Más de 50 mil muertes por año se podrían evitar en Argentina con
terapias efectivas para tratar la metástasis, el proceso causante de la mayor
parte de los decesos por cáncer. Científicos y médicos investigan cómo se
produce, ya que su conocimiento permitiría buscar terapias para nuevos
tratamientos.
¿Cómo una
célula viaja desde un tumor original a otros órganos y se inicia el proceso de
metástasis? Esa es la pregunta que busca responder un grupo de científicos de
Bahía Blanca, en colaboración con el Instituto Max Planck, de Alemania, y con
médicos de un hospital local. Comenzaron con el cáncer de mama,
y extienden los estudios a otro tipo de tumores.
“Muchas
células del cuerpo deben moverse para cumplir su función, pero ese mismo
mecanismo se ve exacerbado en las células tumorales y es lo que permite el
proceso de metástasis, que es lo que mata al 90% de los pacientes que fallecen
de cáncer. La metástasis es la capacidad de las células de moverse e invadir
otros órganos. Con este trabajo se aportan conocimientos muy importantes de
cómo es el mecanismo que permite el movimiento y esa invasión exagerada, lo
estudiamos fundamentalmente en el cáncer de mama, y comenzamos con el de
tiroides", detalló la doctora Georgina Coló, investigadora del Instituto
de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB), dependiente de la
Universidad Nacional del Sur (UNS) y el CONICET.
“El cáncer no
es una enfermedad, son muchas, con un mecanismo común: la proliferación
descontrolada de células. Por eso, mientras que algunas son curables, en otras
estamos muy lejos de hallar una cura”, explicó el doctor Alejandro Curino, uno
de los directores del laboratorio donde se desempeña la doctora Coló, a
Argentina Investiga:
“El término
‘cáncer’, en singular, está mal usado. Ello fue nocivo en la historia de las
terapias y la investigación y, sobre todo, para las expectativas de la
sociedad. Con una palabra quiso agruparse a un conjunto de patologías, que hoy
sabemos que son totalmente distintas en sus mecanismos, en sus manifestaciones
y en las terapias para su tratamiento”, agregó el investigador. Él y su esposa,
la doctora María Marta Facchinetti, codirectora del mencionado Laboratorio,
regresaron en 2006 luego de trabajar en institutos de Estados Unidos, gracias a
la repatriación de científicos llevada a cabo por el Conicet a partir de 2003.
Por su parte,
Coló es licenciada en Biotecnología, egresada de la Universidad Nacional de
Quilmes y se doctoró en la UBA, con especializaciones en los Estados Unidos,
España y -recientemente- en el Instituto Max Planck de Alemania. Aseguró que
más del 90% de los pacientes que mueren por cáncer lo hacen por efectos de la
metástasis y no por el tumor primario. Hasta el momento, los tratamientos para
detenerla son escasos y poco exitosos. “Hoy, gracias a los muchos años de
investigación, existen tratamientos para algunos cánceres de mama, pero aún no
para las metástasis, que mayormente se dan en el pulmón, hueso, hígado y
cerebro”, detalló. Gracias a estos estudios se podría desarrollar algún tipo de
tratamiento que logre frenar la migración y la diseminación de células
tumorales al resto del cuerpo.
"Este
trabajo se desprende de esa estancia en Alemania, donde fui a hacer mi
posdoctorado. Ahí comencé a estudiar las señalizaciones específicas de las
células. Cuando decidí volver a la Argentina quise continuar con esta línea de
trabajo sobre el cáncer y me incorporé al Laboratorio de Biología del Cáncer,
en el INIBIBB. Comenzamos a estudiar cómo estos procesos eran importantes en la
metástasis, en la colonización de otros órganos, para lo que no hay cura. Este
estudio se enfocó en los mecanismos de ciertos receptores, que son los que
ayudan a las células a moverse, y cómo viajan en el cuerpo humano. Comenzamos
con el cáncer de mama porque en los hospitales de la zona teníamos biopsias y
muchas líneas celulares”, explicó. Dentro del equipo que lleva adelante esta
investigación también participan los médicos Sergio Recio y Pamela Pichel, del
Hospital Municipal de Bahía Blanca.
“Ahora estamos
iniciando los estudios en cáncer de tiroides, de lo que también tenemos muchas
biopsias de distintos pacientes, y hemos visto resultados muy buenos, no hay
nada descripto hasta ahora", detalló Coló, y agregó: "Entendiendo los
mecanismos específicos, podemos buscar terapias que detengan ese proceso: al
detectar un tumor que se sabe que puede hacer metástasis, se puede tratar para
que no la inicie, y luego poder extirparlo".
Recientemente,
una investigación presentada por el grupo y titulada “El rol de la
mecanoseñalizacion dependiente de integrinas en la activación de GTPasas
pequeñas y el cáncer”, de la que es autora Coló junto a Lucía Fernández Chávez,
Karen Schweitzer, Nazarena Barrera Lamas, Ariel Gandini, Exequiel Gonzalo
Alonso, Marilina Mascaró, Pamela Pichell, Sergio Recio, Reinhard Fassler, María
Marta Facchinetti y Alejandro Curino, fue premiada en el último congreso de la
Sociedad Argentina de Investigación Clínica. Esta es una de las organizaciones
científicas más numerosas y prestigiosas del país, que ha tenido como
presidentes a investigadores notables, como Christiane Dosne de Pasqualini,
Eduardo Charreau, Martín Isturiz y Roberto Sica, entre otros. Obtuvo 100 mil
pesos, que por unanimidad decidieron dedicar a comprar insumos de laboratorio.
Coló regresó
en 2017 a la Argentina como una de las pocas científicas repatriadas en ese
período por el CONICET, con una beca de reinserción. En noviembre de 2019 pudo
ingresar a la carrera de Investigador. Actualmente, también es docente en el
Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la UNS. “Quería aplicar todo
mi conocimiento adquirido en el exterior en la búsqueda de una solución a un
problema grave para el que todavía no hay cura”, reflexionó. “En Bahía Blanca
pudimos estar más cerca de casos reales utilizando biopsias humanas, y comparar
nuestro resultados in vitro con lo que sucedía en pacientes”, continuó.
“Gracias a la llegada de la doctora Coló a nuestro Laboratorio pudimos comenzar
esta colaboración con el Instituto Max Planck, que es fundamental para llevar
adelante este trabajo”, reconoció Curino. “Tenemos en proyecto numerosas líneas
de investigación relacionadas con la que obtuvo este premio, pero no podemos
encararlas por falta de fondos”, se sinceró el investigador. Como ejemplo,
explica que el grupo obtuvo hace tres años un subsidio bilateral
argentino-germano para este proyecto, pero todavía no tuvieron acceso a los
fondos que debía aportar el gobierno argentino. “Afortunadamente, pudimos
costear algunas aplicaciones con fondos de otro proyecto y con las contrapartes
de nuestros socios en Alemania, pero seguimos esperando la parte argentina”,
explicó. Coló agregó que, gracias a este vínculo, es posible realizar allí los
experimentos más caros y complejos “ya que en nuestro país no contamos con el
aporte de fondos necesarios del Estado”.
“No es cierto
que por ser un país en desarrollo estamos atrasados. Hoy la ciencia es global,
y cualquier descubrimiento en otro país del mundo en pocos días ya se conoce en
Argentina, por la movilidad de los investigadores y el acceso mundial a las
publicaciones científicas”, manifestó Curino a Argentina Investiga.
Según las
estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer (https://www.argentina.gob.ar/salud/instituto-nacional-del-cancer/estadisticas/mortalidad
), en Argentina hubo 65 mil fallecimientos por tumores en 2017, último año con
datos publicados. La mortalidad por esta enfermedad registrada en el país ese
año fue de 118 varones y 87 mujeres por cada 100 mil habitantes,
respectivamente. Esta enfermedad es la segunda causa de muerte (19,2%), junto a
las enfermedades cardiovasculares (28,5%) y la diabetes (19%)
dentro de las enfermedades no transmisibles más relevantes; las cuales
concentraron el 50% de todas las defunciones registradas ese período, con tasas
que se evidencian sostenidas en niveles similares por muchos años. Comprender
los mecanismos de la metástasis y elaborar tratamientos podría salvar más de 55
mil vidas por año, y generar enormes ahorros a los sistemas de salud estatal,
privado y las obras sociales, además de un ahorro no cuantificable: el
emocional para pacientes y familiares. Los datos y las razones justifican
ampliamente la inversión que se requiere; y, sobre todo, el esfuerzo de un
equipo científico que -con proyección internacional- hace ciencia de primer
nivel mundial.
Marcelo C. Tedesco
Dirección de Prensa y Ceremonial
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