de
signos vitales, refuerza su foco por la estandarización de datos, imagina la
creación de brokers de turnos o de medicamentos y testea el Bus de
Interoperabilidad nacional (ver
recuadro).
La
persuasión de la obligación. En 2004, el Hospital Alemán inició su camino hacia
la digitalización de la mano de un sistema de informes dinámicos, compuesto por
áreas y campos que se completaban de forma alfanumérica, pero que “no nos dio
mucho resultado: traumatología, por ejemplo, usaba siempre el mismo código y en
el 85% de los casos la carga estaba mal realizada, eran supuestos pie plano”.
Tras una década y media, la situación es otra y
buena parte de su operación es digital. “El quid de la digitalización es tener
procesos obligatorios”, admitió Waksman y explicó que la clave de su éxito
radicó en que los honorarios médicos se imputan tras cerrar digitalmente la
atención al paciente y grabar algún dato en su evolución, y “así es que todos
lo usan”, confiesa.
Sin embargo, todavía falta mucho por hacer. El
servicio ambulatorio, por ejemplo, no tiene elementos que puedan servir para
volver obligatoria la solicitud de estudios o el pedido de remedios, “y no
encontramos la forma de sacar el papelito, excepto impidiendo que la farmacia
reciba ordenes en papel, pero eso complica y expone al paciente”.
Al
momento de evaluar su plan de digitalización, Waksman sostuvo que “resulta
fundamental el apoyo político, la terminología y el plan de implementación
porque hay que hacerle fácil la vida a los médicos y, para eso, su
participación es clave”.
Al comienzo de este largo recorrido, el Hospital
Alemán creó un área de informática médica para sumar especificidad a los
desarrollos. Waksman subrayó la importancia de “planear una terminología específica
y tener un servicio de codificación porque si no los médicos optan por cargar
datos sólo en los campos de observaciones”.
La escritura libre es difícil de cuantificar y, por
eso, Waksman hizo hincapié en la importancia de darle a los médicos usuarios
categorías de carga con expresiones afines para que usen al momento de imputar
sus datos e, inclusive, contó que trabajan en programación neurolingüística
(PNL) porque “a pesar de esas opciones estructuradas, los médicos continúan
cargando mucha información libre, aunque ahora el software los corrige y alerta
para evitar, por ejemplo, abreviaturas”.
Observar
e inspirarse. Una aplicación para camilleros al estilo Ubber, la carga móvil de
signos vitales al pie de cama, la réplica digital de una sala espera física,
el taggeo de pacientes
y la esperanza de que los sistemas sean más proactivos en la oferta de turnos y
remedios, ponen de manifiesto que Waksman mira la realidad digital masiva y
piensa en su nicho: salud.
Ubber inspiró al área de Sistemas que desarrolló
una aplicación para camilleros que, a través de la lectura de un código QR en
el punto de partida y de destino de un paciente le permite contar con “algo tan
importante como su trazabilidad y su registro en el sistema”; al tiempo que las
enfermeras escanean el código QR que está impreso en la pulsera del paciente y
pueden cargar sus signos vitales desde propio terminal celular.
“El Covid-19 nos obligó hacer video-consultas en
una semana y que ahora estamos terminando”, sintetizó el ejecutivo y explicó
que están integradas con el portal y la historia clínica, y que emulan la
experiencia de la sala de espera física: cuando el médico entra al sistema, ve
el listado de pacientes que asistirán ese día y debe clickear en el nombre de
uno de ellos para activar un llamador que avisará al paciente para que responda
e inicie el video”.
Asimismo, el área de Sistemas trabaja en un sistema
de eventos y atributos mediante el uso de etiquetas o Tags de pacientes, que
pueden ser permanentes o temporarios, por ejemplo, donante de órgano, en
tratamiento oncológico; como también alertas de eventos específicos.
“En salud hay que salir a buscar las cosas cuando
el mundo las está ofreciéndolas”, dijo Waksman y amplió: “Si buscaste hoteles
en Luxemburgo te llegan e-mails con ofertas y publicidades asociadas, pero si
te rompiste la rodilla y tienes que hacerte una resonancia urgente, debes
buscar la cartilla y hacer diez llamadas porque no hay ni brokers de turnos ni
de medicamentos, aunque, quizás, con la receta digital comiencen a aparecer”.
Arranca el bus de interoperabilidad.
El Hospital Alemán está aún en fase de prueba de la
plataforma del Ministerio de Salud de la Nación que garantiza la
indexación y localización de documentos clínicos que, a criterio de Diego
Waksman, “está buenísimo”
“Recién estamos empezando a usar el Bus de
Interoperabilidad y a federar pacientes, que es lo que se puede hacer por
ahora, pero nos va a resultar”, valoró el gerente de Sistemas del Hospital
Alemán, y evaluó que falta optimizar la consulta de fallecimientos: “Yo tengo
1.200.000 pacientes y debo formular mi consulta por todo el padrón pero estaría
bueno tener un servicio donde aparecieran, por ejemplo, los fallecidos del
último mes con sus DNI”.
Diego Waksman, Gerente de Sistemas del Hospital Alemán
Leído en Salud en Línea
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