Los injertos de hueso o la colocación de placas metálicas suelen ser dos de las alternativas más usadas para los casos de pérdida ósea de grandes dimensiones, que pueden producirse como consecuencia de accidentes o de enfermedades. En algunos países -como en Bélgica- se utiliza una especie de prótesis o hueso artificial realizada en impresora 3D. Y en esta parte del hemisferio, científicos tucumanos, en colaboración con profesionales del INTI y del CONICET Buenos Aires (Argentina), desarrollan un nuevo material diseñado en impresora 3D, que permitiría paliar una pérdida ósea.
La nueva estructura o andamiaje, que
está en etapa de ensayo preclínico, tiene como plus que se reabsorbe en el
cuerpo y que, además, favorece la nueva formación del hueso. El sistema
permitiría abaratar los costos respecto de las otras alternativas de injertos
óseos porque requiere una única cirugía, solamente para su colocación. Su
nombre es BoneFIT y resume el concepto del desarrollo: un hueso hecho a medida,
por el significado de las palabras inglesas bone (hueso) y fit (ajuste).
El grupo de investigación lleva
aproximadamente una década dedicada a la ingeniería de tejidos. Tiene como sede
el Laboratorio de Medios e Interfases, que es parte del Instituto Superior de
Investigaciones Biológicas, de doble dependencia entre la Universidad Nacional
de Tucumán (UNT) y el CONICET. Como la mayoría de los desarrollos científicos
de la actualidad, es casi imposible impulsarlo en soledad. Por ese motivo, el
equipo se unió a profesionales del INTI y del CONICET de Buenos Aires, para
agilizar las pruebas y estudios.
El hilo que usan para imprimir el
injerto óseo está compuesto por una fibra sintética biodegradable y por dos
sustancias inorgánicas bioactivas. Una de esas sustancias imita al tejido óseo
y la otra estimula la formación de los vasos sanguíneos. La estructura se hace
a medida del paciente, luego de realizarle una tomografía computada en la zona
afectada. Esto permite conocer la forma que tiene el tejido perdido y,
entonces, se emplea un modelo computacional para diseñar la parte faltante.
(Fuente: Argentina Investiga)
Integran el equipo de investigación
Andrea Rodríguez de la UNT-CONICET, Marcelo Vázquez del Sistema Provincial de
Salud (SIPROSA) y también de la casa de estudios tucumana y Leandro Monsalve
del INTI y del CONICET de Buenos Aires. Las otras dos investigadoras que
completan el grupo son Paula Moreno Madrid y María José García Cabello, ambas
tucumanas.
Rodríguez señaló: “el material que
empleamos otorga buen soporte mecánico (en cuanto a su funcionalidad) y
estético (para que no se note) y además su peso es similar al hueso, a
diferencia de los implantes metálicos que son más pesados”. Precisó que, en una
primera etapa, se focalizarán en los injertos cráneo-faciales, aunque no
descartó que luego puedan desarrollar huesos artificiales para otras partes del
cuerpo.
La profesional mencionó que el
implante está destinado a aquellos pacientes que sufrieron pérdidas óseas de
grandes volúmenes, donde el organismo no lo puede regenerar por sí mismo.
“Estamos realizando las validaciones físico-químicas y en el futuro cercano
esperamos hacer las biológicas y cumplir con las normativas de la ANMAT y de
otros organismos internacionales. Esto permitirá comenzar con las pruebas
clínicas”, precisó.
Vázquez, que es ingeniero electrónico
y jefe del Departamento de Electromedicina del SIPROSA, manifestó que el sueño
es hacer transferencia de tecnología a la gente mediante la creación de una
empresa. Aseguró que los hospitales de Tucumán están interesados en el desarrollo
y que ya manifestaron la predisposición a cooperar con los ensayos.
El ingeniero comentó que la mayor
ventaja de BoneFIT es que se puede usar especialmente en niños y adolescentes
porque acompaña su crecimiento. “Se opera una sola vez y una vez colocado el
material, no necesita de una nueva cirugía para extraerse. Cuando el hueso del
paciente va creciendo, el material se va degradando en el cuerpo”, finalizó.
El equipo científico fue uno de los
cinco finalistas del concurso 1000k de Latam, donde compitieron 1250 empresas
de 17 países, en la categoría Pitch. También resultó finalista de los concursos
Samsung Innova y De Emprendé ConCiencia.
(Fuente: Argentina Investiga)
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