martes, mayo 29, 2018

MALA PRAXIS: CONDENAN A PRISIÓN A MÉDICO, ANESTESISTA Y ENFERMERA EN BAHÍA BLANCA


Por el caso una mujer falleció por Hepatitis "C" y otras cinco personas resultaron afectadas.
Los tres fueron considerados responsables de los delitos de homicidio culposo en concurso real, con lesiones graves culposas reiteradas.
El Juez en lo Correccional Nº2, Gabriel Rojas, condenó:
·        Doctor Oscar Casalini a 6 años de prisión y una inhabilitación para ejercer la medicina de 16 años;
·        Anestesista José Luis Calió a 5 años de cárcel y 15 de inhabilitación;
·        Técnica radióloga Gladys Rivadeo a 3 años de prisión condicional, 10 de inhabilitación y 4 años con reglas de conducta.
No quedan dudas de que todos los pacientes se contagiaron en el mismo lugar”, sostuvo el juez Rojas sobre la clínica que se ubicaba en Gorriti 371.
El magistrado agregó que “hubo complicidad entre los miembros del equipo para obtener impunidad y que pudieron ocultar la prueba”. En ese sentido, aseguró que será imposible saber cuál fue la fuente del contagio.
Además, Rojas expresó que la desinfección de los endoscopios “era deficiente”.
“El anestesista atendía 3 pacientes al mismo tiempo. Algunos salían tambaleando porque no alcanzaban a reaccionar”, explicó.
Las claves del fallo
A la hora de justificar su determinación, el juez Rojas tuvo en cuenta el relato de la médica Casiota y también las pruebas aportadas por los peritos. Además, mencionó que “no quedan dudas de que todos los pacientes se contagiaron la enfermedad en el mismo lugar”.
También explicó que “hubo complicidad entre los miembros del equipo para obtener impunidad y que pudieron ocultar la prueba, por lo que será imposible saber la fuente del contagio”.
Sin embargo, sostuvo que queda claro que “la desinfección de los endoscopios era deficiente”, ya que en la clínica ubicada en Gorriti 371 se atendían “unos 22 pacientes diariamente” y que “esa cantidad conspiraba contra la limpieza”.
A modo de ejemplo, mencionó que “el anestesista atendía tres pacientes al mismo tiempo” y que algunos “salían tambaleando porque no alcanzaban a reaccionar”. También que había pocas bachas, que las camillas estaban sucias y que se utilizaba el mismo detergente para higienizar todos los artefactos.
“Un día se contagiaron con la anestesia y otro con el endoscopio”, describió el letrado, quien destacó el “afán de lucro de los profesionales”.
Rojas mencionó también que los involucrados “siguieron atendiendo después de lo sucedido” y que tuvieron “desprecio por la investigación”.
Para concluir, dijo que “al colapsar las medidas de seguridad por la cantidad de pacientes que atendían, el resultado fue letal” y que hubo “desprecio por la vida humana”.
El juicio
En la jornada de alegatos, desarrollada en el Tribunal en lo Correccional Nº 2, la fiscal había solicitado diez años de prisión para los tres profesionales, mientras que los abogados defensores, por su parte, pidieron la absolución.
Casalini, Calió y Rivadeo fueron imputados por los delitos de homicidio culposo, y por cinco casos de lesiones graves en concurso real. El otro de los implicados es Roberto Baroni, quien no pudo presenciar el debate oral por encontrarse internado a raíz de un grave accidente.
La investigación, que se inició con un artículo que fue publicado en su momento por este diario digital, incluyó los testimonios de varios pacientes que declararon en la causa y que manifestaron que tanto el suero como la vía ya estaban usados.
Los hechos sucedieron los días 5 y 10 de septiembre de 2012, en la clínica que funcionaba en Gorriti 371. García Suárez fue la única paciente fallecida. En tanto, Victoria Giaggiotti, Mariano Palma, Mario Engraf, Valeria Zappacosta y Gastón Piazza contrajeron el virus y durante varios meses debieron ser sometidos a un extenso tratamiento para recuperarse.
“La culpa fue de los tres”
Marina Irazoqui es una de las hijas de García Suárez, quien en diálogo con radio La Brújula Bahía Blanca, expresó que “acá hubo un trabajo en equipo y la culpa es de los tres”.
 “Si yo elijo un anestesista para trabajar conmigo es porque estoy de acuerdo con su forma de prestar el servicio. La enfermera no era tal, era asistente con un título de la Cruz Roja”, destacó la mujer. Además, recordó cómo fueron aquellas jornadas en las cuales se desencadenaron los episodios: “Mi mamá tenía 61 años y fue a hacerse una endoscopía porque tenía un dolor en la boca del estómago. Se hizo el estudio el 10 de septiembre y la internamos en el Hospital Italiano de Buenos Aires del 3 de octubre al 22 de noviembre, recibiendo un tratamiento invasivo que fue terrible”.
Y añadió: “Esto es como cuando llevás a tu hijo a la escuela y se golpea, vos vas a hablar con la maestra, la preceptora y la directora del establecimiento. Tenemos esperanzas de que por primera vez haya justicia con un caso que ocurrió hace seis años. Durante mucho tiempo no se habló de este hecho y que se haga público es muy positivo”.
(LA Brújula/La Nueva)

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